En una nueva aparición pública, Carlos Slim dijo que se podrían reducir significativamente los costos del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM). Pareció una gran iniciativa, pero don Carlos jugó con la opinión pública para quedar bien. Sabe perfectamente en dónde están los gastos suntuosos del nuevo aeropuerto, que son los acabados de la exótica terminal, porque fue su exyerno, Fernando Romero, quien ganó la licitación para el diseño de la terminal junto con el afamado arquitecto Norman Foster. La idea de rebajar el costo de los acabados fue del actual director del NAICM, Fernando Patiño, pero el problema era que Foster aceptara. Ha sido una larga negociación con el difícil arquitecto inglés, pero parece que don Carlos ya solucionó ese pequeño gran escollo para quedar como un gran salvador de la obra.