Los naufragios han estado presentes desde que la especie humana comenzó a aventurarse al mar, y recientemente, un equipo de científicos especializados descubrió que restos de los navíos que permanecen en las profundidades, están cambiando la vida submarina.
Se calcula que existen cerca de tres millones de navíos naufragados en el fondo marino, y la mayoría de ellos, de madera, son un gran caldo de cultivo para los microbios.
Junto a un grupo de expertos, Leila Hamdan, ecologista microbiana molecular, analizó dos sitios de naufragios del siglo XIX en el Golfo de México, y los resultados arrojaron que en ambos lugares, la riqueza microbiana aumentó y modificó la composición y los patrones de dispersión de las partículas que contienen microbios.
El equipo también encontró que los restos de embarcaciones hechas con roble son más propensas a desarrollar colonias de bacterias y microbios, a diferencia de los restos de la madera de pino.
Y si bien la forma en que esto puede modificar la biodiversidad del Océano, los investigadores señalaron que los microbios marítimos forman uno de los primeros niveles de la cadena submarina, y es posible que una modificación en su reproducción genere repercusiones en otras formas de vida. Por este motivo, sugirieron que otras intervenciones humanas en el Océano, como las plataformas petroleras, podrían tener el mismo efecto.