Pleito interno
En Morena hay, más que disciplina partidista, devoción por el caudillo, pero esa fe ciega en el líder nato no es hereditaria, y la disputa interna de hoy así lo demuestra
CIUDAD DE MÉXICO, 29DICIEMBRE2022.- Luego de que en distintas ciudades del país se colocaran espectaculares mostrando el apoyo a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, en distintas vallas de la capital, dichos mensajes fueron borrados y colocaron frases en alusión al partido Morena. FOTO: DANIEL AUGUSTO /CUARTOSCURO.COM
/Foto: Cuartoscuro Daniel Augusto
Morena está lejos de ser un partido tradicional, y analizarlo de esa forma es un error. Los yerros, como la afiliación de Miguel Ángel Yunes Márquez y su padre, lo pueden llevar por el camino de la descomposición, sin duda; pero su naturaleza está más relacionada con la coexistencia de aquellas viejas tribus perredistas que hoy son morenistas y que siempre han sabido pelear por posiciones, que con la disciplina vertical del priismo rancio o del panismo calderonista.
En Morena hay, más que disciplina partidista, devoción por el caudillo, pero esa fe ciega en el líder nato no es hereditaria, y la disputa interna de hoy así lo demuestra. El artífice de la afiliación de Yunes fue Andrés López Beltrán, y su estirpe no fue suficiente para que Rocío Nahle guardara silencio y agachara la cabeza.
La gobernadora sabe bien que con los Yunes en circulación dentro de Morena, su liderazgo regional en Veracruz tiene un flanco peligrosamente abierto. Nahle sabe que el poder no se comparte, y no le va a prestar su juguete a un Yunes, aunque venga abanderado por un López Beltrán.
