La Portada | ‘Habrá unidad, no operación cicatriz': Sheinbaum

Mientras se coloca el micrófono para dar inicio a la entrevista, a Claudia Sheinbaum se le ilumina el rostro cuando se le pregunta cómo está Pablo, su primer nieto, que nació el pasado 2 de mayo, mientras ella hacía maletas para dejar la jefatura de Gobierno y lanzarse en busca de la candidatura presidencial.

“Uy, bien bonito”, responde la orgullosa abuela, que en medio del maratón que realiza por toda la República se da sus escapadas a la Ciudad de México para desayunar al menos una vez a la semana con sus hijos. Suelen ser encuentros de menos de una hora, pero le sirven para abrazar a los suyos. “Quiero muchos nietos”, agrega.

Sheinbaum quiere descendencia, pero también trascendencia. Desea convertirse en la primera mujer presidenta de México, no sólo para abrir brecha a la participación femenina, sino para dejar huella como un gobierno ambientalista y donde la educación sea un derecho desde preescolar hasta posgrado.

Sobre los amagos del excanciller Marcelo Ebrard de separarse del movimiento tras denunciar que el aparato de Estado está jugando a favor de ella, Sheinbaum confía en que se mantendrá la unidad y que el próximo 6 de septiembre, cuando se dé a conocer el nombre del abanderado presidencial de Morena y partidos aliados, no habrá necesidad de una “operación cicatriz”.

Sostiene que Xóchitl Gálvez no le roba el sueño y que, al final, los mexicanos apostarán por la continuidad del proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sobre el poder que han acumulado las Fuerzas Armadas en la administración pública y en tareas de seguridad, la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México no titubea en decir que ese esquema prevalecerá durante su gobierno, mientras las policías locales no sean debidamente capacitadas.

Estas han sido quizá las 10 semanas más intensas de su vida política. ¿Cuáles diría que son sus principales hallazgos en los recorridos?

—Te lo diría de dos maneras. Por un lado, en términos políticos, lo más gratificante ha sido el conocimiento del país, ver que la gran mayoría de las mexicanas y los mexicanos están con el presidente López Obrador y con el proyecto. Y al mismo tiempo, identificar las necesidades que hay todavía, porque no todo se puede hacer en cinco años. Los recorridos han sido muy enriquecedores en ese sentido.

“Y muy enriquecedor de manera personal, porque creo que hemos logrado generar un movimiento de apoyo muy entusiasta. No lo digo en términos egocentristas, sino más bien de construcción de un proyecto, me siento muy enriquecida por el cariño de la gente”.

El próximo domingo terminan los recorridos por el país y comienzan las encuestas. Habrá un periodo de reflexión hasta el 6 de septiembre, cuando se dé a conocer el nombre del ganador del proceso interno. ¿Qué hará Claudia Sheinbaum en ese lapso? ¿Comenzará a diseñar su futuro gabinete?

—Yo creo que será tiempo de hablar con mucha gente. Es muy importante seguir construyendo la unidad en nuestro movimiento. Y en segundo lugar, trabajar en la recapitulación de este trabajo que hicimos durante 10 semanas. Porque no sólo es ir y regresar, sino que yo hice muchos apuntes durante todo este periodo y es momento de sistematizar esa información y, al mismo tiempo, trabajar para lo que viene.

¿Será necesaria una “operación cicatriz” para el 6 de septiembre?

—Pues más que una “operación cicatriz”, mucho diálogo, y más con compañeros, porque dentro de nuestro partido, con el Verde y con el PT, que son parte de este movimiento, hay que entablar mucho diálogo, porque yo estoy convencida de que va a haber unidad, no va a haber ninguna ruptura, pero para ello hay que hacer mucho trabajo de conciliación.

Ahora que viene el cierre de esta primera etapa y que es tiempo de que los ciudadanos decidan, ¿ya nos puede decir abiertamente qué tiene usted que no tenga Marcelo Ebrard?

—Bueno, yo no lo plantearía así. Más que en comparación, lo que podríamos decir es ¿por qué creo yo que voy arriba en las encuestas? Creo que la primera razón es porque nuestro movimiento está muy bien posicionado en el país, no solamente el Presidente de la República, sino en general, Morena. Yo he sido parte de este movimiento desde el principio y así me ubica la gente, entonces ahí hay una identidad.

“En segundo lugar, el trabajo que hice en la Ciudad de México; si yo hubiera hecho un mal trabajo, difícilmente me podría presentar en el país. Entonces, la población ve lo que hice en términos de movilidad, en términos de apoyo a la educación, y evidentemente es una carta de presentación.

“Por otro lado, mi perfil, que no me he dedicado todo el tiempo a la política. No porque lo vea mal, sino sencillamente así ha sido mi vida y durante mucho tiempo fui académica, profesora universitaria y la política fue más bien por mi participación en movimientos sociales, hasta que conocí al presidente López Obrador, y desde entonces no me he desligado del movimiento, aunque regresé a la UNAM a seguir siendo investigadora.

“Y, por el otro lado, el ser mujer. Hoy ser mujer es algo muy positivo en la política en México, creo que muchas áreas, pero en particular en la política. Habemos tantas mujeres que estamos participando, que cambió completamente la perspectiva a nivel nacional, y la gran mayoría de las personas quiere que sea una mujer quien lleve las riendas”.

El sello personal

Desde el 19 de junio pasado, cuando iniciaron los recorridos de las llamadas “corcholatas”, Claudia Sheinbaum ha sido la más cautelosa en señalar los pendientes que dejará la gestión del presidente López Obrador y la más disciplinada en apegarse al guion de la 4T, al grado de que su propuesta de “continuidad” ha sido vista por sus críticos como un acto de sumisión.

Al esbozar lo que sería su estilo personal de gobernar, la única “corcholata” mujer se anima a decir que su énfasis estará en el cuidado del medio ambiente, la transición energética, la promoción de la educación y la protección de los derechos de las mujeres.

Usted probablemente sea la primera mujer presidenta de México. ¿Qué huella le gustaría dejar? ¿Cómo le gustaría que fuera recordado su mandato?

—Bueno, es adelantarse mucho, pero te puedo decir, primero, la forma de gobernar. En ese sentido, el ejemplo del presidente Andrés Manuel López Obrador de cercanía permanente con el pueblo, de no quedarte en un escritorio, sino caminar por todo el país; de ser muy perceptivo a lo que está ocurriendo, sobre todo para la gente más necesitada, ese tiene que ser un sello de nuestro movimiento.

“Lo segundo, yo toda la vida he sido ambientalista, es una parte muy importante y tiene que haber otros avances, porque ha habido avances en medio ambiente, acelerar la transición energética, meterle recursos a la descontaminación de ríos, al uso eficiente del agua, al uso eficiente de la energía, pienso yo que ese es un sello que vamos a dejar.

“La otra parte, evidentemente seguir apoyando a quien más lo necesita. La educación también será nuestro sello, educación pública desde la educación inicial hasta el posgrado, el acceso a la educación y los derechos de las mujeres”.

¿Le quita el sueño Xóchitl Gálvez?

—No. Yo creo que ellos representan el pasado. Independientemente de quién vaya a ser el representante del Frente, ellos pertenecen a un proyecto del pasado. Es curioso, porque en su discurso, viendo los debates en que han estado, se quieren parecer a lo que es Morena, pero en realidad ellos piensan distinto, y se les escapa de pronto cuando hacen algún comentario. Esto que dijo el expresidente Fox de que son flojos quienes reciben apoyos sociales, eso es en realidad lo que ellos piensan, no es que Fox se haya salido de su discurso. Entonces, ellos representan el pasado y nosotros representamos un presente y un futuro que el pueblo de México quiere que siga ocurriendo”.

¿Es verdad que en 2018 usted invitó a Xóchitl Gálvez a formar parte de la 4T?

—Sí, la fuimos a ver con otros compañeros para invitarla. Ella, por cierto, entonces me dijo que nunca sería senadora, porque a ella no le gustaba lo legislativo. Pero te digo con franqueza: de haberme enterado de todo lo que se conoce de ella, pues a lo mejor no la hubiéramos invitado.

Pero en su momento le veían ciertas cualidades…

—Pues sí, estábamos buscando ampliar el movimiento.

Usted ha dicho que su proyecto sería de continuidad, pero ¿eso aplica para lo bueno y lo no tan bueno que ha hecho este gobierno?

—Continuidad quiere decir principios, para empezar. La honestidad por encima de todo, la convicción en el proyecto que representamos, y el cariño y la cercanía con la gente. Y al mismo tiempo continuidad del proyecto. ¿En qué sentido? La austeridad republicana ha resultado ser no solamente benéfica para el país en términos económicos, sino que ha liberado muchísimos recursos de la corrupción y de los privilegios para destinarlos al pueblo de México.

¿La continuidad implica que las Fuerzas Armadas sigan acumulando poder y funciones de gobierno?

—Hasta que sea necesario, sobre todo en seguridad. Y lo que tienen ahora hay que mantenerlo evidentemente, porque, por ejemplo, el tema de las aduanas o el tema de los puertos, pues están muy vinculados con la seguridad. Y el tema de los proyectos productivos que hoy están con la Sedena y la Marina, pues es importante para la prevalencia de las instituciones.

“Pero además en el tema de la seguridad, creo que la permanencia de las Fuerzas Armadas sería en lo que no hay un fortalecimiento de las policías y de la propia Guardia Nacional, de otra forma sería dejar en el desamparo a muchísimas comunidades”.

La receta de “abrazos, no balazos” no se aplicó tal cual en la Ciudad de México, donde sí hubo trabajo de inteligencia, sí hubo capacitación policial y contención de grupos delictivos. ¿Eso lo replicaría usted a nivel nacional?

—Yo creo que también a nivel federal se hizo. Lo que yo hice en la ciudad fue fortalecer la atención a las causas, además de aplicar el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, hice dos universidades, preparatorias, programas específicos para jóvenes que de alguna manera estaban involucrados en prácticas delictivas, fuimos a sacarlos de ahí, ofrecerles cultura y deporte. Hice 294 centros comunitarios para colonias populares en donde educación, cultura y deporte son gratuitos para toda la familia.

“Entonces todo eso ayuda a la atención a las causas de la delincuencia, lo mismo que otros programas, como una beca universal para niños y niñas. Pero al mismo tiempo fortalecimos la policía de la Ciudad y generamos una capacidad de inteligencia a investigación que creo que lo más importante es que tiene mucha coordinación con la FGJ de la Ciudad de México

“Esa coordinación entre Fiscalía y órganos de policía preventiva, así como con la Guardia Nacional para poder hacer detenciones de bandas delictivas es fundamental para la estrategia de seguridad de la ciudad.

“Y la otra, el Poder Judicial. El Poder Judicial de la Ciudad de México la verdad que participó de manera muy distinta en el gabinete de seguridad y apoyando para construir la paz, cosa que no ocurre necesariamente en la Federación”.

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