Faltaba poco tiempo para la jornada electoral en la que se debería elegir al nuevo gobernador de Baja California Sur. La pelea estaba muy reñida entre Morena y la alianza Va por México (del PAN, PRI y PRD). Los operadores electorales estaban urgidos de sumar todas las cartas posibles para ganar, por primera vez, la península. Había un personaje, con impacto público que no se había sumado a la campaña del morenista Víctor Manuel Castro, y era el exgobernador Leonel Cota Montaño.
El experredista en realidad había operado en contra del candidato del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero la jugada no le había resultado, por lo que ni siquiera había podido influir en la colocación de sus candidatos en los municipios, y como última opción tampoco favorecer, en las sombras, el triunfo a los panistas y priistas, de los que era cercano.
Fueron varios los enviados que sentaron a Cota Montaño para provocar su definición. El político más notorio fue el senador Ricardo Monreal, quien fue uno de los operadores designados por Morena para apoyar en Baja California Sur; más tarde lo haría el líder del partido Mario Delgado. Entonces el experredista se pronunció públicamente por la victoria de Castro y del resto de los candidatos. Lo hizo hasta las últimas semanas de mayo, a pocos días de la jornada electoral. Al final, Morena ganó con seis puntos.
Entonces, Leonel Cota Montaño no supo cómo se enteraron de sus operaciones secretas para boicotear a los morenistas, lo que sí confirmó es que en el gobierno federal conocía de sus relaciones sospechosas con empresarios y grupos de poder en territorio sudcaliforniano.
Lo que ignoraba el experredista es que lo vigilaban desde años atrás. Desde la Secretaría de la Defensa Nacional se había dado la orden de que se le siguiera de cerca, no sólo por sus misteriosas relaciones, sino porque los militares confirmaron que el dinero que poseía no iba acorde a su trabajo, pero lo más importante es que descubrieron que por su afición a las carreras de caballos, sostenía una constante relación con mensajeros del narcotráfico.
Escalando en tres partidos
Su nombre completo es Leonel Efraín Cota Montaño y nació hace 67 años en la comunidad histórica de Santiago a unos 45 kilómetros de Los Cabos, Baja California Sur, y aunque estudió en la UNAM la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública no se quedó en la Ciudad de México, regresó a su estado para trabajar, de acuerdo a su propio currículum.
Su primer empleo en el servicio público se registra en 1985, como director del Instituto de Capacitación para los Trabajadores del Estado y Municipios (ICATEM), del gobierno sudcaliforniano. En esos años Cota Montaño militaba en el PRI, y lo hizo por 14 años, su más largo periodo de militancia, consiguiendo ser diputado federal (1994-1996) y ser presidente municipal de La Paz (1996-1999).
Y se convirtió en oposición cuando se postuló como candidato a la gubernatura de Baja California Sur, porque el PRI no le dejó obtener la candidatura. A través de una coalición, en 1999 llegó al poder, convirtiéndose en el primer gobernador impulsado desde la izquierda en Baja California Sur.
Su discurso que giraba en torno a ideas como “servir a la sociedad”, “cancelar gastos superfluos”, “un gobierno con sentido social”, entre otras más, lo acercó al Partido de la Revolución Democrática (PRD), y siendo militante se convirtió en cercano a personajes de la política de izquierda como Alejandro Encinas, a Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.
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Durante su administración en Baja California Sur, Cota Montaño fue reconocido, pero también cuestionado, especialmente por sumar a su gobierno a familiares, a quienes otorgó distintos cargos; los más visibles eran su hermano Juventino Cota Montaño quien coordinaba a sus asesores y su hermana Rosa Delia, que era directora estatal del Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF). Los medios locales publicaron entonces decenas de notas acusándolo de nepotismo.
En 2005, dejó la gubernatura y se convirtió en presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática. Era una época en la que el partido comenzó a transitar en una crisis interna que años más tarde haría implosión. En 2008, cuando Cota Montaño dejó el CEN del PRD, lo hizo en medio de una cuestionada elección de su sucesor, y señalado por la corriente interna de Nueva Izquierda (que forma parte del partido actualmente) como un líder parcial.
A pesar de los conflictos internos, el exgobernador permaneció en el partido hasta 2010, haciendo pública la renuncia en septiembre de ese año, justo después de que el Sol Azteca anunciara la suspensión de la consulta ciudadana, programada para el 3 de octubre de ese año, en la que se elegirían candidatos, y Cota Montaño justo quería ser nuevamente postulado por su partido, ahora a la presidencia municipal de Los Cabos. Se fue y así cerró 11 años de militancia perredista.
Su paso a Morena no fue inmediato. Al menos hasta abril de 2017 fue que anunció en sus redes sociales que se afiliaba al partido. Es decir, un año antes de asumir su primer cargo en el gobierno de López Obrador. Hasta ahora, apenas suma seis años de militancia morenista.
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Cota Montaño primero se incorporó, en 2018, a la Secretaría de Gobernación, como Subsecretario de Planeación, Prevención, Protección Civil y Construcción de Paz. A pesar de su falta de experiencia en esos temas, escaló aún más y para julio de 2019 se convirtió en secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y en abril del año pasado saltó a la dirección de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), tras conocerse uno de los más grandes fraudes al erario público de la historia reciente.
Al llegar al organismo, sus primeras declaraciones descalificó la existencia de corrupción: “Ha habido exageración de los problemas y ganas de criticar, ganas de señalar, pero estamos ahí para resolver el problema de fondo y lo vamos a resolver. Vamos a darle estatura a Segalmex, Diconsa y Liconsa, transparencia en su ejercicio sirven mucho esas instituciones.
“Trabajamos con 30 millones de gentes del país, con la gente más pobre, con la gente productiva, con la gente que produce alimentos básicos, por eso es importante que se consolide Segalmex y lo vamos a hacer porque esa es la indicación del Presidente de la República”, declaró en entrevista al periódico Tribuna de México el 22 de noviembre de 2022.
Pero en diciembre de ese año, al comparecer ante diputados, Cota Montaño reconoció la corrupción interna, por lo que hasta ese momento se habían presentado, dijo, 34 denuncias contra 29 funcionarios. El caso aún está bajo investigación, algunos funcionarios han sido sometidos a proceso penal, y ejecentral reveló en marzo cómo parte del fraude por 15 mil millones de pesos, estaba vinculado con operaciones en Venezuela, con el programa de “Intercambio de alimentos por petróleo”, algo que hasta ahora no ha sido reconocido públicamente, pero está bajo investigación.
Los bienes que no están
Al mismo tiempo que trabajaba como servidor público, Cota Montaño era profesor en la Universidad Autónoma de Baja California Sur y se ha dedicado al comercio agropecuario, a través de sus ranchos que fue adquiriendo solo o con su familia en Baja California Sur. En sus declaraciones patrimoniales sólo menciona que ha trabajado en ello desde 1995 hasta 2018.
Es en su declaración ante la Secretaría de la Función Pública en la que detalla que cuenta con 10 terrenos (que suman más de 1.5 millones de metros cuadrados). Tres de ellos, dice, fueron heredados, uno pagado a crédito y el resto al contado, entre ellos uno junto con su hermano. De ellos, ocho fueron adquiridos en cinco años, entre 2006 y 2011; aunque siendo más específicos la mitad de los terrenos los compró al contado entre 2010 y 2011, todos a un costo de entre 20 mil y menos de 100 mil pesos. También menciona que tiene una casa que pagó a crédito y una camioneta de 2004.
No registró los bienes de su esposa y sus dependientes económicos. Tampoco las empresas que posee con sus hermanos o hijos, al menos cinco; algo que por ley se debe plantear por la posibilidad de conflicto de interés, ya que la mayoría se dedican al tema agrícola.
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Cota Montaño omitió también incluir en sus declaraciones patrimoniales la sociedad mercantil Planta Procesadora Santiago de los Coras, S.P.R. de R.L. de C.V., de la que es presidente, al menos de acuerdo al acta constitutiva de 2016, con la que se constituyó la Sociedad de Producción Rural de Responsabilidad Limitada. Ni tampoco menciona la sociedad de Productores Agrícolas del Rincón, S.P.R. de R.L. de C.V., que constituyó en 2012 y que, de acuerdo al Registro Público de la Propiedad hasta 2015 continuaba siendo el presidente del Consejo de Administración.
Sólo menciona como propia la empresa AGROPECUARIOI, sin especificar ingresos ni mucho menos utilidades. En el Registro Público no se localizó esa compañía. Y un dato adicional: no incluye el valor que integran y generan sus ranchos, como son animales para compra y venta, y los caballos que son su gran afición, especialmente las carreras de caballos y es, precisamente, la razón de las sospechas en su contra.
La desconfianza
La fecha exacta en la que sometieron a Cota Montaño a vigilancia militar no se precisa en los documentos que pudo revisar ejecentral; sin embargo todos ellos muestran que lleva varios años y comenzó por la afición que el exgobernador tiene a las carreras de caballos.
De acuerdo a la información recabada a través de #BoricuaPapers, por parte de agencias de investigación estadounidense, el morenista se acercó por esta vía a empresarios y líderes de cárteles, a quienes comenzó a pedir dinero para cubrir sus deudas; a cambio, obtenían diferentes beneficios.
Los encuentros los incluyeron en documentos elaborados por la Secretaría de la Defensa Nacional en diferentes fechas. Se trata de un seguimiento puntual a quien para entonces integraba el PRD.
Gran parte de esos documentos fueron localizados en el hackeo de #GuacamayeLeaks y verificaron su contenido los investigadores que integran el equipo que descubrió #BoricuaPapers: los de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), el Departamento de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés) y la agencia de Alcohol Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés).
Es así como el exgobernador Leonel Cota Montaño se convirtió ya en objetivo de investigación de las agencias estadounidenses, pues identificaron a varios de los contactos del morenista, que le facilitaron dinero en efectivo y no rastreable, como enviados de cárteles de Sinaloa, especialmente. De varias de esas reuniones, confirmaron los agentes, tienen fotografías, que aún no quisieron revelar a este periódico por los personajes que aparecen.
Para la Secretaría de la Defensa mexicana, se convirtió en un objetivo de alta prioridad cuando se integró al gobierno de López Obrador, pero su importancia dio un salto más cuando, a través del seguimiento y personal encubierto, descubrieron que los cárteles impulsaban a Cota Montaño para llegar a controlar los temas de seguridad del país.
Un informe fechado el 6 de agosto de 2020, enviado directamente a la secretaría particular del titular de la Sedena y que se clasifica como “CONFIDENCIAL”, describe que días atrás, el 3 de agosto de ese año, el empresario llamado Francisco Gonzalo Castillo Geraldo (que también es objetivo de las agencias estadounidenses) sostuvo una reunión en el Complejo turístico “Costa Baja”, ubicado en La Paz, Baja California Sur.
“El C. Francisco Gonzalo Castillo Geraldo le solicitó la cantidad de $1´600,000.00 (Un millón seiscientos mil pesos M.N. 00/100) para pagar el adeudo de unas ‘apuestas’ del C. Leonel Efraín Cota Montaño el pasado fin de semana”, explica el documento.
Pero hubo un dato más en la conversación, el propio Castillo Geraldo comentó que “ante la inminente salida del C. Francisco Alfonso Durazo Montaño, de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, para asumir la candidatura de MORENA al gobierno de Sonora, quien lo sustituiría sería el C. Leonel Efraín Cota Montaño dado que cuenta con los apoyos políticos necesarios”.
A esto se suma lo que en principio parece una extraña petición que le hizo el hombre bajo vigilancia a su interlocutor, que “si conocía a un ingeniero civil de mucha confianza que le ayudara a construir tres bodegas subterráneas ocultas, con aire acondicionado y un sistema contra la humedad para resguardar cantidades importantes de dinero en efectivo. Una de las bodegas se localizaría en el rancho La Misión, propiedad de el C. Leonel Cota Montaño; otra estaría ubicada en la colonia El Centenario, municipio de La Paz y; una tercera localización estaría en la ciudad de Todos Santos, municipio de La Paz”.
Al menos dos de esas propiedades sí forman parte del patrimonio de la familia Cota en Baja California Sur.
De las investigaciones que se siguen hasta ahora en el entorno de Cota Montaño, los agentes estadounidenses establecieron, tras revisar otras escuchas y encuentros, que esas bodegas servirían para recibir el dinero en efectivo que pretendían obtener por el nuevo cargo que ostentaría al sustituir a Durazo Moreno, y su relación con los cárteles.
Y para afianzar su llegada a la Secretaría, el exgobernador estaba sosteniendo diversas reuniones. Por ejemplo, Castillo Geraldo mencionó ese día en La Paz que Cota Montaño vería a tres políticos en Sinaloa. Serían “el diputado federal Gerardo Fernández Noroña, el senador José Narro Céspedes”, y el tercero lo testó el FBI, porque es pieza clave en las pesquisas contra los morenistas.
Esas reuniones dijo Francisco Castillo a su interlocutor, de acuerdo al documento, serían “para recibir apoyos para que el C. Leonel Efraín Cota Montaño llegue a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana”.
›En el mismo documento, se plantean como “recomendaciones” que la zona militar de La Paz y la Región Militar de Mexicali, mantengan como objetivos de seguimiento a Leonel Cota Montaño y a Castillo Geraldo. Algo que se continúa hasta la fecha, de acuerdo a las verificaciones que realizó ejecentral, e inclusive se amplió también lo hace la vigilancia estadounidense.
Como segundo punto, se solicita a la superioridad del Ejército “continuar con el seguimiento electrónico de los objetivos directos y relacionados”, con los dos primeros personajes. Este punto también se continúa hasta la fecha.
Como última recomendación se plantea el “ampliar monitoreo al diputado federal Gerardo Fernández Noroña, al senador José Narro Céspedes…”. En el caso del senador, este periódico confirmó que hasta la fecha continúa como blanco prioritario, algo que se acentuó a raíz de la desaparición de dos escoltas de las Fuerzas Armadas y que hasta la fecha se desconoce su paradero, un caso en el que ejecentral ofreció detalles. Desde entonces, desde 2020, Narro Céspedes también es objetivo de vigilancia del equipo estadounidense que descubrió los #BoricuaPapers.
“Uno de los datos importantes es que se ha recomendado dentro del gobierno mexicano el monitoreo del señor Cota, y no sostener relaciones privadas con el Presidente”, comentó un agente mexicano. Al revisar la cuenta de Twitter del exgobernador, en el último año, al menos desde que asumió como director de Segalmex, no existe alguna foto con el presidente López Obrador, ni mención sobre alguna junta en privado, y sólo aparece la asistencia a las mañaneras y una reunión de gabinete, nada que lo refieran cerca al mandatario.
Según información de los agentes que participan en las investigaciones sobre la conexión Puerto Rico desde México y Venezuela, el ahora director de Segalmex es uno de los vínculos clave con los cárteles en México, y están definiendo sus alcances, en una investigación que ya conoce, en parte, el gobierno mexicano, aseguró uno de los agentes estadounidenses consultados.