Firmar liquidación y ser indemnizadas o aceptar nueva contratación en la Secretaría de las Mujeres, pero renunciando a la antigüedad previa y ahora con un menor salario.
Esas fueron las dos opciones que se ofrecieron a las trabajadoras del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), pues ambas instituciones quedarán integradas a la nueva dependencia, a cargo de Citlalli Hernández.
La enorme mayoría de las funcionarias que tuvieron que decidir entre las dos opciones son mujeres. Extraño, por decir lo menos, que, sean peras o manzanas, las mujeres pierdan incluso cuando deberían ganar.