Crecen las versiones, ninguna confirmada, por supuesto, de que una investigación federal por enriquecimiento “inexplicable” avanza sobre una de las personas más emblemáticas de la 4T en el sexenio pasado, lo que ha generado un notable revuelo entre los círculos políticos y mediáticos.
Se trata de Rutilio Escandón, el todavía gobernador del descompuesto Chiapas, quien ha estado en el centro de múltiples polémicas por la gestión de su administración. De confirmarse estas sospechas —si es que se llega a confirmar y las pruebas resultan contundentes—, el hecho tendría repercusiones de gran calado, incluso a nivel nacional, dicen que hasta la Cámara Alta, por los parentescos y las conexiones del personaje. Tal revelación podría desencadenar un efecto dominó, abriendo la puerta a un posible reajuste de fuerzas y estrategias políticas al interior del partido gobernante.
Este reacomodo, que algunos analistas y figuras cercanas al entorno político señalan como una posibilidad lejana, podría adelantarse considerablemente, trastocando las dinámicas que, según los enterados, se esperaban hasta enero próximo. El impacto no sólo se reflejaría en la estructura de poder, sino también en las alianzas y lealtades que sostienen la cohesión del grupo gobernante, complicando el panorama para los meses venideros.