El atronar vertiginoso de la pólvora puede escucharse a cualquier hora del día. También puede ocurrir el secuestro o crimen selectivo de personas en la calles, el cierre intempestivo de avenidas con automóviles y camiones incendiándose, o la persecución de camionetas por parte de las fuerzas de seguridad en medio de las calles de Nuevo Laredo, Miguel Alemán, Ciudad Victoria, Reynosa, Matamoros o alguna otra ciudad o comunidad de Tamaulipas.
Apenas el miércoles pasado, a plena mañana, 136 personas, en su mayoría menores de cinco años que viajaban a bordo de dos camiones, para recibir su primera dosis de la vacuna anti-covid, quedaron varados en medio de una balacera en Reynosa, entre los ejidos Días y Cavazos, cuando los camiones tenían como meta llegar al Puente Internacional Pharr.
En el municipio de Camargo se detuvieron intempestivamente, cuando sus llantas se poncharon porque pasaron sobre las conocidas “estrellas”, artefactos que suelen colocar los grupos criminales para inmovilizar patrullas y abrir fuego. Los medios locales reportaron que la persona que habría arrojado los ponchallantas abrió fuego en contra de una patrulla de la policía estatal, lo que desembocó en una persecución, e intercambio de disparos. Los menores, sus padres y demás acompañantes sólo pudieron tirarse al piso del camión y esperar.
El territorio tamaulipeco desde hace 20 años vio cómo se desdibujaba la seguridad de su población, de comerciantes, transportistas y funcionarios. Es también donde los grupos criminales han innovado a lo largo de estos años, desde conformar grupos paramilitares, construir tanques o blindajes artesanales para protegerse y atacar a sus enemigos o autoridades; crear páginas web como una estrategia de contrainformación; en formas de tortura y desaparición o de corrupción; en seducir a jóvenes con estrategias en redes sociales; hasta intimidar a la población para que no salga a votar o, por el contrario, encargarse del acarreo de ciudadanos en días de elecciones. Todo eso y más, dan cuenta los informes de inteligencia.
La capacidad criminal en esta ciudad fronteriza mexicana ha impactado a sus jóvenes que se sienten inseguros y las familias que buscan a sus desaparecidos en sus inversiones, pero también en las oportunidades laborales y en la buena vecindad con Estados Unidos, en una frontera que es la más activa en intercambio comercial de todo el país, y eso incluye productos ilegales, incluyendo las armas ilegales, pues es en este punto en donde se considera el mayor ingreso de las mismas.
Así, el mayor número de alertas por violencia que el gobierno de Estados Unidos ha emitido en los últimos años es precisamente para Tamaulipas; sus consulados son los que en mayor número de ocasiones y por el mayor número de días han tenido que cerrar sus puertas ante el riesgo, incluso sus empleados tienen un seguro especial por el alto riesgo que se considera están expuestos.
El gobierno estadounidense lo ha dicho muy claramente: miembros fuertemente armados de grupos criminales a menudo patrullan áreas del estado y operan con impunidad, especialmente a lo largo de la zona fronteriza que corre desde Reynosa hasta Nuevo Laredo, y las policías locales “tiene una capacidad limitada para responder a incidentes delictivos”.
Pero esta afirmación no es de años atrás, el aviso apenas se difundió el 28 de marzo pasado para alertar a sus ciudadanos si pensaban viajar, y se le colocó en el mayor nivel de riesgo, el cuatro:
“La actividad del crimen organizado, que incluye tiroteos, asesinatos, robos a mano armada, robos de vehículos, secuestros, desapariciones forzadas, extorsiones y agresiones sexuales, es común a lo largo de la frontera norte y en Ciudad Victoria. Los grupos criminales tienen como objetivo los autobuses de pasajeros públicos y privados, así como los automóviles privados que viajan a través de Tamaulipas, a menudo tomando pasajeros y exigiendo pagos de rescate”.
De acuerdo con la última actualización del informe delictivo del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el primer bimestre de este año han sido asesinadas 75 personas, el 64% de las cuales fueron homicidios por arma de fuego; las 452 víctimas de lesiones dolosas también reflejaron un incremento de más del 18% entre enero y febrero.
Todo esto configura a Tamaulipas como el punto considerado, en este momento para las oficinas de inteligencia y electorales, como el de más alto riesgo en este proceso electoral que concluirá el próximo 5 de junio, con las jornadas de votaciones para gobernador.
Las otras entidades, Aguascalientes, Durango o Hidalgo, no representan por ahora un riesgo elevado; pero Quintana Roo y Oaxaca, donde también hay elecciones para gobernador, sí tienen las alertas encendidas por el nivel de violencia que ha ido incrementando; sin embargo no al nivel de Tamaulipas.
Y es que las alertas y el pedido de auxilio desde la región tamaulipeca llega de todos los frentes. Organismos empresariales como la Federación de Cámaras Nacionales de Comercio, (FECANACO), e incluso representantes religiosos, como recientemente lo hizo el obispo de Tampico Armando Álvarez Cano, obispo de la Diócesis de Tampico, han lanzado un llamado a autoridades, políticos y candidatos a atender el tema de la inseguridad y la violencia que persiste en varias zonas de la entidad.
La elección en esta entidad se disputa entre tres candidatos: César Verástegui Ostos, El Truko, por la coalición PAN-PRI-PRD; Américo Villarreal Anaya por Morena-PT-Verde Ecologista, y Arturo Diez Gutiérrez Navarro por Movimiento Ciudadano.
De acuerdo con las más recientes encuestas publicadas por El Financiero y El Universal, al arranque de las campañas, la ventaja la tiene el morenista, seguido de El Truko y en tercer lugar Movimiento Ciudadano, pero faltan dos meses y los dos primeros enfrentan cuestionamientos públicos por sus posibles relaciones con personajes señalados como narcotraficantes, algo que ellos han negado, pero que las agencias de Estados Unidos investigan.
En este escenario, el tercer candidato, Arturo Diez lanza una alerta para el gobierno federal: tienen que blindar la elección de Tamaulipas, para que los grupos criminales no intervengan y garanticen que los ciudadanos salgan a votar. El riesgo de que Tamaulipas se convierta en el primer verdadero narcoestado, sostiene, es una posibilidad real en esta elección.
El equipo de campaña de Diez Gutiérrez ya recibió las primeras amenazas al inicio de las campañas, es por eso que solicitaron a las autoridades electorales seguridad.
“No tengo miedo”
A sus 59 años, Arturo Diez Gutiérrez Navarro desafía la narcopolítica arraigada en lo profundo de la economía y sociedad de Tamaulipas. Ha decidido postularse como candidato a la Gubernatura por Movimiento Ciudadano (MC) en uno de los estados con los índices de violencia más altos en México y con cuatro exgobernadores acusados de nexos con el crimen organizado.
Sentado en el sillón gris en la casa de ventanales de cristales gigantes, en entrevista con ejecentral expresa que no tiene miedo a enfrentarse a los otros dos aspirantes que, según sus palabras, tienen vínculos con la delincuencia organizada. Su respuesta es tajante: “No tengo miedo y no tengo por qué tenerlo”. Lo repite a lo largo de la entrevista, quizá en un intento de convencerse a él mismo.
Ante la posible participación de la delincuencia organizada en el actual proceso electoral estatal, el empresario ganadero enciende los “focos rojos” por el riesgo potencial de agresiones, de estrategias de campaña de inhibición al voto o financiamiento ilegal.
“Claro que sí tiene que estar ahí al pendiente de que las elecciones se desarrollen en paz, que salga la gente a votar y que vote por el mejor y por el que los haya convencido. Es importante salir a votar”, pide.
¿Urge que la federación ponga un ojo en Tamaulipas para garantizar el voto?, se le pregunta.
“Totalmente”, responde.
Como precandidato visitó los 43 municipios en los que se entrevistó con los ciudadanos, recorrió más de 7 mil 500 kilómetros, en los que entró a brechas y caminos, sitios de los que salió ileso, presume.
¿En esos recorridos no le dio miedo?
“No, no me dio miedo”.
¿Por qué?
“No he tenido ningún problema con la delincuencia. Los otros dos candidatos no fueron porque tienen vínculos con la delincuencia. No, no me dio miedo y no traía escolta y de veras anduve caminando en plazas, anduvimos en caminos, en brechas también, anduve por todos lados. No tengo miedo y no tengo por qué tenerlo”.
Narcopolítica en elecciones
Arturo Diez Gutiérrez acusa a sus rivales políticos, a César Verástegui Ostos, candidato de la alianza “Vamos por Tamaulipas”, conformada por el PAN, PRI y el PRD; y a Américo Villarreal Anaya, de “Juntos Haremos Historia en Tamaulipas”, de la coalición de Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), de tener nexos con el crimen organizado.
“A uno le dicen El Truko, ustedes sabrán por qué le dicen ‘El Truko’; y el otro trae el caso (Sergio) Carmona, donde fue financiado por el crimen organizado. Hay que preguntarle a los dos”, desafía.
Los poderes fácticos actúan a través de los dos candidatos y, si alguno de ellos gana la gubernatura de Tamaulipas, no tendrá la voluntad política para resolver los problemas que aquejan a los ciudadanos, expone el candidato.
“Ahí están los dos candidatos, los dos están muy ligados con el crimen organizado”, insiste, “no le iría nada bien a Tamaulipas, no le iría nada bien con ninguno de estos grupos porque no van a tener la voluntad política”.
“Arturo Diez está limpio. No hemos tenido ningún acercamiento y no me interesa tener algún vínculo”, promete.
Américo Villarreal ha sido vinculado con Sergio Carmona, empresario asesinado y acusado de tráfico y contrabando de gasolinas y Diésel robados.
De acuerdo con publicaciones periodísticas, Carmona financió la campaña de candidatos de Morena a distintos cargos de representación popular en los comicios pasados en México. Tan sólo habría destinado 500 millones de pesos a las campañas de aspirantes morenistas a 15 gubernaturas. El vínculo entre Carmona y Morena es el diputado Erasmo González.
También existe una denuncia de que Mario Delegado, actual dirigente nacional de Morena, así como a la anterior, Yeidckol Polevnsky, y Américo Villarreal, volaron en el avión privado de Carmona.
Actualmente, el candidato ha sido acusado de usar camionetas blindadas de la empresa de Carmona.
Esta no es la primera vez que un político es acusado de mantener relaciones con el crimen organizado, hay al menos cuatro exgobernadores tamaulipecos imputados de lavado de dinero, uso indebido de los recursos públicos y fraude.
A Manuel Cavazos Lerma, quien gobernó de 1993 a 1999, se le señaló de delitos contra la salud y lavado de dinero. Tomás Yarrington fue encarcelado el 9 de abril de 2017 al relacionarlo con delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, supuestos pagos del Cártel del Golfo.
Casi un año después, fue extraditado a Estados Unidos en el que se le acusó de narcotráfico, extorsión, fraude y lavado de dinero. El exgobernador reconocería que recibió 3.5 millones de dólares en sobornos que usó para la compra de propiedades.
Su sucesor, Eugenio Hernández, también fue imputado de defraudación bancaria, asociación delictuosa y lavado de dinero. El gobierno de Estados Unidos lo acusó de recibir dinero proveniente del Cártel del Golfo y tiene una orden de extradición.
La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda señaló a Egidio Torre Cantú de no comprobar el gasto de 47 millones de pesos de las arcas del estado.
Y lo mismo sucedió con el gobernador actual, emanado de otro partido político, de Acción Nacional, a Francisco García Cabeza de Vaca, a quien le giraron una orden de aprehensión por fraude fiscal y en Estados Unidos se le investiga.
“¡Claro que hay una desilusión! Decían que no robaban, que no mentían y no traicionaban; y sí robaron, sí mintieron y sí traicionaron. Las tres cosas que prometieron, ahí ven los escándalos. Son más de lo mismo”, critica el candidato de Movimiento Ciudadano.
Arturo Diez Gutiérrez asegura que, si obtiene la mayoría de los votos el próximo 5 de junio, revisará a la administración de García Cabeza de Vaca. “Hay que verlo, ver si se hicieron bien las cosas”, dice, “ya ves lo qué pasó en Nuevo León, tienes que llegar y revisar. Llegas, revisas y ahorita ya un tema ahí entre el gobierno del estado y el gobierno federal”. Y advierte que lo mismo sucederá en su gobierno, en caso de obtener la victoria.
“Si un funcionario no está haciendo bien las cosas, no nomás correr, vamos a investigarlo, si hizo mal las cosas, se va a la cárcel”.
Economía, el eje de la propuesta de Arturo Diez Gutiérrez
Cuando visitó el municipio de Jiménez como precandidato, a Arturo Diez Gutiérrez le impactó conocer a Francisco, quien vive en situación de pobreza junto a sus tres hijas.
“¿Esa persona a dónde se va a ir? Esa persona se nos puede ir a la delincuencia por falta de oportunidades y esas tres niñas no van a estudiar, se nos van por otro lado”, alerta.
La pobreza, la falta de empleo y los altos índices de violencia son patrones que se repiten a lo largo de Tamaulipas.
“Vi un Tamaulipas triste con sed de justicia, de hambre. Como decía nuestro amigo Luis Donaldo Colosio, te das cuenta que la gente está triste por falta de oportunidades, está triste porque no hay salud, está triste porque no hay educación, está triste porque están los niños solos con los abuelos porque ellos tuvieron que emigrar para sacar adelante a la familia. ¿Y por qué no tener ahí las oportunidades?”, cuestiona.
La propuesta del candidato se basa en dos ejes principales enfocados a la economía: la atracción de inversión y la creación de empleos.
“Ya viene la paz en Tamaulipas. Vamos a empezar de cero, vamos a echarle ganas y tiene que haber voluntad política de hacer bien las cosas”, dice.
En materia de seguridad y fiscalización, asegura que tendrá “mano dura” contra los delincuentes.
“Yo voy a poner orden. Es como en nuestra familia, si nosotros educamos a nuestros hijos cundo se nos van por ahí: ‘oye, ya no hay carro, ya no te voy a dar dinero’; entonces, si no obedeces y estas son las reglas y si te vas por otro lado. Toda acción lleva una consecuencia”, compara.
El empresario también reconoce que sí existen vacíos de Estado, en los que ha permeado el crimen organizado.
“Claro que hay vacíos y son graves, hay que ponerles mucha atención”, afirma.
Y critica la política pública de Estados Unidos de falta de combate a las drogas.
“No puede ser que en Estados Unidos haya muchísima droga y que no pase nada; y nosotros acá en México nos estamos matando, ¿qué están haciendo allá las autoridades? Nada más cruzan la mercancía del otro lado y no pasó nada”, cuestiona.
Luego de los cuestionamientos, reconoce la importancia de mantener buena relación con la Presidencia de la República, así como establecer lazos con su homólogo de Texas, en Estados Unidos, Greg Abott.
“Hay que llevar buena relación. Un alcalde no se puede pelear con un gobernador y un gobernador no se puede pelear con un Presidente.
En algunas cosas no estaremos de acuerdo, pero no tenemos por qué pelearnos, creo yo que las cosas se consiguen mejor por las buenas que por las malas”, menciona.
“Y el dialogo es más importante y yo voy a llevar una muy buena relación con el Presidente (Andrés Manuel López Obrador). Obviamente, voy a cuidar los intereses de los tamaulipecos, eso es lo que a mí me importa”, agrega.
Entrevista con Arturo Diez Gutiérrez