Nueva señal
Muchos guerrerenses, hace un año, se preguntaron por qué López Obrador quiso cuidar la investidura presidencial del olor a desastre natural; por lo que la visita de Sheinbaum en Acapulco, el segundo día de su mandato, hizo la diferencia

Para algunos nunca será suficiente, pero la presencia de la presidenta Claudia Sheinbaum en Acapulco, al día siguiente de su toma de posesión, marcó toda la diferencia del mundo para muchísimos guerrerenses hoy afectados.
Desde hace 12 meses, cuando Otis golpeó la ciudad, los habitantes del puerto se preguntaban por qué razón el entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador, querría cuidar la investidura presidencial del olor a tristeza, devastación, abandono y enfermedad, del olor a desastre natural y del olor a damnificado. Esa, como muchas otras preguntas, se quedará sin respuesta.