La Portada | García Luna, en busca de la narrativa creíble
Lo importante es convencer al jurado, a partir de una serie de historias que cada uno de los testigos han narrado, de que el exsecretario pactó y se benefició de criminales, y así lo han ido construyendo, aquí algunos detalles
La Fiscalía decidió presentar su testimonio el día 10 del juicio, después de que el jurado había escuchado a unos 15 integrantes de cárteles confesos, y que había anunciado que reduciría su lista de testigos; es decir, sorpresivamente ya estaba cerrando la presentación de las pruebas de su caso.
El hombre se sentó en la silla en la interrogan a los testigos. Vestía de traje y se mostraba con un gesto seco, lo que al verle transmitía una sensación de seriedad. Como agente especial del FBI, su presencia auguraba un testimonio lleno de detalles, pruebas y sobre todo de hechos ciertos contra el exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna.
Y así, José Moreno comenzó a contar su historia. El pasaje que eligió, fue perfecto, estaba vinculado a un personaje que no es ajeno para los estadounidenses, Joaquín Guzmán Loera El Chapo o el arquitecto de los túneles para traficar al país del norte y fue líder del Cártel de Sinaloa.
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Para el 2012 El Chapo se mantenía huyendo tras escapar del penal de máxima seguridad de Jalisco. Las oficinas de inteligencia de Estados Unidos, incluido el FBI, le seguían la pista para reaprenderlo.
Después de un arduo trabajo de inteligencia, para febrero de 2012, narró el agente José Moreno, obtuvieron el número telefónico del capo, lo que les arrojaba su ubicación, al menos por el tiempo que lo mantuviera consigo.
Agentes de la DEA, FBI y de la policía del Departamento de Justicia (los Marshals), eran quienes utilizaban los dispositivos para ubicar, en tiempo real la señal del celular, que se encontraba en Los Cabos.
De la exposición del funcionario federal no quedó muy claro dónde se ubicaba ese hotel Hacienda Esmeralda en el número 140, y que ahora (11 años después) no aparece entre la oferta de hospedaje de Baja California Sur.
José Moreno aseguró que el operativo se llevó a cabo el 22 de febrero a las 13:30 horas. Y que el grupo especial estadounidense no participó, pero por sugerencia de los agentes de la DEA se solicitó a una fuerza especial de investigación de la Policía Federal, corporación que entonces dirigía García Luna, que ejecutara el plan. Y todo salió mal.
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Es decir, según su relato, los agentes experimentados estadounidenses decidieron detener al capo más poderoso del mundo y que en todas sus casas que le servían como escondite tenía muros gruesos para contener los disparos y había túneles secretos que le permitían escapar, un miércoles a plena luz del día. Y sólo fueron observadores, cuando en esa época participaron directamente en varios operativos con las fuerzas mexicanas.
El relato, como lo narró la mañana del miércoles el agente José Moreno al jurado, se escuchó real. Pero al revisar los detalles las dudas surgen. Y entonces sólo se vuelve creíble, por el personaje que lo dice, por la forma en que lo narra y porque sólo aporta algunos datos precisos, pero deja fuera fotografías, videos, documentos u otros detalles.
Es por eso que este, junto a los otros 20 testimonios tratan de engarzarse en una narrativa que convenza a los 12 miembros del jurado, que no tienen los detalles del contexto mexicano y menos de esa época, de la corrupción de García Luna y la protección que ofrecía a cárteles de la droga mexicanos. Así que es suficiente, en el sistema estadounidense que lo narrado tenga coherencia y sea verosímil.
La defensa del exsecretario de Seguridad Pública quiere probar que es prácticamente una venganza de un puñado de criminales, narcotraficantes y secuestradores, que "él detuvo”.
La construcción de un caso
Apenas una veintena de los al menos 70 testigos cooperantes que tenía previsto subir al estrado la Fiscalía estadounidense para sustentar su acusación han rendido su testimonio en el tribunal neoyorquino. Sin embargo, la noche del miércoles, al cierre del décimo segundo día de audiencias los fiscales informaron al juez Brian M. Cogan, quien antes de concluir pidió a la Fiscalía que aclarara cuántos días le tomaría presentar a sus declarantes ante el jurado. En respuesta, se dio a conocer que “el gobierno anticipa que probablemente descansará su caso principal el martes (14 de febrero) por la mañana”.
El camino no ha sido fácil para la fiscalía. El juez Cogan, uno de los más duros y reconocido por sus pares, llamó la atención de los abogados por presentar un testigo que no aportaba nada y sólo contaba sus historias de narcotráfico, ajenas al caso.
Los periodistas que han seguido directamente el desarrollo de las audiencias en la Corte Federal de Brooklyn, han narrado cómo la Fiscalía ha basado su estrategia en las declaraciones de sus testigos cooperantes, en su mayoría de criminales. Al revisar en el Buró Federal de Prisiones su situación legal, casi todos están ya ubicados en cárceles de mediana y baja seguridad, y al menos a un grupo de ellos les quedaría de dos a cinco años para salir libres, pero quieren quedarse en territorio estadounidense.
Y es cierto, ni escuchas telefónicas, a pesar de que se supone que durante una década se supo de las acciones corruptas de García Luna; pocas fotografías comprometedoras y redes de vínculos.
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A decir, por ejemplo, del corresponsal de Vice, Keegan Hamilton, quien en su cuenta de Twitter ha detallado el ambiente en la sala de la Corte durante las audiencias, ha contado cómo las imágenes de la casa de Desierto de los Leones, y sólo algunos testimonios han atraído a los jurados. Algo muy diferente a lo que ocurre en las redes sociales y el sector político de México, en donde algunos casos han causado polémica.
Por ejemplo, la declaración del exfiscal de Nayarit, Édgar Veytia, causó una gran polémica e interés en redes sociales de nuestro país, por la impunidad criminal de sus acciones y un alto interés en las redes sociales de nuestro país. Pero entre el jurado, refirió Hamilton, hubo varios bostezos y hasta personas que llegaban a quedarse dormidas, ante la advertencia del juez de mantenerse lo más concentrados posibles.
La estrategia hasta este punto del juicio en contra del encargado de la seguridad pública a nivel federal en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa parece incierta, ya que de las declaraciones de capos como Sergio Villarreal Barragán El Grande u Óscar Nava Valencia, alias El Lobo, entre otros delincuentes confesos como el extesorero del gobierno de Coahuila, Héctor Villarreal, han caído en historias que en gran parte parecen más fantasías.
Pero también es cierto que en algunas partes de esos testimonios, las que sí tienen verosimilitud, algunos de sus dichos coinciden, y como lo narró el periodista Ariel Moutsatsos para Foro TV, esto es interesante porque en muchos años o nunca hablaron entre ellos.
Diferencias del sistema
En el sistema jurídico estadounidense, el jurado es el medio por el que los ciudadanos forman parte del proceso judicial. Son personas no profesionales en derecho, miembros responsables de su comunidad y sin prejuicios para el caso. Y su función es decidir los hechos, sólo con los elementos que le son presentados durante el juicio. Es el juez el que define los temas legales e instruir a los jurados, incluso hasta invalidar el veredicto si actuó de manera inapropiada.
“Al jurado se le está contando una historia y lo que está haciendo la Fiscalía es que poco a poco la ha ido introduciendo en este mundo de aparente corrupción que ha ocurrido en nuestro país con consecuencias para los Estados Unidos”.
Pero cabe recordar que, al tratarse de ciudadanos estadounidenses, ajenos al contexto del narcotráfico en México, aunque resulten estridentes los testimonios tanto de criminales como de los agentes de seguridad que participaron activamente en las operaciones contra el narcotráfico, son aspectos que pueden o no influir en el jurado.
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“La Fiscalía ha hecho una conducción como de un guion donde comienza con ‘érase una vez’ y poco a poco ha incrementado los medios de prueba que van corroborando lo que se dijo desde un principio”, consideró el abogado penalista Gabriel Regino García en entrevista con ejecentral.
Y eso es lo que está ocurriendo en este momento. La fiscalía está por presentar a su testigo estrella, del cual aún no se tiene certeza del nombre, podrían ser Jesús Reynaldo El Rey Zambada o Édgar Valdez Villarreal La Barbie, ninguno de los dos aparecen en el Buró Federal de prisiones, de allí la posibilidad de su traslado a Nueva York. Sería el golpe para cerrar la presentación de las pruebas de su caso. Después hará lo mismo la defensa. En una pelea por convencer a los 12 jurados.
¿Una historia es suficiente?
Al presentar el caso ante el Tribunal, la Fiscalía anticipó, como lo señaló el fiscal Philip Pilmar al hablar frente al jurado que García Luna, “la persona que se supone que estaba a cargo de la lucha contra el Cártel de Sinaloa, era en realidad su activo. El acusado aceptó millones de dólares en sobornos una y otra vez. Y con su ayuda, el cártel ganó miles de millones”.
Considerando que los cargos que pesan contra el extitular de la seguridad pública federal, consistente en presuntamente pertenecer a una empresa dedicada al crimen transnacional, dos cargos de conspiración por enviar o permitir el ingreso de droga a los Estados Unidos, y haber mentido en sus declaraciones a las autoridades migratorias.
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Para el titular del despacho Regino Abogados, hasta este punto del juicio la Fiscalía está cumpliendo su cometido, “al fincarle al jurado poco a poco e in crescendo (aumentando progresivamente) el entorno, antecedentes e introducción de un caso que de a poco empieza a tomar forma”, aunque a la fecha no se ha dado a conocer una prueba contundente que así lo compruebe.
“No se va a requerir de alguna grabación, no se va a requerir que haya un maletín, no se va a requerir una fecha precisa porque estas exigencias son para sistemas procesales como los que tenemos en México, no en el anglosajón”, reiteró el abogado Regino García al subrayar que la historia de la Fiscalía estadounidense se ha basado en “relatos consistentes” que hablan de corrupción y personajes determinados.
“No hay dinero, no hay fotos, no hay videos; nada de mensajes de texto, ni correos electrónicos, ni grabaciones, ni documentos. No hay pruebas creíbles, verosímiles, plausibles de que Genaro García Luna ayudó a los cárteles. Lo creíble, verosímil y pruebas plausibles demostrarán que el señor García Luna, durante más de dos décadas, hizo su trabajo para detener, extraditar e incapacitar al crimen organizado en México. Eso es realmente lo que este caso se trata”, sostuvo el abogado César de Castro, quien encabeza la defensa del exfuncionario, en las declaraciones de apertura del juicio del 23 de enero pasado.
Dardos sin veneno en México
El inesperado giro que hizo la Fiscalía estadounidense al anunciar el anticipado cierre de su acusación para la mañana del martes de la próxima semana, lo cual podría implicar que el veredicto del jurado podría generarse dentro de las próximas dos semanas, se dio luego de los señalamientos indirectos que en la audiencia del miércoles lanzó el exfiscal de Nayarit Veytia, en contra de García Luna, así como del expresidente Felipe Calderón, el primer alto funcionario mexicano en ser nombrado en lo que va del juicio.
La defensa del extitular de la SSP se ha centrado en desestimar la credibilidad de los testigos cooperantes, contrapunteando sus dichos con el hecho de que se trata de criminales confesos y con sentencia, y en algunos casos con procesos de los que buscan obtener algún beneficio e incluso de reducir su condena, como es el caso del exfiscal Veytia quien el próximo 10 de marzo buscará alguna modificación de su pena de 20 años de prisión por cargos de narcotráfico que le fue impuesta en septiembre de 2019, tras haber testificado en contra de García Luna
Pese a los señalamientos que han involucrado a personajes como el expresidente Calderón o el exgobernador de Coahuila y exlíder del PRI, Humberto Moreira, quien fue señalado de corrupción y de haber tenido vínculos con García Luna por su entonces secretario de Finanzas, Héctor Villareal Hernández, aunque con evidentes contradicciones y falsedades en su testimonio, para el abogado Gabriel Regino se trata de conjeturas que podrían servir en la historia trazada por la Fiscalía, pero sin que alcancen mayor trascendencia en el contexto de nuestro país.
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Bajo la premisa de que “lo que se diga allá (en Estados Unidos) en un proceso, se queda en el proceso”, el penalista señaló que las menciones dentro de un proceso fuera de nuestro país sólo serían consideradas si se habrían obtenido a través de denuncias o investigaciones hechas en México.
“Por ejemplo, que hubiese una carpeta de investigación, que haya sido citado a declarar, sería diferente si hubiera carpetas de investigación donde obraran esas imputaciones, sería muy distinto”, aseguró.
Mientras que en el desarrollo del juicio ha sido el propio juez Cogan quien ha atendido las solicitudes de la defensa de García Luna para desechar partes de los testimonios de sus testigos colaboradores, como fue el caso del narcotraficante Tirso Martínez Sánchez El Futbolista, cuya buena parte de su testimonio fue señalado por el juzgador como “un espectáculo secundario y una pérdida de tiempo”, similar al de otros testigos quienes no evidenciaron conexión directa de sus declaraciones con el exsecretario de seguridad.
Aunque dichos personajes, de quienes analistas y periodistas especulan que podrían hacer señalamientos más directos de la posible corrupción de García Luna y de sus colaboradores cercanos, para el abogado Regino García podrían recaer en testimonios similares, “algunos quizá más escandalosos”; no obstante, apuntó a prestar atención a la posibilidad de ver a “testigos expertos” para esta recta final.
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“Los testigos expertos son todos los agentes que realizaron la investigación, intervención de comunicaciones, escuchas, correos, investigación de operaciones, etc., esa va a ser la parte culminante y fulminante”, refirió el abogado al señalar que podría tratarse de la “cereza en el pastel” por parte de la Fiscalía para tratar de demostrar al jurado la culpabilidad de García Luna.
Pese a que en las primeras dos semanas del juicio y hasta el miércoles de esta semana, los fiscales sólo habían presentado algunas fotografías de propiedades y autos de García Luna como supuesta evidencia de los lujos que habría adquirido el exfuncionario; a lo que se había opuesto la defensa mediante una moción que presentaron ante el juez en la que señalaron que las actividades como ciudadano después de que se mudó a los Estados Unidos, incluida la evidencia de la riqueza que acumuló o adquirió después de 2012 era “irrelevante e indebidamente perjudicial”.
›Pese a que las circunstancias por parte de la defensa de García Luna parecieran estar “cuesta arriba”, según Gabriel Regino sus abogados podrían ejercer una “estrategia contundente” si demostraran que las pruebas que se fueron a presentar se hubiesen obtenido de manera ilegal, pero apuntó que en este tipo de casos “se ve difícil que la Fiscalía hubiese cometido un error de esta naturaleza”.
Los próximos días serán definitivos. El testigo estrella podría catapultar la narrativa de la fiscalía. O las pruebas de la defensa derrumbar la credibilidad de los abogados del Estado.