La pandemia del coronavirus “pone en riesgo la seguridad pública y nacional de nuestro país”. Y ante la posibilidad de que escaseen alimentos y artículos de primera necesidad, además de que aumenten el desempleo, el pánico social y las fallas en el sistema de salud, podrían desencadenarse eventos de alteración del orden y la paz públicos. Para impedirlo está lista ya la Guardia Nacional (GN), que encabeza el general Luis Rodríguez Bucio.
Para la policía de origen militar creada por el presidente Andrés Manuel López Obrador los escenarios que puede provocar el Covid-19 no son alentadores. De acuerdo con un diagnóstico elaborado por la Dirección de Logística y Adiestramiento, y de Planeación y Análisis Estratégico de la institución que encabeza Alfonso Durazo Montaño, “la situación en México puede agravarse, toda vez que al contar con una tasa alta de infectados pueden colapsar los sistemas sanitarios y provocar bajas sustanciales en la fuerza laboral”.
“Mientras que los sistemas de salud hacen lo posible por prevenir el contagio, establecer mecanismos de detección temprana y finalmente dar una respuesta rápida y efectiva para contener la pandemia de Covid-19, los cuerpos de seguridad deben garantizar la paz pública”, señala el documento de casi treinta de páginas.
Y plantea aún más: “Ante situaciones de emergencia sanitaria como las que actualmente se enfrentan, que pueden desencadenar eventos de alteración del orden y la paz públicos por el pánico social generado, la escasez de productos de primera necesidad, de artículos de sanitización y desinfección o bien, afectaciones al funcionamiento de los servicios médicos de atención u hospitalización por padecimientos infeccioso respiratorios, que los elementos de la Guardia Nacional deben ser garantes para asegurar que estas actividades se desarrollen con el mayor orden y normalidad posibles”.
La crisis por subregistro
El documento de la Guardia Nacional advierte que si además de esa situación se limita el tráfico tanto de personas como de mercancías, las repercusiones económicas podrían ser tanto o más graves que la propia enfermedad, lo que puede conducir a una “crisis política y de Estado”.
Esto podría darse en la fase 2 y 3 de la epidemia. Para atenderlo, al interior de las áreas de inteligencia se han planteado distintos escenarios. Uno de ellos, el más grave, es el de desestabilización, por la cantidad de decesos y la inoperatividad del sistema de salud. Se reconoce que la subestimación de los casos podría crear una crisis sin precedentes de salud.
Según el artículo El coronavirus: debemos actuar ya, publicado el 16 de marzo pasado por el Cinvestav del IPN y en que se aborda el subregistro, plantea que si se toma en cuenta el número de casos reales estimados, la fase 3 de atención a la emergencia ya debería implementarse.
“Si esperamos a que el número de casos confirmados llegue a mil”, que equivaldría de nueve a 16 días, a partir del 16 de marzo, el número de casos reales será de al menos nueve mil 500, con el riesgo de llegar a 40 mil.
“Estos números son suficientes para saturar nuestros hospitales. Italia y España, que tienen tres veces más camas de hospital per cápita que nosotros, se han visto rebasados con números similares”, cita el documento.
En otro artículo titulado Coronavirus: Por qué debes actuar ahora se plantea que el subregistro que se ha dado en todos los países se debe a las pruebas que se aplican y que los portadores asintomáticos o con síntomas leves no recurren al sistema de salud para atenderse, pero son un foco de infección.
›El texto firmado por Tomas Pueyo hace una proyección matemática de lo ocurrido realmente en China: “Sólo podemos entenderlos mirando hacia atrás: las autoridades no saben que alguien acaba de comenzar a tener síntomas. Saben cuándo alguien va al médico y le diagnostican”.
Añade el texto que ha tenido 37 millones de visitas: “El 21 de enero, el número de casos nuevos diagnosticados está explotando: hay alrededor de 100 casos nuevos. En realidad, hubo mil 500 casos nuevos ese día, creciendo exponencialmente. Pero las autoridades no lo sabían. Lo que sabían era que de repente había 100 nuevos casos de esta nueva enfermedad. Dos días después, las autoridades cerraron a Wuhan. En ese momento, el número de casos nuevos diagnosticados diariamente era de 400. Tenga en cuenta ese número: tomaron la decisión de cerrar la ciudad con soólo 400 casos nuevos en un día. En realidad, hubo dos mil 500 casos nuevos ese día, pero no lo sabían”.
El subregistro, reconoce los escenarios elaborados por las oficinas de inteligencia mexicanas, puede ser muy similar a las proyecciones de Pueyo, de allí la magnitud del contagio que puede darse en nuestro país y la posibilidad de una “crisis política y de Estado”.
Despliegue estratégico
El documento elaborado por la Guardia Nacional fue creado para atender este fenómeno. Se divide en dos aspectos sustanciales: “establecerá líneas de acción para disminuir el riesgo de que los elementos de la Guardia Nacional puedan infectarse y hacer frente a la emergencia sanitaria, y sentar las bases para que de manera operacional la Guardia Nacional pueda continuar con su labor en el mantenimiento de la paz y el orden público”.
Para la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, los causantes de que se generen compras de pánico, acaparamiento, escasez e incremento de precios injustificados de productos de primera necesidad que pueden derivar en bloqueos, manifestaciones y alteraciones del orden y la paz públicos, son los usuarios de redes sociales, a nivel mundial, que comparten información que en su mayoría no es confiable, ni fidedigna, que terminan por favorecer “comportamientos colectivos sociales inconvenientes para la economía, el abasto de productos y mercancías, el orden, la seguridad, entre otros aspectos”.
Contempla la puesta en marcha de un modelo del despliegue policial enfocado a garantizar las operaciones de la corporación conformada por efectivos militares, navales y de la desaparecida Policía Federal, a través de un “despliegue estratégico de seguridad”, basado en el análisis epidemiológico y pandémico, así como en los puntos de riesgo principales en temas de seguridad y salud pública del país, para lo cual la propuesta es que los guardias nacionales trabajen con un modelo que considere tres etapas prioritarias: 1) la prevención; 2) detección temprana; y 3) una respuesta rápida y efectiva.
Incluye analizar la situación y los recursos con los que cuenta la Guardia Nacional; designar a un coordinador por cada centro de trabajo de la corporación (independiente del mando operativo) y un equipo para la elaboración, actualización y requerimiento del plan de continuidad de operaciones; asegurar que las funciones esenciales del centro de trabajo puedan continuar.
Así como el establecer las medidas preventivas dentro del protocolo de actuación policial contra el Covid-19 con recomendaciones que incluyen cuidado, aislamiento a quien presente síntomas hasta que intervengan los servicios sanitarios o clausurar las estaciones, subestaciones, centro de mando y sector central, son el resto de los objetivos planteados en la estrategia.
Nueve estados, los focos rojos
La emergencia por el coronavirus en México puede ser el detonante de que delitos de alto impactos como son el robo a casa habitación, robo a institución bancaria, robo a negocio y robo a transportista se desborden en el país; tomando en cuenta esa situación, la estrategia de la GN contempla una atención especial en nueve entidades principales, debido al registro histórico de la incidencia delictiva en las mismas. Se trata de la Ciudad de México, el estado de México, Jalisco, Baja California, Nuevo León, Puebla Veracruz, Quintana Roo y Tabasco.
En medio de la crisis sanitaria, el riesgo de saqueos de tiendas de conveniencia y departamentales que puedan ocasionar no sólo desabasto, sino el cierre de los comercios es otro de los aspectos considerado en el plan de continuidad dentro del semáforo de riesgos que pueden generar conductas antisociales que violenten el estado de derecho.
Respecto a los estados con la mayor incidencia de saqueos de tiendas departamentales, según el registro de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) en 2019 fueron el estado de México, Veracruz, la Ciudad de México, Chiapas, Puebla, Nuevo León e Hidalgo donde se focalizaron la mayoría de los 681 reportes de saqueos del año pasado.
Tomando en cuenta la densidad poblacional y zonas metropolitanas; las principales rutas de tránsito terrestre y aéreo; los sitios de mayor afluencia turística; la infraestructura de servicios de salud, médicos y hospitalarios; así como el registro histórico de incidencia delictiva, principalmente los asociados a desmanes y saqueos, y el riesgo de saqueos, la GN traza en su estrategia “un patrullaje dinámico” en las zonas que convergen todas las variables consideradas, con lo cual todo el territorio es contemplado como lugares de intervención con base en el análisis. Aunque, se reconoce que la mayor problemática en materia de patrullaje se concentra en la zona centro, sur y zona peninsular del país.
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