La Portada | Protección en masa

23 de Noviembre de 2024

La Portada | Protección en masa

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Imagen: ejecentral

Para conseguir este esquema de protección colectiva, de acuerdo con la investigación del Imperial College, se calcula que se requiere que entre 50 y 70% de las personas en un país ya hubieran padecido Covid-19

Las medidas de contención como las que se propusieron apenas el lunes pasado en México han prevenido en 11 países europeos, al 31 de marzo, cerca de 59 mil muertes por Covid-19. Es decir, en lugar de las 42 mil muertes que sí se produjeron hasta esa fecha, habría poco más de cien mil fallecimientos.

Esa cifra, calculada en un estudio del Imperial College London (ICL), que fue publicado el mismo 31 de marzo, es una estimación de algo que no pasó y, por tanto, no puede ser exacta. Por ello el Imperial College Covid-19 Response Team ofrece un rango que va del mejor escenario, con 63 mil muertos en total, al peor, con 180 mil personas fallecidas.

Es así que esta significativa diferencia, entre las muertes que pudieron haber ocurrido y no sucedieron fue resultado de haber implementado las medidas de contención.

Los cerca de 90 autores del estudio aseguran que “se evitarán muchas más muertes garantizando que las intervenciones se mantengan hasta que la transmisión llegue a niveles bajos”...

¿Y eso cuándo sucederá? cabe preguntar. La respuesta es que falta mucho. Sí, bastante más de un mes. La razón no es fácil de entender, pero hay que hacerlo si queremos afrontar esta crisis con paciencia.

La exponenciación de los virus

El SARS-CoV-2, causante de la enfermedad llamada Covid-19, no es un virus muy contagioso. Se ha visto que una persona infectada con Covid-19 infecta a entre dos y cuatro personas durante el mes que dura la infección; en promedio, a 2.5 personas. En comparación, una persona con el virus del sarampión contagia a entre 14 y 16 personas en el mismo periodo.

Sin embargo, aun con esa baja tasa de contagio, una sencilla simulación numérica, hecha en el Signer Laboratory de la Universidad de California en San Diego, muestra que a partir de una sola persona infectada con el SARS-CoV-2, se pueden llegar 406 infectados al cabo de un mes. Esto es un reflejo del crecimiento exponencial de la infección.

Pero así como el crecimiento de la infección es acelerado, al ponerle restricciones la reducción llega a ser sorprendente. De esta manera, la simulación muestra que si en esas comunidades las personas reducen sus contactos sociales a la mitad, a partir de un infectado se contagiaran 15 personas en un mes, y si los bajan en tres cuartas partes de lo normal, apenas 2.5 personas de toda la comunidad serán infectadas.

El doctor Moisés Santillán, del Laboratorio de Biología Cuantitativa y Sistemas Complejos del Cinvestav Monterrey, ha seguido día con día la evolución del Covid-19 en México, a partir de los datos oficiales de la Secretaría de Salud, tratando de ajustar curvas para comprender su funcionamiento.

En un principio, como se dio a conocer en ejecentral la semana pasada, el crecimiento de los contagios en nuestro país parecía ser exponencial, cual correspondía a las primeras etapas de la infección. Sin embargo, ahora, con más datos, se puede ver que el crecimiento es un poco más lento que exponencial (figura 1), lo cual es una muy buena noticia, aunque el crecimiento siga siendo muy acelerado.

Santillán hizo la simulación numérica de cómo se comportaría el virus si la población mexicana acata limitadamente las medidas de protección de cuarentena y distancia social. Para ello, generó un modelo que conceptualiza no a individuos sino a las familias (o grupos de cohabitan en la misma casa) como nodos unidos por enlaces, que representan a los contactos que tienen.

“La cuarentena y el distanciamiento no pueden ser totales”, dice, porque hay gente que tiene que salir a trabajar, a hacer la compra o tirar la basura, a visitar a alguien por alguna razón imperiosa; además, eventualmente se nos olvida el distanciamiento social y se pueden producir contagios.

Para el modelo, Santillán simuló cuatro escenarios: que no se acatan las medidas, lo cual conduce a la catástrofe de decenas de miles de casos de gravedad en poco tiempo. El que hay un 40% de acatamiento de cada una de las medidas, y que hay la misma proporción de acatamiento de ambas medidas a la vez. Así se puede ver, en la figura 2, que este último escenario es, en principio, suficiente para aplanar la curva y no rebasar la capacidad de carga del sistema de salud.

El modelo de Santillán no es, por supuesto, el único que se está haciendo en el país. Por ejemplo, hace unos días la Universidad de Guadalajara dio a conocer los escenarios de su modelo predictivo; por su parte, matemáticos del campus Juriquilla de la UNAM analizaron las consecuencias de viajar entre regiones.

En general, apuntan a lo mismo: si no se acatan las medidas sobrevendrá la catástrofe: un estudio que circula en la cámara de diputados predice que si no se aplican las medidas, en un escenario “optimista” en un mes habrá 60 mil infectados y mil muertos.

Sin embargo, aún al aplicar las medidas queda un problema, que la simulación de Santillán se prolonga por 200 días, es decir tres meses las medidas de contención.

11 Y 8.5 por ciento es el porcentaje de muertes en Italia y España, respectivamente.

Inmunidad, faltan miles

Las medidas de contención, al ayudar a que no se congestionen tanto los servicios de salud, evitan una proporción de las muertes, pero no son una solución total. El virus sigue estando presente y se sigue propagando en quienes son asintomáticos y quienes no pueden quedarse en casa. En consecuencia puede resurgir en cualquier momento como una epidemia.

Además, las medidas de contención, al reducir los contagios, evitan que se genere la que se conoce como “inmunidad de manada” o colectiva.

Esta forma de inmunidad es distinta de la inmunidad individual, que se da cuando una persona se enferma o es vacunada y su sistema inmunológico adquiere memoria del virus y está preparado para combatir con eficacia la siguiente infección.

La inmunidad de manada depende de que haya suficientes personas ya inmunes a una enfermedad, porque éstas impiden la dispersión del virus y así evitan que se contagien quienes aún no son inmunes.

El número de personas protegidas que se requieren para que ocurra este tipo de inmunidad depende de qué tan contagioso sea el virus.

A pesar de lo que pudiera parecer si consideramos que ya hay más de 42 mil muertos a nivel mundial, “solo una pequeña minoría de individuos en cada país han sido infectados”, afirma el estudio del Imperial College.

Con la subestimación inevitable que provocan los casos asintomáticos y el número limitado de pruebas, no hay forma de saber el número real de infectados; pero calculan que, hasta el 28 de marzo, entre 1.9

y 11.4% de los europeos tienen el SARS-CoV-2, lo que significa que en los 11 países del cálculo debe haber entre 7 y 43 millones de personas infectadas.

La variación entre países es considerable: mientras en España un 15% de la población está infectada, y en Italia el 9.8; en Alemania es el 0.77 y Noruega apenas tiene un 0.41% de su población con el virus.

La investigación del Imperial College calcula que se requeriría que entre un 50 y 70% de las personas fueran inmunes para que se pudiera dar la inmunidad de manada. Es decir, ni siquiera España está cerca de alcanzarla. “Esto implica que el virus podrá propagarse rápidamente en cuanto se levanten las intervenciones”, aclaran los autores.

Así que la única esperanza real de que el confinamiento termine en un plazo razonable está en el desarrollo de medicamentos o vacunas; los primeros, si somos muy optimistas, podrán entrar en acción dentro de unos tres meses.

Urgen más pruebas

Ante este escenario, ya hay autores que están haciendo modelos para buscar formas de reactivar la economía y sobrellevar la cuarentena.

Por ejemplo, un equipo italiano propone pedir que, de manera voluntaria, los jóvenes de entre 20 y 49 años se reincorporen al trabajo de manera gradual, “ya que enfrentan la tasa de mortalidad más baja y el riesgo más bajo de necesitar atención médica”. Sugieren iniciar por el grupo de edad de 20 a 29 años cuyo riesgo de muerte por Covid-19 es aproximadamente de 0.03%, y requerir hospitalización es de 1.2 por ciento.

También proponen generar incentivos para que los jóvenes acepten correr estos riesgos, como participación en las empresas donde trabajan.

Pero, dado que puede haber brotes de Covid-19 en cualquier momento, nada de esto será posible si no se hace un seguimiento puntual de las epidemias a nivel local.

Todos los modelos consultados asumen que hay muchos más contagios de los reportados, sea porque se hacen pocas pruebas o, en casos donde la epidemia ya se salió de control, porque la gran mayoría de ellas se hacen en ambientes hospitalarios.

Las excepciones son países como Alemania, donde hay un muy bajo porcentaje de muertes: mientras que en Italia es de 11% y en España de 8.5, en Alemania es de 0.8 por ciento.

Además de la eficiencia y capacidad de los sistemas de salud, la diferencia es que en Alemania, desde que se conoció el primer caso, se han hecho una gran cantidad de pruebas, incluyendo a gente que no tiene síntomas ni cree tener riesgos. Es la única manera de rastrear la enfermedad.

México acaba de recibir 50 mil test, que pueden parecer muchos, pero sólo pueden ser apenas el comienzo.

Una persona con Covid-19 infecta a entre dos y cuatro personas en el mes que dura la infección, en promedio a 2.5 personas; mientras que un portador con el virus del sarampión contagia a entre 14 y 16 personas en el mismo periodo.

50 mil pruebas acaba de recibir México para diagnosticar posibles casos positivos de Covid-19.