La Portada | Ocho obispos en la mira del Vaticano
Por primera vez, en una entrevista a fondo, el nuncio Franco Coppola habla sobre pederastia y el encubrimiento de los obispos; la violencia y el papel de la iglesia; el aborto, la crisis religiosa y sobre el presidente López Obrador
El nuncio apostólico Franco Coppola cumplió, este miércoles 29 de septiembre, cinco años de haber llegado a México como representante de la Santa Sede, justo en un papado, el de Francisco, que ha enfrentado la peor crisis de la iglesia católica en la era moderna, la pederastia clerical.
El diplomático enviado desde Roma es un hombre amable, pero directo. También es un gran observador del entorno social y político que le ha tocado experimentar en México, y tiene su propio diagnóstico de los cambios y problemas que enfrenta el catolicismo… y el país.
No dudó en dar su opinión, hacer propuestas y hasta cuestionar en torno a temas legales, políticos y personajes de la vida pública. Simplemente sonríe, habla suave, agita las manos y se muestra libre de decir lo que piensa, y así deja asomar al operador político y estratégico que es para El Vaticano.
En la entrevista con ejecentral no evadió una sola pregunta, al contrario, sorprenden sus respuestas a fondo, una de ellas: El Vaticano investiga a ocho obispos mexicanos por encubrimiento de sacerdotes pederastas, así sin más reveló el nuncio apostólico Coppola. Y ofreció detalles. En los casos de cinco obispos, las investigaciones concluyeron en México y los expedientes fueron enviados a la sede en Roma, donde se dictará la sentencia. De los otros tres casos la investigación ordenada desde la Santa Sede aún está en la etapa local en sus respectivas diócesis.
El diplomático reveló también que en los últimos años se han denunciado por abuso sexual a 328 sacerdotes, de éstos 134 fueron encontrados “culpables seriales” y
dimitidos del sacerdocio.
“Se ha iniciado la búsqueda de lo que ha pasado, y sobre
todo gracias a Dios y al crecimiento de la
conciencia social, las víctimas han iniciado a denunciar y gracias a las denuncias de las víctimas hemos podido llegar a encontrar esas personas, esos abusadores que no respetan a los demás que se aprovechan de su vestidura eclesiástica para esas cosas”, advirtió el prelado.
El gobierno con un componente católico
Cuando se le preguntó a Franco Coppola sobre su aparente cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el nuncio primero sonrió y después se apresuró a aclarar que, a diferencia de lo que se difundió alguna vez, no suele desayunar una vez al mes con el morenista. De hecho, sólo lo hizo hace tres meses y no fue en un plan de amigos, sino por la visita del cardenal Pietro Parolín, secretario del Estado Vaticano, y departieron en la mesa con el canciller Marcelo Ebrard y la entonces secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
En general, puntualizó el diplomático, “ha sido muy cordial” su relación con los dos presidentes que hasta ahora ha conocido, Enrique Peña Nieto y López Obrador.
“Con (Peña Nieto) tuve una relación normal, encontré al presidente sólo una vez. Llegué al final del 2016, era un período un poco complicado, porque él había presentado la propuesta de ley federal sobre matrimonio homosexual, era un momento complicado”, recordó.
Para 2017 se encontraron nuevamente a petición del nuncio, añadió, porque trabajaban con la Secretaría de Gobernación la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, y se presentaría el proyecto meses más tarde. “Me parece que era enero o febrero del 2018, y en ese entonces fue suficiente algunas críticas en los medios y las fuerzas que sostenían el proyecto no se animaron a dar seguimiento al proyecto y se cayó esto, y se quedó ahí”.
Pero cuando se refiere a López Obrador, el representante papal en México se toma más tiempo para dar su opinión: “Ha habido un cambio, por lo menos exterior, porque pienso que ningún presidente al inicio de su mandato, antes de iniciar su mandato, envió una carta al Papa pidiendo que la iglesia se comprometiera con el gobierno a trabajar por la paz en México. Nunca un presidente había pedido oficialmente a la iglesia ayudar en la vida social del país, y en esto el presidente ha sido consecuente, porque ha pedido todas las veces que ha pensado que la iglesia puede dar una mano lo ha pedido y esto nos ha dado la posibilidad de intercambiar opiniones con él”.
Aunque el nuncio Franco Coppola también hizo una observación adicional, “el partido al cual pertenece el presidente es un partido muy compósito, es un movimiento compósito, tiene dentro de sí varias almas y ahí hay varias personas que se han visto bien representadas por el señor presidente, entre ellas hay un componente que es católico”.
Y ha ocurrido otra sincronía del lopezobradorismo con la agenda católica, el no abordar temas como el aborto o el matrimonio igualitario. El discurso del mandatario, apuntó el nuncio, gira en torno a sus prioridades, la violencia, corrupción y pobreza, y “yo estoy totalmente de acuerdo, es evidentemente que estos son los temas más urgentes”.
“En septiembre del 2018, antes de tomar posesión como presidente, vino a Monterrey con los obispos y nos dijo precisamente esto: ‘en la campaña se tratan muchos temas, mi prioridad son estos temas: el problema de la violencia, de la inigualidad que existe en el país, de la corrupción, de la educación, sobre estos yo quería que todo México se una para resolver solucionar esos temas’. Y dijo ‘yo no voy, por lo menos mi gobierno, no va a tocar temas que yo considero divisivos como el matrimonio igualitario, el aborto y la identidad de género y esas cosas son temas que interesan a algunas personas, pero yo percibo que no son temas urgentes para la mayoría de los mexicanos’”, recordó el nuncio Coppola.
Y el representante de El Vaticano está también muy de acuerdo en no desgastarse en ello, “cuánto tiempo se pierde en polémicas en divisiones y se impide avanzar, el país se queda atrás, el país necesitaría unir todos los esfuerzos”.
134 sacerdotes han sido encontrados culpables y dimitidos por abuso sexual en los últimos años, según el nuncio Coppola.
Hacer justicia
En México, las denuncias contra sacerdotes por abusos sexuales aún no son numerosas como en otros países, donde existen organizaciones de víctimas que han logrado obtener cifras millonarias por reparación del daño, además de llevar a juicio a algunos de los clérigos.
De esta violencia al interior de la iglesia, Coppola recordó que el Papa “se puso derecho sobre este tema diciendo que este problema no se puede soportar. ¿Qué pasa?, no se puede soportar que se encubra y hay que hacer todo lo posible para que eso no pase más”.
Pero así como el nuncio apostólico fue claro sobre los datos de las investigaciones internas, también colocó este fenómeno en un contexto más amplio. Los abusos sexuales a menores, añadió, es un tema no exclusivo de la iglesia, la mayoría de los casos se dan en las familias, en las escuelas y en los ambientes deportivos.
“También eso pasa en la iglesia, no hay estadísticas generales para decir cuánto es, seguramente es una muy pequeña parte, pero es gravísima de todas maneras. Como dijo el Papa, aunque haya sólo un sacerdote pederasta es un monstruo y es gravísimo no es querer disminuir la cuestión”, aseveró.
Coopola reconoció que los niños que han sido víctimas, fueron traicionados en su confianza y se les infligen heridas que afecta su desarrollo.
“Las consecuencias son gravísimas. Muchas veces hay una ignorancia de esas consecuencias, pienso que los padres que hacen esto no saben el daño que les hacen a sus hijos hablo de los padres de familia, seguramente también los padres en el sentido religioso no sabían esto y los obispos tampoco sabían esto, poco a poco se está tomando conciencia de esto, gracias también a los estudios psicológicos que nos ayudaron a darnos cuenta de todo esto”.
La última vez que la iglesia informó sobre los casos de pederastia que se
investigaba fue hace más de dos años, y nunca lo había hecho con tantos detalles. Esta vez lo hizo el propio representante de El vaticano y las cifras muestran que los números crecieron, desde entonces, un 50%, los casos denunciados en el país.
El nuncio Franco Coppola aclaró que hasta ahora son 328 los sacerdotes acusados “no siempre, pero muchas veces son seriadas, o sea han tenido varias víctimas.
De estos 119 todavía hay
un proceso en curso o sea no se ha llegado a la sentencia definitiva, es casi digamos una tercera parte”.
Y detalló: “En 134 se ha llegado a la conclusión de que no podía seguir como sacerdote se ha dimitido de ser sacerdote, es un total del 40 por ciento de todos los casos.
Otros 60 han sido abusos de tipo leve y no seriales, han sido una vez y de una manera leve, entonces se ha considerado que no es una persona enferma, o sea que no fue de ninguna manera enferma psicológicamente de ninguna manera retomar el sacerdocio; entonces ha sido condenado a otras penas que normalmente son un largo tiempo de terapia psicológica, para resolver sus problemas y entretanto suspendido de su ministerio sólo cuando resuelve sus problemas afectivos se verá si podrá regresar o no al ministerio. Una pequeña parte, 15, han sido encontrados inocentes, es el 5 por ciento de todos”.
¿Estos 134 sacerdotes que fueron dimitidos están siguiendo un proceso penal? Esto yo no le puedo dar cifras o números, no es algo que pasa por la nunciatura. La iglesia tiene el compromiso y lo está haciendo, la nunciatura en esto está muy estricta, todas las veces que un obispo o superior religioso tiene noticia de que hay un delito tiene que informar a la autoridad judicial y civil para que hagan lo suyo.
“El obispo después inicia un procedimiento canónico dentro de la iglesia para ver si esta persona efectivamente cometió este delito o no, y si esta persona puede seguir como sacerdote o no. La única pena que se puede dar es quitarle el sacerdocio, si la persona no es digna de ser sacerdote, si la persona merece ser privada de la libertad esto lo tiene que decidir el Estado, la iglesia no tiene cárceles”.
¿Respecto al encubrimiento de los obispos? Es un tema serio lo estamos retomando, en ese entonces eran cuatro y después de éstas investigaciones se han iniciado otras cuatro.
¿Hay ocho que son investigados, no se ha resuelto ningún caso? No tengo conocimiento de que se haya resuelto algún caso, pero de cinco de estos casos las investigaciones por lo menos a nivel local se hicieron y fueron enviadas a Roma, y Roma tendrá que decidir sobre la base de estas investigaciones si son suficientes para tomar una sentencia o si es necesario más. El trabajo de parte de aquí, de la nunciatura, ya se ha hecho y se ha enviado a Roma. Otras tres están en curso.
¿Hubo una víctima que denunció a dos obispos pero que ya falleció, seguramente usted conoció a Ignacio Martínez? Sí, esos son dos obispos los cuales estaban ya en los cuatro que yo di y que su investigación ya está en Roma, no tengo conocimiento de sentencia.
¿Aunque haya fallecido la víctima Roma tiene que dar sentencia? Sí, porque esos procedimientos aunque tienen inicio porque una víctima denuncia, no se hace por interés de la víctima, es interés de la iglesia que el obispo actúe correctamente, no se trata de dar satisfacción a la víctima castigando al obispo, se trata de evitar que un obispo que no actúa bien siga siendo obispo, porque puede hacer otras víctimas.
“Entonces aunque eventualmente la víctima se desista y diga ‘yo no quiero más’, no quiere seguir, no es importante, para la iglesia, es importante averiguar si este obispo ha actuado correctamente o no, porque si no ha actuado correctamente puede hacer otras víctimas, entonces sigue el procedimiento aunque la víctima fallece”.
¿Qué tanta disposición existe de los obispos en abrir sus archivos para revisar casos del pasado? Sí, no hay ningún problema sobre todo después de que el Papa decidió hace casi dos años levantar el secreto pontificio sobre estos asuntos. Todos los archivos de las curias de las diócesis que sean pruebas, interrogatorios y las actas, están a disposición; de hecho se pone a disposición de la autoridad judiciaria. Yo
tengo conocimiento, por ejemplo, que se ha iniciado un procedimiento en Cancún y se pidió actas que estaban en el tribunal de Monterrey, y ha entregado, y lo que ha pedido a la autoridad judicial, no hay ningún problema.
“La iglesia quiere colaborar, quiere que se haga justicia, es interés de la iglesia que se haga justicia, fue una posición equivocada del pasado, lo reconozco, pensar que el interés de la iglesia era cubrir, que no se abra, esto no es la realidad el interés de la iglesia es que se haga justicia, eso es lo que le interesa a la iglesia”.
50 por ciento han aumentado el número de casos denunciados de abuso sexual en los últimos dos años.
La Iglesia se está moviendo
¿Con ésta apertura de la iglesia católica ha recibido un mayor número de víctimas, aunque no quieran denunciar penalmente, pero quieren ser atendidas espiritualmente? Sí, en éstos últimos dos años, los primeros tres para mí, fue como si este problema no existiera. Estos últimos dos o tres años sí he recibido muchas, sean víctimas o sean denuncias éstas las he pasado a los obispos.
La iglesia, los obispos, los sacerdotes y los agentes de pastoral no es una armada, no es un ejército, yo digo haz esto y enseguida lo hacen ejecutan la orden. La iglesia es como una familia, cuántas veces mi papá o mi mamá me decían una cosa, pero yo no los escuchaba, pero no seguía lo que me decían, es lo mismo que pasa también en la familia más grande que es la iglesia.
“Esto no significa que el papá o la mamá se desespera, sigue enseñando sigue dando sus enseñanzas hasta cuando trata de convencer a los hijos, hasta cuando se convencen y siguen. Es la misma actitud del Papa, ¿cuántas veces ha hablado de este tema?, muchas veces, y sigue hablando y continúa hablando. Algunos hijos han entendido enseguida, algunos que puede ser que están más atentos a lo que pasa en el mundo, otros han sido más difíciles para ayudarlos a convencerlos a entender lo que es necesario para la iglesia hoy o hacerlo cambiar de una actitud del pasado, pero se sigue insistiendo, pero se está moviendo”.
“Tengo que reconocer que en estos cinco años que estoy aquí la actitud de la iglesia hoy es muy diferente de como yo la encontré en 2016 es mucho más reactiva, no es perfecta, hay mucho todavía que trabajar, pero la iglesia ha trabajado mucho en estos cinco años y sigue avanzando.
Se realizó en junio de este año una reunión de los responsables de las comisiones de protección de menores de todas las diócesis, hoy en todas las diócesis hay una comisión de protección de menores, en todas las diócesis hay un número telefónico o un correo reservado para dirigir o denunciar y ser atendido por psicólogas, abogados y expertos en la materia que se pongan de su parte”.
¿Lo mismo se podría decir de las congregaciones religiosas? Yo no puedo decir lo mismo en el sentido que no conozco la situación de las congregaciones religiosas, como conozco la situación de las diócesis. Las diócesis por todo lo que es la relación de la Santa Sede pasan por la nunciatura. Las congregaciones religiosas tienen otro camino, aquí son sólo superiores provinciales, los que hay, que tienen que dirigirse a un superior que a veces se encuentran fuera de México y entonces se refieren a él sin pasar por la nunciatura, entonces yo no conozco su situación.
Una resolución ideológica
A Franco Coppola no le molesta exponer su opinión sobre el aborto y la resolución que emitió recientemente la Suprema Corte, por el contrario: “fue una decisión desafortunada”.
›“Me parece no puedo dar un juicio porque no los conozco personalmente (a los ministros), me ha parecido un poco una decisión ideológica, que han tratado de encontrar la vía más fácil y que no siempre la vía más fácil es la más correcta”, añadió.
También el diplomático papal lamentó la resolución del máximo tribunal sobre la objeción de conciencia. “Yo no pienso que las decisiones de la Corte Suprema han sido decisiones que han ayudado a proteger al más débil y a limitar al más fuerte”. Ahora los legisladores, añadió, debe encontrar un “justo equilibrio”, opinó el nuncio, en clara referencia a lo declarado por el presidente de la Corte, el ministro
Arturo Zaldívar.
“Por qué vale más la libertad de abortar que mi libertad de decir yo no quiero matar”, subrayó el nuncio, y añadió: “La civilización es encontrar un equilibrio que compone los derechos de todos y no hace prevalecer el derecho de uno sobre todos los demás, eso es tiempo de la dictadura, en la dictadura el derecho de uno sobre todos los demás, ni siquiera Dios. Dios respeta la voluntad de cada uno de nosotros no nos fuerza a hacer algo. Y aquí la Corte Suprema parece querer forzar a los médicos a practicar el aborto, aunque no quieran, más que Dios”.
Urgencia en migración
Para el nuncio Franco Coppola otro de los temas urgentes que debe atenderse es el de la migración, pero evadió dar su opinión directa sobre la estrategia del gobierno federal de contener a los migrantes en la frontera sur y devolverlos a sus países de origen, a pesar de las condiciones de violencia o pobreza que existan. Aunque piensa igual que el presidente López Obrador, que se deben atender las causas de raíz.
¿La iglesia también atiende a los migrantes, cómo ve el muro de contención de autoridades en la frontera sur con los haitianos? El muro de contención es un muro y como todos los muros pueden ser derribado de un lado o del otro si hay demasiada presión.
El muro no es la solución, he tenido la oportunidad de hablar con el señor presidente sobre la estrategia del tema migratorio, él dijo que su estrategia era, entendía el problema que tenía Estados Unidos que no puede recibir cualquier persona eso sería
imposible soportar para Estados Unidos, claro que tiene necesidad de mano de obra y sigue recibiendo pero si abre completamente las fronteras sería invadido por millones y millones de personas y se acabaría con la civilización que tiene este país, claro que no puede tener una inmigración incontrolada.
“El presidente habló mucho con el presidente anterior (Donald) Trump y pienso que lo está haciendo con el presidente (Joe) Biden, y es su misión que Estados Unidos no se limite sólo a poner barreras, no sirve un muro entre Estados Unidos y México, como no sirve uno entre México y Honduras y Nicaragua, o América Central, no sirve. Sirve invertir en América Central, sirve evitar por lo menos que la gente huya de esos países porque no tiene trabajo porque hay demasiada pobreza, cuando
hay problema político es más delicada la cuestión”.
¿Aquí mientras qué se puede hacer?, porque esto va para años y los haitianos ya los tenemos aquí… Haití … hay que llamar a la solidaridad internacional para reconstruir a este país y darle posibilidad de que no sea un país tan pobre… Se puede vivir en la isla hay que gobernarla mejor y cambiar la manera de utilizar los recursos, es como en México hay lados donde se vive muy bien y otros que son muy pobres, evidentemente no es que el país sea pobre sino que se han divido mal las riqueza. Eso es deber de gobierno, de cómo gobernar las cosas….. hay que invertir y ayudar a ocuparse de estas miles de personas que ya se encuentran en México.
He hablado con el arzobispo de Monterrey y acaba de recibir 800 personas en nuestros albergues, voy a recibirlos para darle acogida, pero al mismo tiempo hablar con el gobernador porque la iglesia sola no tiene todas las fuerza sin los recursos para hacer frente a esto, hay que juntar esfuerzos la iglesia ya lo está haciendo en Chiapas hay que juntar esfuerzos… Habría que ahondar más está colaboración para enfrentar esta situación, es una emergencia ¡claro! que se necesitan recursos, puede ser que hay que pedir ayuda a la solidaridad internacional. Es una emergencia internacional son seres humanos y hay que ayudarlos.
No seré mediador con bandas criminales
El nuncio apostólico Franco Coppola ha manifestado su preocupación por la violencia que existe en México, y por cómo impacta a la población, por lo que decidió visitar en abril pasado la comunidad de Aguililla en Michoacán, una de las zonas más afectadas por los enfrentamientos entre las bandas del crimen organizado. Fue un viaje del que no había hablado antes.
“Fui a Aguililla porque ahí la iglesia está presente, los curas están en cada pueblo. El obispo cada semana pasa por todos los pueblos, hace presencia no puede resolver el problema pero da fuerza al pueblo y eso es muy importante”, relató el nuncio apostólico.
Pero bastó preguntarle en torno a la violencia en México, para que las palabras revoloteen más rápida y tajantes en la voz del representante papal: “No se puede resolver (el problema de violencia) dentro de un sexenio, entonces el presidente (López Obrador) no podrá presentarlo como un logro de su sexenio, pero si sigue en este compromiso, podrá decir que se ha iniciado a caminar”.
›Los intentos del gobierno deben reconocerse, pero también, añadió, la perfidia de los grupos criminales que hacen difícil su combate, porque exponen a los pueblos, en una táctica militar para anular la acción del gobierno . “Hasta ahora los tentativos que se hicieron, aunque pueden ser de buena voluntad, de implicar al Ejército, a la Fuerza Armada, todo esto no ha resultado. Con la experiencia que tengo como italiano por la mafia, los cárteles y todas esas cosas, la Fuerza Armada no sirve para esto, los cárteles son inteligentes, son muy astutos, saben que el Ejército está hecho y preparado para enfrentar a otro ejército”.
“Ellos no se enfrentan nunca con el Ejército envían mujeres y niños, el Ejército no está preparado para enfrentar niños y mujeres. El Ejército no puede hacer nada, no es militarmente que se resuelve este problema, hay que encontrar el camino implicándonos todos, pero juntándonos hay que unirse”, aseveró el nuncio Coppola.
Y es que ante la gravedad del fenómeno, advirtió, todas las fuerzas sociales deben hacerse presentes en la población que sufre esta violencia, y recuperar su confianza. “Hay que rechazar esta tentación que es muy común de México de pelearse siempre por tantas cosas y más bien unirse en torno a su gente, el tema de la violencia es uno de los temas más urgentes de México”.
“Si yo pudiera hacer un llamado a todas las realidades de México sociales, políticas, autoridades si se quiere ganar contra el problema de la violencia hay que unirse, hay que juntarse, la población tiene que sentir y palparlo, que tiene a las autoridades detrás de ella, que tiene las Fuerzas Armadas detrás de ella, la autoridad religiosa también está presente”, advirtió.
El nuncio Franco Coppola recordó, que tras el pedido de López Obrador al papa Francisco, respecto a apoyar los procesos de paz en México, la iglesia comenzó un intenso trabajo en todo el país para escuchar a todos los sectores sociales, a la población, los obispos, las Fuerzas Armadas, y los gobiernos de todos los niveles sobre las necesidades y propuestas de cara a la violencia. Este trabajo se concluyó, pero se detuvo su continuidad y se debe retomar.
“Hay algunas experiencias que hacen esperar los jesuitas tienen experiencias piloto en algunos pueblos de Michoacán, de Coahuila, de otros estados muy violentos y han tenido éxito reuniendo a la población, a las autoridades, a todas las congregaciones religiosas presentes en el lugar. Ha fortalecido la población y la población ha sido capaz de expulsar a los cárteles.
“He visitado recientemente Zamora y ahí me han contado que hay algunos pueblos indígenas de Michoacán donde la población se ha juntado y con la ayuda de la sociedad civil y de la iglesia han expulsado a los carteles, se puede pero hay que unirse”, adelantó el nuncio.
¿Usted podría ser mediador en estos conflictos de violencia en México?
No se trata de ser mediadores, no se trata, no hay una guerra entre dos entidades como en los años pasados hubo un inicio de guerra entre Chile y Argentina, y pidieron a la Santa Sede ser mediadora entre las dos para componer el conflicto; no es esto, aquí no hay un conflicto entre dos entidades reconocidas, los conflicto son entre cárteles o sea entre crimen organizado, aquí no se trata de ser mediador entre cárteles, los cárteles son criminales, por lo menos los jefes de los carteles. A mí me ha
servido muchísimo la visita a Aguililla, yo he aprendido mucho.
“Regresamos a Aguililla y el problema es muy importante, entonces visitarlos me parece yo he aprendido mucho y he aprendido que esta gente se encuentra (sola). Algunas mamás vinieron hablar con sus hijos, me los presentaron y me dijeron monseñor mírelos son niños tienen 7 u 8 años, sólo puedo retenerlos por otros dos o tres años no más, cuando llegan a 11 años o encuentro una salida para enviarlos a Estados Unidos o el cártel viene y se los enrola forzadamente, y los toma como carne de cañón (y) son los primeros que mueren en los conflictos entre cárteles.
“Y esto vuelve a la población rehén del cártel. Cómo puede una mamá denunciar a un cártel si tiene a su hijo y cómo puede una población oponerse al cártel cuándo tiene a sus hijos. Esto hace que la población está obligada a ejecutar las ordenes que le da el jefe del cártel aunque no lo quieran y esto explica las confrontaciones que pasan con las fuerzas federales o estatales del orden. No es la voluntad de la población, es el cártel que los envía, porque las fuerzas del orden no pueden disparar a la población, a las mujeres a los niños. Es estrategia es militar es enviar a las mujeres y los niños de esa manera no pueden hacer nada el Ejército o la Guardia Nacional.
"¿Qué solución hay para esto? Hay que ser honestos, no se puede resolver en un año, en dos años, ni en un sexenio el resultado de decenas de años de descuido, decenas de años en los cuales esta población ha sido abandonada, permitiendo a los poderes fuertes locales de hacer lo que querían”.
ENTREVISTA A FRANCO COPPOLA
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