Ya son años de repetir las leyendas urbanas que formaron la historia del Cártel Inmobiliario, asentado en la alcaldía Benito Juárez y formado por una larga sucesión de alcaldes de filiación panista encabezados por Jorge Romero, quien ahora además es dirigente nacional del PAN, y en el que se señala que han participado Christian Von Roehrich, actualmente preso, Santiago Taboada y Luis Mendoza, el alcalde actual, quien lleva muchos años dentro de ese grupo político y en la estructura de la alcaldía.
Hay casos específicos que describen bien la forma de actuar del Cártel, que además muestran que la colusión de autoridades con constructores y desarrolladores fue más allá de la simple autorización de niveles adicionales en las edificaciones para construir y vender más departamentos.
Uno de ellos, sobre el que habrá que volver para abordar con más detalle, es el complejo City Towers Grand Park, ubicado en el número 321 de la Avenida Coyoacán, desarrollado por Víctor Morales. El alcalde Mendoza, quien se dio gusto al clausurar el Estadio Azul y la Plaza de Toros, pero no toca ni con el pétalo de una rosa a City Towers, a pesar de su cúmulo de irregularidades, tiene muchas cosas que explicar sobre ese complejo, en el que la corrupción y los intereses entremezclados de funcionarios y desarrolladores constituyen una prueba inmejorable de la peligrosa combinación de política y negocios.