Cuauhtémoc, el protegido Blanco
El caso del exfutbolista y exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, podría significar una contradicción partidista y un despropósito político con consecuencias para Morena

Proteger a políticos impresentables nunca ha sido una práctica que genere popularidad. Durante el sexenio pasado, Cuauhtémoc Blanco fue uno de los beneficiarios de la protección derivada de la popularidad del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador. Su gestión en Morelos fue un desastre, pero terminó el sexenio y logró fuero constitucional como diputado federal.
Hoy que AMLO ya no es presidente, otro de los choques internos de Morena tiene que ver con el exfutbolista. La gobernadora Margarita González Saravia, de su mismo partido, no está dispuesta a protegerlo porque ya sabe el tamaño de sus trapacerías y el costo de encubrirlas. Por eso ha dado luz verde a la solicitud de desafuero.
Sin embargo, en la Cámara de Diputados, sin explicación alguna y contra uno de los pilares ideológicos de Morena: evitar escudarse en el fuero, la Sección Instructora ha decidido que por el momento no evaluarán la solicitud de desafuero contra Blanco, pero sí estudiará la procedencia del caso contra otro pájaro de cuenta: Alejandro Moreno, el dirigente nacional del PRI.
Desaforar no significa condenar y el mejor ejemplo es López Obrador. Escudarse en el fuero, dentro de Morena, es al mismo tiempo una contradicción partidista y un despropósito político que tendrá consecuencias.