La Portada | Morena, el menos apto para combatir la pobreza
ejecentral aplicó una metodología para identificar la incidencia que tienen los gobiernos municipales en el combate a la pobreza extrema, y los resultados, tras revisar cada alcaldía en el país, ponen en evidencia qué partidos han tenido mayor éxito o no; la gran revelación es que los mejores resultados los tienen los sistemas de usos y costumbres
Los partidos políticos tradicionales no son la mejor herramienta para combatir la pobreza extrema en los municipios del país. El modelo que en los últimos cinco años ha resultado más efectivo para reducir la miseria en lo local son los sistemas normativos indígenas, mejor conocidos como regímenes de usos y costumbres.
Y de los partidos convencionales, el que ha tenido los resultados más limitados para reducir la pobreza extrema es Morena, de acuerdo con datos oficiales.
Para llegar a estas conclusiones, ejecentral revisó la base de datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) sobre pobreza a nivel municipal 2010-2020.
Primero se compararon los datos de pobreza extrema de 2015 (año en que Morena ya se había constituido como partido y ya competía en las elecciones municipales) con los de 2020, último año con datos consolidados.
El siguiente paso fue seleccionar los 200 municipios donde más creció la miseria y los 200 donde más se redujo. Una vez detectados, se procedió a identificar los partidos o las alianzas que gobernaron esas demarcaciones a lo largo del quinquenio 2015-2020.
Así, se pudo determinar que entre los 200 municipios donde más se redujo la pobreza extrema en el país hay 40 que se rigen por sistemas normativos indígenas. Todos ellos se localizan en Oaxaca y los márgenes de reducción de pobreza oscilan entre -85% (Guelatao de Juárez) y -54% (San Vicente Nuñú, San Jerónimo Tlacochahuaya y San Pablo Macuiltianguis).
El caso contrario lo representa Morena, que tuvo más incidencia en el aumento de la miseria que en la disminución. El partido del presidente Andrés Manuel López Obrador gobernó solo o en alianza en 36 municipios de los 200 municipios donde más creció la pobreza entre 2015 y 2020. En cambio, gobernó en solamente 16 de los 200 municipios donde más se redujo la marginación.
Si se buscara una relación entre ambos datos, un número menor a 1 equivale a una incidencia negativa sobre la pobreza (se influye más en el aumento que en la reducción); un número equivalente a 1 representaría una incidencia neutra (se influye de igual forma en ambos sentidos del problema) y un número superior a 1 representa una influencia positiva (se incidió más en la reducción que en el crecimiento de la miseria).
En este contexto, Morena tuvo un índice de 0.4, que equivale a una incidencia negativa en la pobreza, pues participó más en el crecimiento que en la disminución de la pobreza extrema.
En cambio, los municipios regidos por el principio de usos y costumbres tuvieron un índice de 5.3, que significa una incidencia positiva en el combate a la miseria, pues participaron más en la reducción que en el crecimiento.
Siguiendo con esta metodología, el PRI y el PRD tuvieron en el periodo 2015-2020 una incidencia neutral sobre la pobreza extrema, pues sus índices están cercanos a la unidad.
El PRI gobernó sólo o en coalición en 95 de los 200 municipios que más redujeron la pobreza y en 95 de las 200 demarcaciones donde más creció el flagelo, lo que da un índice de 1, es decir, tuvo la misma incidencia en ambos sentidos de la problemática.
El PRD, por su parte, participó solo o en alianza en 46 de los 200 municipios donde más se redujo la miseria y en 48 de los 200 donde más creció, lo que da un índice de 0.95; es decir, tuvo ligeramente una mayor incidencia en el empobrecimiento de sus gobernados.
De las fuerzas políticas tradicionales, la única que tuvo un saldo positivo es el PAN, que gobernó solo o en coalición en 66 de los 200 municipios que más redujeron la pobreza extrema y en 59 de los 200 municipios donde más creció, lo que arroja un índice de 1.1, ligeramente cargado hacia la parte positiva del problema; es decir, hacia la reducción de la miseria.
Alternancia, ¿un mal necesario?
Los datos de Coneval arrojan que la alternancia o la permanencia de un mismo partido al frente de los municipios sí puede marcar la diferencia para la reducción de la pobreza extrema.
De 2015 a 2022, 249 municipios tuvieron una reducción de la miseria por arriba de 50 por ciento. De ellos, en 149 no hubo alternancia y en un centenar sí hubo cambio de partido o alianza.
Estos datos permiten inferir que la permanencia de un partido o coalición en un municipio hace posible que las políticas sociales tengan continuidad (y por lo tanto mayor efectividad), que cuando hay cambio de colores.
Cuando se toma en cuenta el número de habitantes, las diferencias no son tan grandes entre ambos escenarios. Por ejemplo, en los 100 municipios donde la pobreza extrema se redujo más de 50% y además hubo alternancia política, el número de personas en marginación bajó 61.9%, al pasar de 166 mil 550 habitantes en 2015 a 63 mil 420 en 2020.
›Por otra parte, en los 149 municipios con mayor abatimiento de la pobreza extrema donde no hubo relevo de partidos políticos, el número de habitantes en pobreza extrema bajó 59.1%, al pasar de 220 mil 285 a 89 mil 180 personas en el quinquenio de referencia.
La formación de alianzas político-electorales no marca una diferencia notable en la reducción de la pobreza extrema, de acuerdo con los datos de Coneval. De los 200 municipios con mayor reducción de la pobreza, 53 fueron gobernados en algún momento del quinquenio de referencia (2015-2020) por partidos coaligados. Asimismo, de las 200 demarcaciones con más aumento de la miseria, 53 fueron gobernados por alianzas, por lo que tienen la misma incidencia en ambos lados del fenómeno.
Lo que sí se pudo detectar es una diferencia en función de las fórmulas que se integran para gobernar los municipios. Por ejemplo, de los 200 municipios con mayor reducción de la pobreza extrema, 29 fueron gobernados por el PRI y sus aliados (principalmente el Partido Verde y el partido Nueva Alianza); en cambio, de los 200 municipios con mayor aumento, 31 tuvieron participación del bloque comandado por el tricolor, lo que arroja una incidencia negativa; es decir, con mayor influencia en el crecimiento de la pobreza.
En cambio, las alianzas encabezadas por PAN y PRD (en conjunto con el PT, Movimiento Ciudadano) tuvieron mayor incidencia en la reducción de la pobreza extrema (20 de los 200 municipios con más abatimiento), que en el crecimiento del problema (10 de las 200 demarcaciones con mayor aumento).
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