El banco alemán tiene que amortizar casi siete mil millones de euros y su negocio principal se está debilitando. Cómo puede mejorar sus resultados es algo que no quedó muy claro en la presentación, en Fráncfort, del balance de situación.
Hace ya una semana, la casa de crédito más grande de Alemania tuvo que anunciar, en una reunión extraordinaria, los peores resultados de la historia de la compañía: la caja del banco tiene un déficit de seis mil 700 millones de euros. A los mercados, sin embargo, esa cifra no les resultó extraña. Y es que ya durante el otoño, el presidente ejecutivo del banco, John Cryan, había hablado de que sería un milagro obtener mejores resultados. Eso sí, nadie contaba con unas pérdidas de este tipo. Solo por comparar cifras: hace un año los libros registraban un plus de mil 700 millones de euros.
Negocio principal debilitado A la cifra presentada anteriormente hay que sumarle otros 100 millones de pérdidas, por lo que el total resultante es de menos seis mil 800 millones de euros. Pero la noticia realmente preocupante es que el banco ya no puede confiar en su negocio principal: la banca de inversión provocó pérdidas por valor de mil 200 millones de euros. El CEO del banco, John Cryan, se refirió al tema explicando que “las pérdidas anunciadas son consecuencia de decisiones necesarias tomadas en el marco de la estrategia 2020, que harán al banco más eficiente y más sencillo”. De esta forma, Cryan asegura que tomaron conscientemente la decisión de dejar de lado algunas líneas de negocio intensivo –y arriesgado- de capital. A pesar de que el pilar de la negociación de los tipos de interés y divisas sigue siendo fuerte, reconoció que “hemos perdido terreno en renta variable. Decidimos invertir en los departamentos de Investigación y Ventas con el fin de recuperar cuota de mercado”.
El banco necesita dinero Pero esto no solucionará el problema fundamental del banco: a diario, Deutsche Bank pierde cuota de mercado en comparación con sus principales competidores que, sobre todo, se encuentran en Estados Unidos. El banco alemán necesita dinero urgentemente, puesto que aún debe afrontar un gran número de litigios. Desde 2012, las provisiones para este tipo de multas y sanciones sumaron 12.700 millones de euros, de los cuales 5.200 correspondieron, solo, al año 2015. A pesar de que Cryan no quiso adelantar las previsiones para este año, espera que no superen las cifras de 2015.
A esto hay que añadir los costes de la reestructuración que, según adelantaron John Cryan y sus compañeros de la Junta Directiva, costará mucho dinero. Solo en indemnizaciones y aspectos similares planean gastar alrededor de mil millones de euros. A lo que hay que añadir la renovación de los equipos informáticos que, según parece, están totalmente obsoletos. Por poner un ejemplo: el número de sistemas operativos de la compañía debería pasar de 45 a 4 de aquí al año 2020. De acuerdo a la situación actual, esta evolución requerirá un desembolso de 800 millones de euros.
Teniendo en cuenta las circunstancias actuales, Cryan es consciente de que resultará difícil recuperar la confianza de los accionistas. Los dividendos llegarán, como muy pronto, en 2017. Aunque quizá pueda haber ganancias ya en 2016, las medidas de austeridad puestas en marcha por el banco exigirán fondos para cubrir inversiones que son absolutamente necesarias, y que tienen que ser financiadas con el dinero ahorrado en otros departamentos. Por algún sitio hay que empezar: los miembros de la junta directiva, Cryan incluido, no cobrarán bonificaciones por el año 2015.