Instalaremos menos casillas para la elección judicial. Esa es la primera respuesta que Guadalupe Taddei, consejera presidenta del INE, ofreció ante el castigo presupuestal que le impusieron los diputados para 2025. El recorte no fue menor. El INE pedía 13.5 mil millones para organizar la titánica elección de jueces y magistrados, pero apenas le autorizaron la mitad: siete mil millones.
Con esa cifra no hay forma de que la elección salga bien y lo primero seguro es que no hay manera de que, con menos de las 170 mil casillas proyectadas en una elección normal, todos los mexicanos tengan la garantía de que podrán ejercer su voto. El fantasma de que desde San Lázaro se apuesta a que la elección salga mal, para tener el pretexto de dinamitar al INE, hacer un organismo mucho más pequeño y asimilado a la estructura gubernamental, empieza a recorrer las mesas de la comentocracia.
Ante este escenario de austericidio electoral, Taddei debería estarse cuestionando si ha servido de algo su inmejorable relación con la 4T.