La Portada | José Narro Céspedes, objetivo de EU y la Marina
Las agencias de Estados Unidos identificaron al morenista como personaje de interés por su aparente relación con el Cártel del Noroeste a través del empresario Gerardo Ayerdi; la Marina ya identificó que el legislador morenista y la presidenta municipal de Acapulco recibieron diferentes cantidades de dinero por parte de dicho financiero
Con voz amable pero sonora se dirigió a más de 50 alcaldes de cinco estados del país: “Resulta indispensable fortalecer las capacidades y finanzas de los municipios para que se constituyan en verdadera solución a los problemas surgidos de la demanda social”.
Era el sábado 26 de febrero de este año, y quien tenía el micrófono, como se desenvolvía y por la adrenalina que reflejaba en el rostro, parecía candidato a una gubernatura, pero era el morenista José Narro Céspedes, quien para entonces aspiraba ya a la presidencia de la mesa directiva del Senado de la República.
Estaban en la Costera Miguel Alemán, en el denominado Encuentro Nacional de la Fraternidad Municipalista de México, en donde estaban alcaldes provenientes de varios estados del país, entre ellos 20 de Guerrero. Una organización que el senador ha estado impulsando como “un frente de trabajo para mejorar la situación de sus comunidades” y que ya coordina a unos 300 gobiernos municipales, según ha dicho, y que representa una importante fuerza política.
En ese encuentro estaba, orgullosa de su logística, la alcaldesa Abelina López Rodríguez, quien se regodeaba en el presídium, que compartía con el senador a quien desde entonces apoyaba en sus intenciones de presidir la Cámara Alta.
En ese momento no lo sabían ninguno de los dos, pero un hecho que ocurriría una semana después le impediría alcanzar el cargo a José Narro. Un informe que llegó a Palacio Nacional, elaborado por la Marina y respaldado por agencias estadounidenses, en el que lo vinculan con cárteles del narcotráfico.
Los datos confirmados por fuentes de inteligencia colocan tanto al senador como a la alcaldesa vinculados con el empresario Gerardo Ayerdi, a quien los documentos ubican como uno de sus “principales operadores políticos” y, al mismo tiempo, “financiador” de los dos morenistas.
Y no sólo eso, el rastro del financista también lleva a las elecciones tamaulipecas, en las que se ha identificado que inyectó dinero, de acuerdo a los propios reportes.
Las investigaciones de los marinos comenzaron porque dos de sus elementos desaparecieron junto con el empresario Ayerdi. Aunque este caso apareció en algunos medios de comunicación (especialmente Latinus), y tanto el senador Narro como López Rodríguez rechazaron cualquier señalamiento, lo que no se sabía es el malestar de la Marina por lo ocurrido, que existía ya un informe que llegó a Palacio Nacional y que las agencias de Estados Unidos también habían identificado el nombre de Narro en sus propias indagatorias sobre los grupos criminales que operan en Guerrero.
Y un dato más, el exsecretario de seguridad pública municipal, el capitán de corbeta Maximiliano Serrano Pérez, está bajo investigación dentro de la propia Marina.
La información recabada por ejecentral confirma que las indagatorias de la Marina incluyen el rastreo de millones de pesos que Gerardo Ayerdi entregó al equipo de Narro, quien desde hace tiempo conoce la identidad real de este empresario tamaulipeco y que a pesar de ello lo acercó a candidatos de la 4T.
El nombre real de dicho empresario es Gerardo Teodoro Vázquez Barrera, quien en 2009 fue detenido y sometido a prisión en Nayarit, por la entonces Procuraduría General de la República (PGR, hoy Fiscalía General de la República), por cargos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita en su modalidad de transferencias al extranjero, como operador para el grupo paramilitar de Los Zetas.
›Documentos a los que tuvo acceso ejecentral muestran que desde 2007, Vázquez Barrera estuvo defendiéndose legalmente contra acusaciones penales, algunas de ellas vinculadas a fraudes cometidos en Nuevo León.
Su aparato de defensa comenzó hace 15 años, en 2007, e incluye 29 juicios de amparo. El último de estos procesos lo tramitó en 2015, el cual le otorgó la libertad del penal de máxima seguridad de Nayarit. A partir de entonces ya no tuvo que defenderse, se escondió, la PGR ya no le siguió la pista a pesar de su importancia en las operaciones de Los Zetas. Y reapareció en Acapulco, pero con otro nombre y con mucho dinero, de acuerdo a los informes de inteligencia.
Y es precisamente el empresario, quien el domingo 6 de marzo, desapareció sin dejar el menor rastro, y con él viajaba Oscar Manuel González Andrade y Victoriano Rodríguez Zurita, ambos efectivos de la Infantería de Marina, uno activo y el otro en retiro. Ambos eran parte del personal —unos 300 efectivos de la Armada en total— que el gobierno federal envió al puerto de Acapulco para combatir la inseguridad, todos bajo el mando del capitán Serrano Pérez.
Aunque el senador y la presidenta municipal de Acapulco, Abelina López, negaron en las últimas semanas que esos mismos marinos hubieran sido asignados a la seguridad de Narro Céspedes. El informe de la Marina lo confirma, y no sólo eso, también establece que la alcaldesa fue quien dio órdenes al secretario Serrano Pérez de asignar dos elementos para la seguridad del legislador.
El documento que fue enviado a Palacio Nacional confirma algo más, el empresario tamaulipeco y los elementos de la Marina desaparecieron cuando regresaban de la ciudad de México, donde ese domingo 6 de marzo sostuvieron una reunión con el senador Narro Céspedes y el ahora gobernador electo de Tamaulipas, Américo Villarreal, en el restaurante Cambalache de Coyoacán.
Después de ese encuentro, Ayerdi junto con los elementos de la Marina tomaron la autopista México-Cuernavaca. Los nuevos datos de la investigación de inteligencia señala que harían una escala en Cuernavaca, pero no llegaron a su cita, ya no se volvió a saber de ellos.
Con base en entrevistas con personas cercanas a la investigación, que pidieron el anonimato, ejecentral reconstruyó los pasos de los dos marinos y el empresario aquel domingo 6 de marzo; así como los documentos que colocan a Vázquez Barrera como persona de interés de Estados Unidos, y las investigaciones que se han extendido en su contra en México, y que ahora involucra a los morenistas.
Desaparición inexplicable
Al principio nada se dijo sobre la desaparición de los elementos de la Marina. Aunque había algunos rumores desde marzo, semanas después de no tenerse noticias de ellos, pero ninguna autoridad quería confirmarlo.
La primera noticia que se tuvo sobre esta desaparición llegó desde el interior de la propia institución armada, habían pasado unos dos meses. Estaban molestos, porque los primeros datos que obtuvieron es que estaban comisionados a tareas de protección no justificadas. Pero sólo se habló de ellos dos en las primeras filtraciones.
Fue hasta julio que comenzó a mencionarse que un empresario guerrerense, de nombre Gerardo Ayerdi, desapareció con los marinos, y que a él protegían esa noche del 6 de marzo en algún punto de la carretera, cuando se dirigían a Cuernavaca.
Información obtenida por este periódico, cuando los tres personajes viajaban sobre la Autopista Cuernavaca-México fueron interceptados por un comando a la altura de Tres Marías, entre el estado de México y Morelos.
A pesar de que los marinos portaban un fusil Sig Sauer 5.56 milímetros y dos armas cortas 9 milímetros, nada pudieron hacer al verse superados por los civiles armados que los obligaron a seguirlos.
Una de las líneas de investigación de la Marina es que el empresario cenaría esa noche en Cuernavaca con operadores del Cartel del Noreste, que desde hace algunos meses se establecieron en la capital morelense, donde sus sicarios —conocidos como La Tropa del Infierno— han comenzado a causar terror entre la población.
La información pronto vinculó al senador Narro como de la alcaldesa Abelina López, quienes conocían perfectamente a Gerardo Ayerdi, las pesquisas identificaron una serie de momentos que han tenido contacto telefónico y personal. La Marina no dejó de investigar.
Operador zeta
El empresario no era guerrerense, era tamaulipeco y su verdadera identidad era Gerardo Teodoro Vázquez Barrera, quien en 2009 fue detenido por la Procuraduría General de la República por cargos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita en su modalidad de transferencias al extranjero.
El expediente señala que trabajaba para Los Zetas, la estructura paramilitar creada por Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cartel del Golfo y ahora testigo protegido en Estados Unidos.
Vázquez Barrera fue detenido el 24 de octubre de 2009, con base en una orden de aprehensión emitid por el juez Primero de Distrito de Procesos Penales Federales de Nayarit, por acusaciones de delincuencia organizada y transferencia de recursos al extranjero en el supuesto de que trabajaba para el Cartel del Golfo. Para el año siguiente su proceso fue radicado en el expediente 001/2010, cuando se confirmó su auto de formal prisión.
Sin embargo, Vázquez Barrera salió libre. Los investigadores descubrieron que su libertad ocurrió por falta de elementos. Los documentos muestran que el tamaulipeco se defendió mediante una tormenta de amparos desde el primer momento en que fue detenido y hasta 2015, en total 20, señalando a las autoridades por abusos y violaciones a sus derechos humanos. La mayoría de los juicios fueron sobreseídos y sólo le servían para obtener más elementos sobre las acusaciones en su contra hasta que un amparo le permitió dejar el penal de máxima seguridad.
A pesar de que el amparo que le dejó libre permitía que la PGR generara una nueva acusación contra Vázquez Barrera, no lo hizo. Dejó el caso y ya no lo persiguió más.
El empresario, señalan los documentos, se cambió el nombre, lo que incluyó documentación aparentemente legal, y se mudó a Acapulco, donde adquirió un total de siete propiedades en zonas de alta plusvalía. Esta mudanza fue planeada desde 2012, pues desde ese año encontraron su rastro los investigadores de la Marina.
Al Gerry le interesaba la política
En Acapulco a Gerardo Ayerdi le decían El Gerry, y quien lo conocía lo identificaba como empresario. Siempre mostró poder adquisitivo en sus autos y los lugares a los que acudía. Sin embargo, era discreto.
Cuando su rostro y su nombre comenzó a ser visible, fue el año pasado, en las elecciones estatales, se convirtió en promotor de la candidata de Morena a la presidencia municipal, Abelina López Rodríguez, quien finalmente ganó.
Si bien la morenista ha utilizado su historia personal de esfuerzo, en los últimos años su ascenso fue acelerado. López Rodríguez nació en la humilde comunidad Santa María Tonameca, Oaxaca, en 1965, de donde migró a Acapulco para estudiar la licenciatura en Derecho, en la Universidad Autónoma de Guerrero.
Ella cuenta con mucho orgullo que, para sostener sus estudios, vendía bolillos en una canasta por el rumbo de la colonia Garita y sus alrededores, en Acapulco. Conforme conoció más esa zona llena de carencias sociales, se involucró más y comenzó a hacer gestión pública así como a organizar a grupos de seguidores en las diferentes colonias, especialmente en las más marginadas. La gestión pública ha sido su principal activismo en los últimos 30 años de su vida.
Abelina López y Félix Salgado Macedonio confluyeron en la fundación del Partido de la Revolución Democrática en 1989, y se convirtieron en compañeros de partido, pero la política los distanció. Ella fue dos veces diputada local y una vez diputada federal, cargo al que renunció para lanzarse a su campaña por la alcaldía de Acapulco.
Las diferencias con el senador Salgado Macedonio surgieron a raíz de que el legislador quiso desplazarla de la candidatura, y ahora, que su hija es gobernadora (Evelyn Salgado), ha tratado de controlar la vida política y económica de la alcaldía, lo que López Rodríguez no le ha permitido.
En las investigaciones sobre la desaparición de los elementos de la Marina, aparecieron datos sobre la posible participación de grupos criminales en las recientes elecciones. Tanto en la candidatura de Evelyn Salgado como en la de Abelina López, pero con organizaciones distintas. En la primera el cártel de Sinaloa, y en la segunda con Los Tlacos o el Cártel de la Sierra.
En el caso de la actual presidenta municipal los datos que se mencionan es que se identificó un posible operador financiero de ese cártel en un cargo de su administración, aunque el nombre no se menciona.
Sin embargo, más adelante se menciona a El Gerry, quien sí apoyo a la ahora alcaldesa desde su candidatura y desde entonces mantuvieron una estrecha relación.
Y fue precisamente Abelina López la persona que acercó al legislador Narro Céspedes con Gerardo Ayerdi, quien comenzó a respaldarlo. El senador presumió, en alguna ocasión al empresario, que era uno de los principales operadores del presidente Andrés Manuel López Obrador en el Senado.
Los investigadores detectaron diversas cantidades de dinero entregadas a ambos morenistas, en momentos distintos. No se mencionan montos, aún se están investigando.
El Cártel del Noroeste
Debido a sus antecedentes como lavador de dinero de Los Zetas y ahora del llamado Cártel del Noreste, una marca también fundada por el grupo paramilitar, nadie se atrevía a nombrar al empresario, ni mucho menos tomarle fotografías. Incluso cuando desapareció con los elementos de la Marina, por esa razón su nombre no se mencionaba.
Aunque aseguran que estuvo en algún momento en el Encuentro Nacional de la Fraternidad Municipalista de México, donde estaba el senador Narro y la alcaldesa Abelina López, no se le tomó alguna fotografía y tampoco se le mencionó, de acuerdo a la información recabada por los investigadores.
Y aunque su desaparición ocurrió una semana después y públicamente más de tres meses después, en realidad se dieron cambios muy extraños poco después del primer domingo de marzo. Las fuentes consultadas revelaron que un total de siete propiedades en Acapulco fueron “apropiadas” por personajes locales que ya forman parte de las indagatorias.
Entre esas propiedades de las que se adueñaron sin que alguna persona protestara por ello, se encuentran una casa en el fraccionamiento Las Brisas y un edificio de condominios ubicado a una cuadra de la Costera, que era donde él vivía.
Según la información, las propiedades no fueron incautadas por autoridades. Los particulares que se “apropiaron” de ellas y son investigados se menciona al exfiscal Jorge Zuriel de los Santos, y un notario de Acapulco, Jorge Ochoa Jiménez. Ambos personas muy conocidas en el puerto.
Por la desaparición de los dos marinos, el 30 de mayo pasado la Fiscalía General de la República abrió una indagatoria foliada con la clave CI-E-FDMDDBP/C/UI-3C/D/0039/03-2022.
Las investigaciones de la FGR se extendieron a la búsqueda de las tres personas desaparecidas y la intervención de un grupo de la delincuencia organizada. Ya se incluye en esas pesquisas la reunión de Céspedes y Villarreal empresario, aquel 6 de marzo en el restaurante de Coyoacán.
Sin embargo, la dependencia que comenzó las investigaciones de manera formal fue la fiscalía de la Ciudad de México, por la desaparición de los agentes de Marina, y le solicitó información directa al senador Narro, quien debió responder de manera formal. Cuando las autoridades confirmaron que El Gerry era en realidad un narcotraficante, la FGR se hizo cargo.
Mientras la Marina continúa sus propias indagatorias, y ha recibido el apoyo de las agencias de Estados Unidos, por la información que poseen de los grupos criminales de Tamaulipas y Guerrero, y es por eso que los morenistas se han convertido en sus blancos de investigación.