Farol de la calle
Se vale hacer lo que sea para las empresas estadounidenses en territorio ajeno, desde sobornar autoridades hasta secuestrar competidores, siempre que ocurra en otras latitudes
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(FILES) In this file photo taken on November 29, 2018, US President Donald Trump points to the press while walking to Marine One on the South Lawn of the White House in Washington, DC. - US President Donald Trump on Tuesday, December 25, 2018 renewed his attack on the US Federal Reserve’s monetary policy, blaming the central bank’s interest rate hikes for a tanking market. With stocks on track for their worst December since the Great Depression, Trump has regularly berated the Fed for its stewardship of the economy. (Photo by Brendan Smialowski / AFP)
/BRENDAN SMIALOWSKI/AFP
Una auténtica joya de la nueva ética pública del gobierno estadounidense está en la orden ejecutiva del presidente Donald Trump para suspender, al menos por un año, la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero.
Esta norma hacía sujetos de investigación a todos los estadounidenses, especialmente empresas con operaciones en otros países, por si decidían, como lo han hecho en muchas ocasiones, recorrer el camino del soborno, el cochupo y la componenda con autoridades o competidores de los lugares donde operan, para hacer negocios de forma ilegítima y ganar mercado. Trump señala que esa ley afecta la competitividad de las empresas de Estados Unidos en el extranjero (igual que lo hacen sus aranceles) y que eso detiene la mejora económica del país de las barras y las estrellas.
En otras palabras: temporada de caza, se vale hacer lo que sea para las empresas estadounidenses en territorio ajeno, desde sobornar autoridades hasta secuestrar competidores, siempre que ocurra en otras latitudes. La ley de la selva.