La Portada | Nuestro hombre en Rusia

3 de Diciembre de 2024

La Portada | Nuestro hombre en Rusia

PromoCentral

En unos días el empresario mexicano viajará a Rusia para consolidar la operación y diseñar la logística que le permita traer al país, en un primer embarque, 30 millones de dosis

La travesía comenzó hace 35 días. Con una carta fechada el 7 de enero, dirigida a algún funcionario que pudiera atender su petición en el consulado, intentaba formalizar la operación. Había prisa, no sólo por la oportunidad de negocio y ganar un buen lugar en la fila de espera, sino porque todas las operaciones se harían a 11 mil kilómetros de distancia, en Rusia.

Tuvo suerte. Seis días más tarde, el 13 de enero, la oficina diplomática con sede en Jalisco reportaba a sus superiores en la embajada rusa de la Ciudad de México lo siguiente: “La Oficina Comercial del Consulado Honorario de la Federación Rusa ha recibido la solicitud de parte de un reconocido laboratorio mexicano que busca la oportunidad para distribuir la vacuna rusa Sputnik V en la República Mexicana”.

El miércoles 10, un mes después, llegó la confirmación. El Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) aceptó como primer distribuidor mexicano, al empresario Jesús Ortega Martínez, quien por cierto nada tiene que ver con su homónimo, el político del PRD, incluso por esa coincidencia pide que le llamen Chucho el bueno.

En la fila de compradores está detrás del gobierno mexicano y planea obtener 30 millones de dosis en un primer embarque, a las cuales no colocará, asegura, un precio excesivo. Pero la travesía aún no termina. En realidad, es ahora que la operación con Rusia apenas comienza. En unas semanas estará en el país de Europa del este, aterrizando los detalles y definiendo la logística que lo convertirá en el primer empresario en importar la vacuna, una de las más efectivas, a México.

10 dólares es el precio en el que el gobierno ruso tasó su vacuna.

De Jalisco a Rusia sin escala

Pensando en vender un nuevo servicio con la pandemia de coronavirus, al empresario irapuatense se le ocurrió en un primer momento, comprar algunas vacunas contra el SARS-CoV-2. Así, Ortega Martínez comenzó a indagar todas las opciones. La mayoría estaban comprometidas con los gobiernos y organismos de salud, sólo estaban disponibles en el mercado la rusa y las chinas. Se decidió por la primera, “confiaron más”.
Este hombre de tez morena, actitud formal y “de muchos amigos” entre la clase política, religiosa y empresarial de Jalisco (la cuarta mayor economía del país por su aportación al PIB Nacional), apenas tiene 44 años, ni siquiera había nacido cuando la Unión Soviética lanzó el primer satélite artificial al espacio, el famoso Sputnik I. Esa esfera que era del tamaño de una pelota de playa y no pesaba más de 84 kilos, y que apenas duró tres meses en el espacio repitiendo su famoso “bip, bip, bip”.

Pero ese sólo hecho representó el triunfo de la potencia socialista frente a Estados Unidos, lanzándose ambos a partir de entonces a la pelea por el espacio.

Este joven empresario con debilidad por las tortas ahogadas, la birria, las carnitas de cerdo y los tacos de tripa, es un apasionado del futbol americano y soccer, y sus amigos cercanos aseguran que también es un filántropo de verdad que apoya a una decena de causas sociales, muchas de ellas vinculadas a la iglesia católica, a los niños y a deportistas minusválidos. Y ahora forma parte sin pensarlo de esta nueva confrontación entre los bloques políticos y económicos del mundo, la pelea por la inmunidad frente a la Covid-19, y puede ser pieza clave en la carrera contra el tiempo que juega México para impedir que se agrave la epidemia en el territorio.

Ortega Martínez ha construido negocios en diversos giros como transporte, equipo de cómputo y tecnologías de la información y vinculados al sector salud, pero es justo en este ámbito en el que ha diseñado un consorcio con Asesoría Médica Empresarial (que nació para atender las causas del estrés laboral con la NOM 035); Laboratorio Santo Domingo, y Distribuidora Química y Hospitalaria GAP, y es con el que traerá a México la vacuna rusa.

En medio del desabasto de vacunas y de su aplicación, el empresario vio la oportunidad de negocio, aunque, asegura que no lucrará con ella. En entrevista con ejecentral, evita hablar de los volúmenes de compra de la Sputnik V para México, y de precios, dice que prefiere no aventurarse, porque si bien ya tiene la aprobación del Fondo y el visto bueno del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya —que desarrolla la vacuna Sputnik V contra la Covid-19 —, desconoce el volumen que le permitirán importar, el costo, la logística completa y si en México su empresa tendrá la exclusividad de distribución.

Recientemente, el banco de inversión UBS informó a sus clientes-inversionistas que las economías emergentes como México, vacunarán en promedio sólo al 5.0% de la población este año y podrían llegar al 22% en 2022. Cifras muy por debajo del 34% de la población que inocularán las economías desarrolladas en promedio este año. Incluso, el banco suizo indicó que Estados Unidos podría cerrar 2021 con el 64% de su población vacunada y Reino Unido con el 88 por ciento.

En ese escenario, Chucho el bueno, dice que la noticia ya se expandió respecto a que es la única empresa ya en contacto directo con el gobierno de Rusia, con el RDIF y Gamaleya. Por ello, al menos cinco gobiernos estatales y varias empresas privadas están interesados en comprar millones de vacunas.

“De momento, la empresa que se ha acercado y a pedido oficialmente la autorización para empezar a negociar es la empresa de don Jesús Ortega Martínez. Es la que está haciendo las entrevistas. Oficialmente, por el lado de Jalisco, es la única que está negociando. Es la que está apostando a hacer un convenio con las autoridades (rusas) para traer la vacuna”, confirmó a ejecentral el cónsul honorario de la Federación Rusa en Guadalajara, Jalisco, Juan Santos Sánchez Navarro.

Ortega Martínez comentó que su empresa hizo “la solicitud a través de la embajada rusa y la embajada nos contestó. Nos dijo que teníamos que hacerlo a través del Fondo Ruso de Inversión Directa, el fondo nos contestó y nos dijo que ahora lo teníamos que hacer de manera directa con el laboratorio Gamaleya. Ya lo hicimos”.

Recientemente, el banco de inversión UBS informó a sus clientes-inversionistas que las economías emergentes como México, vacunarán en promedio sólo al 5.0% de la población este año y podrían llegar al 22% en 2022.

El empresario Jesús Ortega (centro) en un encuentro con almirantes de la Secretaría de Marina.

Primer pedido: 30 millones de dosis

Además del interés del sector privado de comprar 30 millones de dosis de la Sputnik V para inmunizar al menos por un año, el empresario aseguró que la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) quiere aprovechar su personal y alumnos especializados para emprender una campaña de vacunación privada en todo México, y posteriormente aprovechar sus conexiones para inocular contra el coronavirus a otros países de América Latina.

“De inicio pensé, voy a traer un millón de dosis, pero llevamos como 30 millones de dosis en solicitudes a través de empresas (privadas), empresas relacionadas al IPAE (Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa), universidades y gobiernos estatales”, indicó el empresario.

Además, comentó sin proporcionar nombres, “hasta hoy (1 de febrero) tengo cinco cartas (compromiso) de gobiernos. No puedo decir los nombres, pero puedo decir que dos son de los estados más importantes del país. Uno es del norte, uno de occidente, otro más del norte, otro del Bajío y otro del Pacífico”.

Considerando las palabras del empresario y los datos del Sistema de Cuentas Nacionales de México (SCNM), que elabora el Inegi, se desprende que de los estados más importantes del país, el del norte es Nuevo León, entidad que se ubica como la tercera mayor economía del país con una contribución de 7.85% al PIB nacional. El de occidente es Jalisco, la cuarta mayor economía de México. Además, podrían también estar Guanajuato y Coahuila.

Respecto a la UAG, comentó que tuvo una reunión con sus autoridades y que la recomendación de ellos fue: “‘Vamos a traerla, la distribuimos y la aplicamos donde tú quieras. No sólo en Jalisco, sino a nivel nacional’. Me dicen también, ‘tenemos un historial muy fuerte y una estrecha relación con las universidades de los países de Latam (América Latina), podrías tener la capacidad para entrar (con la vacuna) a Honduras, Panamá, Guatemala, Costa Rica o El Salvador, entre otros’”.

Incluso, en el diseño de estrategia está contemplando la integración de otro de sus negocios, el de una empresa de transporte a través de helicópteros, con los cuales se podría llegar a los “lugares más recónditos, se puede llevar la vacuna a los lugares más remotos como la Sierra de Chihuahua, a Sinaloa. Hay mucha gente que está dispuesta a apoyar para acelerar la campaña de vacunación y así aportar para que la economía se reactive a través del trabajo de las empresas, de los trabajadores y del consumo”.

“Si el laboratorio dice que me puede suministrar uno, dos o cinco millones de dosis mensuales, puedo empezar a gestionar los pedidos”. Los gobiernos estatales han solicitado “al menos un millón de dosis” cada uno de ellos, adelantó a este periódico.

Además, de manera paralela, el empresario inició desde el año pasado el proceso para que sus empresas tengan la autorización de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para poder manejar la vacuna, ya que actualmente considera que no tendrá trabas por parte del gobierno mexicano.

Su escenario considera que no tendrá obstáculos por parte de las autoridades mexicanas, ya que a pesar de que el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell aseguró que sólo el gobierno podría tener las vacunas, 24 horas después el presidente lo corrigió y aseguró que tanto los gobiernos como las empresas serían autorizados.

Adicionalmente, el éxito de este negocio, explica, dependerá de la cantidad, no de un precio excesivo. Y es que el mercado que pueda estar interesado será amplio, ya que la estrategia nacional de vacunación, por ahora ha dejado fuera a médicos privados y hasta mayo se comenzará a aplicar las vacunas a los menores de 60 años.

30 millones de dosis en pedidos ha acumulado el empresario.

Sólo 10% del costo

El empresario que vive en las inmediaciones de la cuna del tequila, y que prefiere beber un vaso de agua de papaya en un día caluroso en lugar del néctar del agave, dice que a mucha gente le ha preguntado “¿Cuánto está dispuesto a pagar por la vacuna? ¿Cuánto estás dispuesto a pagar por la vacuna para tus papás? Hay muchas respuestas, pero algo que sí puedo decir, es que no voy a lucrar con la gente. No voy a especular con el precio”.

En ese mismo sentido, agregó que hay personas que han respondido “‘yo puedo pagar 10 mil pesos” (unos 495 dólares), y que otros han respondido “yo puedo pagar 15 mil pesos (unos 740 dólares) por una vacuna. A ellos les digo: ‘mi intención no es lucrar cabrón’. Perdón por la expresión pero no voy hacer el gran negocio, es para reactivar económicamente a la gente”.

Esas posturas de pagar hasta 15 mil pesos por vacuna contra el SARS-CoV-2, que sondeó el empresario, se quedan cortas frente al precio de algunos medicamentos contra el cáncer como las soluciones inyectables: Keytruda que se vende en 84 mil pesos, el Opdivo en 39 mil pesos, el Velcade en poco más de 25 mil 100 o el Benefix en casi 22 mil 500 pesos. Sin embargo, datos oficiales muestran que al cierre del año 2020, en México 12.3 millones de trabajadores (23.3% del total de empleados en el país) cobraron menos de tres mil 700 pesos (184 dólares) al mes y 18.2 millones de ocupados cobraron entre tres mil 700 pesos y menos de siete mil 400 pesos (368 dólares).

Lo anterior significa que de los 126.01

millones de mexicanos que reportó el Censo de Población y Vivienda 2020, alrededor de uno de cada cuatro personas comió, vistió, educó y se transportó con entre 123 y 246 pesos diarios, cifra que al tipo de cambio actual fue entre 6.1 y 12.3 dólares al día. Menos de una hora de salario en Estados Unidos.

Para el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el ente gubernamental encargado de medir la pobreza, al tercer trimestre de 2020, la pobreza laboral de los mexicanos se ubicó en 44.5% de la población, eso fue 6.7 puntos porcentuales más respecto al mismo periodo de 2019. Dicho concepto se refiere al porcentaje de la población cuyo ingreso laboral es menor al valor de la canasta alimentaria. Eso permeó a 28 de las 32 entidades federativas del país.

Quizá por su visión empresarial, Chucho el bueno enfatizó que “sería muy irresponsable dar un rango de precios. Puede venderse entre los 25, 30 o 40 dólares, no lo sé”. Sin embargo, advirtió que están “considerando más o menos tomar máximo un 10% (de sobreprecio), considerando todo el gasto logístico para traer la vacuna”.

El sitio oficial de la vacuna rusa (sputnikvaccine.com) señala que la Sputnik V (de dos dosis de aplicación) tendrá un precio en los mercados internacionales de 10 dólares (202 pesos, a la paridad actual). Aunque esa información no tiene fecha de publicación. El 11 de enero, anunciaron que fabricarán una vacuna de una sola aplicación, a la que denominaron “Sputnik Light”, que tendrá un menor precio.

Jesús Ortega acompañado por el empresario gasolinero Fernando Arteaga (al centro), y el matador de toros español, Enrique Ponce (derecha).

La matrioshka de las vacunas

Mientras que en la primera semana de febrero la vacunación con Sputnik V ya inició en países como Bolivia, Argelia, Kazajstán, Turkmenistán, Palestina, Emiratos Árabes Unidos, Paraguay, Armenia, Hungría, República Serbia de Bosnia, Venezuela e Irán, Jesús Ortega Martínez es el único empresario que pretende traer la vacuna rusa a México.

Sin embargo, se debe recordar que previo a que la prestigiada revista médica británica The Lancet respaldara a la vacuna rusa (el 2 de febrero) de las críticas internacionales sobre su efectividad, a finales del año pasado trascendió que otro “empresario” mexicano ya había adquirido 2.0 millones de dosis para su venta en México y Centroamérica, algo que las autoridades rusas no confirmaron a este periódico.

En la última semana de enero, la prensa mexicana, citando al Fondo Ruso de Inversión Directa, desmintió el acuerdo con el empresario de Veracruz Alejandro Cossío, quien además informó que está a la espera de la autorización de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para comercializar la vacuna en México.

Al respecto, Ortega Martínez indicó: “No puedo opinar sobre las versiones que argumentan otras personas. Es ilógico que digan que un laboratorio ruso está haciendo gestiones a través de una empresa que está en Miami para comercializar la vacuna a nivel mundial. Esto es totalmente, con todo respeto, incongruente”.

En una breve entrevista con el periodista Carlos Loret de Mola, Cossío defendió su postura de empresario y advirtió que la compra la había acordado una de sus empresas con una compañía basada en Miami, Estados Unidos. Al respecto, un dato curioso, es que el sitio oficial de la vacuna rusa (sputnikvaccine.com) eliminó el comunicado que señaló la prensa mexicana sobre el desmentido de la venta al mexicano.

Además de eso, se debe recordar que desde septiembre del año pasado, el RDIF pactó con el laboratorio mexicano Landsteiner Scientific para convertirse en el socio comercial para la distribución de 32 millones de dosis de la vacuna. En ese entonces, el fondo ruso informó en un comunicado de prensa: “Se prevé que los envíos de vacunas a México comiencen en el mes de noviembre de 2020, sujeto a la aprobación de los reguladores mexicanos”. Sin embargo, fue hasta el día de la publicación de The Lancet que la Cofepris autorizó el uso de emergencia a la Sputnik V en el país.

El “primer embarque con 400 mil dosis del biológico ruso podría recibirse durante este mes”. Además, el organismo gubernamental informó que “autorizó al Laboratorio de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), representante legal en México del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), para que el biológico desarrollado por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya pueda utilizarse en nuestro país para prevenir el SARS-CoV-2”.

Birmex, que traerá la vacuna a México para el gobierno, es una sociedad mercantil registrada como “Sociedad Anónima de Capital Variable, S.A de C.V.”, aunque su propiedad es del Estado. De la que por cierto, en la fiscalización de la cuenta pública 2019, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), encontró algunas anomalías, no en cuestión de recursos monetarios, pero sí en transparencia de la información del proyecto de Birmex para la “Construcción, Adaptación y Puesta en Marcha de una Planta de Vacunas contra la Influenza y Combos Pediátricos”.

“A la fecha de la revisión no había presentado conjuntamente con el desarrollador del proyecto, el plan de transición de la planta, el que debió entregarse 5 años antes de la terminación del contrato”, señaló la ASF.

Así, en ese escenario el laboratorio privado Landsteiner Scientific, con operaciones en México y España, y la paraestatal mexicana Birmex, son hasta el momento, los distribuidores oficiales de la vacuna rusa en nuestro país, y a ellos se suma el consorcio de salud de Jesús Ortega.

Después de la publicación de la Fase III de la Sputnik en la revista Lancet, la confianza en la vacuna aumentó en el mundo, lo que incrementó los pedidos a Rusia, que si bien ha tenido una constante distribución a los diferentes países, ha sufrido de retrasos en las entregas. Por ahora, en México se ha cambiado en tres ocasiones respecto a la fecha de llegada, aunque en un caso se debió a que aún no se tenía la autorización por parte de Cofepris.

Jesús Ortega con el cardenal Juan Sandoval Íñiguez (al centro) y el hermano del empresario Carlos Ortega Martínez (a la izquierda).

“El socio ruso”

El empresario filántropo, comentó en la entrevista con ejecentral que para asegurar el éxito de la importación, distribución y aplicación de la vacuna, consiguió un socio ruso que inyectó capital a la empresa Distribuidora Química y Hospitalaria GAP.

“Lo más importante después de la vacuna rusa, es que nosotros tenemos un socio ruso. Las cosas no suceden o no van a suceder de manera eficaz si no tienes una persona o un contacto directamente en el lugar. Un socio que pueda gestionar directamente con el laboratorio para poder traer el producto a México”, detalló Jesús Ortega Martínez.

El monto del capital invertido o la participación accionaria, dijo, es información confidencial, por lo cual se abstuvo de revelarlo.

Dada la confianza que depositó en la gestión de la operación a su socio ruso, el mexicano asegura que en unas semanas estará viajando a Rusia. Viaje que aprovechará para analizar otros productos que pueda importar a México.

De entrada, ya observó un “parche para la gente que sufre quemaduras. Hay muchos productos que nos podemos traer y pueden ayudar a la población de manera general, a la gente más necesitada. Para la gente que tiene una situación (económica) complicada que a veces con los productos que tenemos en México, no pueden tener calidad de vida”.

Este viaje de 10 mil kilómetros será pronto. Este miércoles Chucho el bueno sostuvo una videoconferencia con las autoridades rusas y su socio en ese país, y les notificaron formalmente que ya fueron aceptados como distribuidores mexicanos, los primeros y hasta ahora los únicos. Los documentos que lo certifiquen, llegarán en unos días, dijeron.

Es entonces cuando la travesía cobra forma. Deberán conocer detalles, precios, condiciones de transporte, rutas y cantidades que podrán importar, además de las fechas. Esto definirá toda la operación.

Tras el diseño de la logística, comenzarán a recibir los pedidos, que serán de pronta entrega para hacer una estrategia y una vacunación efectiva.

En la fila de las compras en el país, el consorcio del empresario se ubica detrás del gobierno mexicano, que pactó comprar 24 millones de dosis. Inmediatamente después considera, los rusos atenderían su pedido.

Podría ser que Jesús Ortega se convierta en el hombre que desde Rusia, acelere la vacunación en México. “Confiamos en los rusos”, dice antes de cortar la llamada.