Han sido dos años de camino incierto por la pandemia, que ha sido devastadora para las personas, gobiernos y la economía global, a lo que se agrega una incipiente recuperación dispar entre las diversas naciones, en este contexto surge un conflicto bélico cuyo resultado e impacto es, en este momento, imprevisible.
En este momento somos testigos de cómo el análisis y discurso en la opinión pública están plenamente dominados por la argumentación estadounidense y sus aliados, quienes han hecho los juicios y posicionamientos más penetrantes por su dominio de los medios abiertos, lo que ha jugado en contra de Rusia por su historia política de contención de la información.
¿Por qué es obligado condenar este nuevo episodio de guerra? La razón es contundente: la violación al derecho internacional que señala la prohibición expresa de invadir militarmente a cualquier país.
Después de la condena pública a la que México por cierto, dilató; Occidente utiliza sus herramientas de arranque como las sanciones y la propaganda; continuará con la entrega de armas; y en caso necesario, meterse directamente en el conflicto con efectivos militares, lo deberán pensar so pena de repetir vergonzosos episodios como Corea, Vietnam, Odesa, Crimea, Indochina, Afganistán, Irak o Siria.
La economía Rusia es del tamaño de la de España lo que no es proporcional a su enorme capacidad bélica y nuclear y al inmenso territorio que posee con 11 usos horarios. No obstante, tiene impactos estratégicos para la economía global y para buena parte de las economías desarrolladas. A lo anterior se agrega el papel económico que Ucrania también posee. Si bien los dos países son potencias en materias primas éstas son de alto uso para el resto del mundo, incluso esenciales.
Es entonces que esta crisis está diseñando una nueva arquitectura política y económica en el mundo. Todavía es imposible de definirla, pero se asoman algunas señales. China, Estados Unidos y Europa, serán los tres bloques que saldrían fortalecidos y dominarán.
Rusia, por su parte, obtendrá más control hacia el este de Europa, y contar con una alianza más sólida con Turquía, India, Sudáfrica e Irán. Y China, un aliado estratégico.
Habrá una recomposición bancaria y de acumulación de recursos. En el ámbito energético se acelerará el proceso para descartar los recursos fósiles, pero antes el suministro cambiará, y es probable que se levanten algunas sanciones a Irán, para que proporcione al mundo parte de esos 80 millones de barriles parados, aunque también es una carta para Rusia.
Dependerá del tiempo que dure la guerra, también del papel que jueguen los actores estratégicos como Estados Unidos, Alemania, Francia y Rusia, y entonces se abrirá la puerta al nuevo escenario mundial.
Los frentes estratégicos
Al menos cinco son las áreas económicas que este conflicto impacta ahora en la economía internacional.
1.- Energía, es la que más se ha mencionado y lo es porque, el gas de Rusia se vende y suministra por una cantidad importante de gasoductos que son considerados como vitales. De hecho, esa es una de las razones por las que las sanciones no impiden mantener el comercio y el sistema de pagos Swift con ese país de lo contrario cómo se pagaría el gas que compran Alemania, Italia, Finlandia y otras potencias industriales, quienes precisan este energético fundamental para la industria y la vida diaria.
Esto se agrava por la salida del invierno y, fundamentalmente, por la escases global de gas derivada de la pandemia que mantiene las reservas internacionales en mínimos históricos. Incluso se aprecian dificultades serias para que Estados Unidos pueda suministrar gas licuado por barco a Europa. La falta de gas además, genera escases de dióxido de carbono indispensable para procedimientos médicos o la conservación de alimentos. Igualmente, las alteraciones en el suministro y costo del gas generan alta volatilidad en los mercados y en los precios finales de productos manufacturados y la industria eléctrica doméstica.
2.- Alimentos, en un contexto en el que el costo de los alimentos se encuentra en niveles históricamente altos desde el año 2021 como consecuencia de la pandemia y la alta inflación, cualquier elemento que incorpore dislocación en la producción y distribución de éstos es totalmente inconveniente. Rusia y Ucrania como vecinos representan la cuarta parte (25%) de las exportaciones del trigo que se consume en el planeta.
En el caso de Ucrania además de trigo posee el 50% de la producción y venta del aceite de girasol, materia indispensable en la mayoría de la preparación de alimentos en importantes cantidades de países. En estos granos trigo y girasol junto con muchos otros que se producen en gran escala en estos países golpean en 70% de los suministros de Turquía y Egipto; y China estaría dejando de recibir 50% del maíz.
3.- Transporte, una de las ventajas económicas que ha dejado la pandemia es la necesidad de buscar nuevas rutas y medios para trasladar bienes en virtud de la grave alteración que el sistema global de transporte viene sufriendo producto de la pandemia. La logística está prácticamente colapsada. En este sentido tanto Ucrania como Rusia aceleraron sus sistemas ferroviarios a efecto de permitir que el vendedor número uno del mundo, China, pudiera colocar por tren enormes cantidades de productos en toda Europa. Esta estrategia ya la venía desarrollando Italia como entrada por tren y carreta a Europa. Empero, la vía Rusia-Ucrania es la que se ve con más potencial tanto que ha crecido enormemente en los últimos dos o tres años. Las condiciones actuales ponen en riesgo esta prometedora vía logística que repercutirá en el abasto de millones de productos a toda Europa afectando aún más la mermada logística global con el consecuente impacto en los precios finales dado el aumento del costo de los fletes y eventualmente los seguros.
4.- Metales, la producción de importantes cantidades de metales como el níquel, el cobre y el hierro son lideradas por Rusia y Ucrania, quienes además de su vecindad tienen la misma orografía y geología. Su liderazgo en metales no es nada más en estos productos se pueden incluir sin duda el neón, el paladio y ni más ni menos que el platino. Todos fuertemente aprovechados en diversas industrias que vienen presentando fuertes presiones en sus precios.
No obstante, es el titanio ampliamente producido por Rusia, el que se suministra en grande cantidades a Estados Unidos para su industria espacial, médica y aeroespacial en donde los gigantes Boeing y Airbus sentirán los efectos adversos.
5.- Microchips, la escasez de estos productos representó unos de los desafíos de 2021, la mayoría de los analistas, bancos e inversionistas con impacto directo en los mercados financieros daban por sentado que este problema se resolvería este semestre. El optimismo deberá de apagarse, porque los países desarrollados han incluido en las sanciones la prohibición expresa para que no se le vendan microchips y cualquier otro componente a Rusia con la idea de retrasar su avance tecnológico. Desafortunadamente esta sanción puede convertirse en un petardo porque tanto Ucrania como Rusia son de los principales exportados globales de neón, paladio y platino elementos tremendamente esenciales para la producción precisamente de microchips, lo que ha sido una de las claves para la formación de la alta inflación global debido a su escases directa de microcomponentes insustituibles en este momento.
El rebote de las sanciones
El fuerte discurso occidental de sanciones a Rusia se estrella con la realidad. Durante décadas las cadenas de suministro de alimentos y materias primas se hacen en otras latitudes viéndose a los rusos como una gasolinera gigante, a Ucrania con menos escala se le apreciaba menos en el concierto económico internacional. La realidad es que en conjunto son actores relevantes en el agregado del comercio global.
Bajo esta lógica, en materia las sanciones se han enfocado en tratar a la elite rusa exactamente igual a la de Venezuela, Cuba, Irán, Iraq, Panamá o Libia; al presidente Vladimir Putin, quien por lustros ha dialogado, negociado y apoyado a la gran mayoría líderes del mundo, se le ha hecho ver como un autócrata, paria internacional y aprendiz de Adolfo Hitler. Él es simplemente tan autócrata y autoritario como Filiberto, Catalina la Grande, Pedro, Iván el Terrible, Nicolás II, Lenin, Stalin, Kruschev y Gorbachov. Al margen de calificativos incluso psicológicos podemos argumentar que, en efecto, como advertimos, una invasión militar de un país es inadmisible.
El posicionamiento de la ONU es a favor de la paz y el derecho internacional, el de los países del Oeste parte de las bases de la democracia y la libertad de los pueblos para decidir su propio destino y de adquirir los valores, costumbres y bienes que desee. El rigor, sin embargo, obliga a completar y equilibrar el análisis con la visión de enfrente. Noam Chomsky profesor del MIT en una entrevista a la organización truthout, nos muestra algunos apuntes. Durante la Perestroika y la Glasnost impulsada por Mijaíl Gorbachov, los países occidentales encabezados por Estados Unidos, Inglaterra y Francia pidieron expresamente al líder soviético que permitiera la reunificación de Alemania, en contrapartida, la URSS solicitó que no se permitiera jamás la mínima expansión militar al Este. Estas dos posturas fueron aceptadas cabalmente, sobre ello, Gorbachov dijo: “no sólo para la URSS, sino también para los otros países europeos, es importante tener garantías de que sí EU mantienen su presencia militar dentro de Alemania dentro del marco de la OTAN, ni una pulgada de la actual jurisdicción militar de la OTAN se extenderá jamás en dirección al Este”.
El entonces presidente Bush cumplió a cabalidad, Clinton lo hizo hasta que llegó el 50 aniversario de la OTAN cuando invitó ni más, ni menos a Polonia, Hungría y la República Checa para continuar con estos incumplimientos de occidente George W. Bush aprovechó la incursión a Afganistán e incorporó a los países Bálticos, yendo más allá al invitar en 2008 abiertamente a Ucrania, sabedor que es el corazón geoestratégico comercial y militar de Rusia y pese a la abierta oposición de Francia y Alemania. Desde aquel año el tema ha estado latente sin escuchar los argumentos de Rusia, Francia y Alemania.
De aquel año a la fecha ha ocurrido la agresión a Iraq, Libia y Serbia con la oposición rusa. Actualmente Estados Unidos y la OTAN tienen presencia militar en Rumania, Bulgaria, Polonia, Alemania, Lituania, Letonia y Estonia nacionales otrora bajo la influencia de seguridad militar de Rusia, Ucrania pareciera representar una clara afrenta.
Las consecuencias de este conflicto aún son impredecibles empero surge la pregunta de qué tan difícil sería no invitar a Ucrania a la OTAN y en cambio ofrecerle, dada su posición estratégica de estar en medio de Alemania y Rusia, a ser un estado independiente con calidad de nación neutral tal y como lo son Suiza y Australia. Los egos, los intereses y la falta de generosidad y humildad de todos los actores si excepción han impedido ver esta opción y como resultado la estabilidad económica y geopolítica están en riesgo.
Después de esta crisis nacerá, sin duda, un nuevo tablero geopolítico y económico en el mundo, que aún no está claramente definido, porque los riesgos aún son muchos, y Rusia, pese a su debilidad económica, es una potencia nuclear.
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