La Portada | El fracaso económico de AMLO
Un cálculo realizado por ejecentral, con los pronósticos para el PIB de 2021, 2022, 2023 y los próximos 10 años de más de 30 economistas nacionales y extranjeros consultados por Banxico, y con la visión de crecer 4.0% anual, señala que la economía mexicana habría podido alcanzar, en promedio, esa cifra, es decir el 15.0% del PIB; ahora representa su pérdida de valor
Andrés Manuel López Obrador asegura en su libro A mitad del camino, que al final de su sexenio será reconocido, entre otras cosas, por el “crecimiento económico” del país. En su campaña aseguró que con él en la presidencia, la economía avanzaría 4.0% anual, a lo cual un analista dice que de haberlo hecho, el país se habría equiparado con uno de los tigres asiáticos. Sin embargo, sin bombo ni platillo, el Presidente reconoció que el país sólo crecerá la mitad de lo prometido, en promedio, al 2.0% en su administración.
“Estoy consciente de que al final del gobierno no sólo me reconocerán o juzgarán por mi labor en beneficio de los pobres, del crecimiento económico”, se lee en las páginas 310 y 311 del libro A mitad del camino, el cual ha promocionado desde el Palacio Nacional, es decir, con recursos públicos. Un hecho sancionado por el Código Penal Federal.
Como Poncio Pilatos, el Presidente se lavó las manos de la situación económica y “como anillo al dedo”, culpó a la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2.
“Por un factor llegado del exterior, la economía del país se hundió y es muy difícil cumplir el compromiso de crecer al 4% anual. Sin embargo, no tengo duda de que, gracias a nuestra estrategia para enfrentar la crisis, sin deuda y ayudando más a los pobres, creceremos no a la tasa que proyectamos antes de la pandemia, pero sí al 2% anual en promedio durante el sexenio”, también se lee en la página 274 del libro.
La declaración implica que los cerca de 189 mil millones de dólares que crecería la economía en promedio con un 4.0% anual con López Obrador, no se dará. Ese monto es ligeramente inferior a lo que actualmente aportan juntas al PIB la tercera y la cuarta mayor economía del país: Nuevo León y Jalisco.
Aunque un punto a resaltar es que López Obrador omitió señalar que la economía mexicana entró en recesión desde 2019, antes de la pandemia.
Para Rolando Cordera, economista por la UNAM y posgrado por la London School of Economics (LSE), en Londres, Inglaterra, con el incipiente rebrote económico para 2021, la economía mexicana dejó de crear riqueza.
›“La recuperación de esas dos caídas del PIB (2019 y 2020) se dará hasta 2023. Está claro que hemos dejado de crear valor. Hemos dejado la capacidad de crear riqueza. El efecto multiplicador hubiera sido mayor si la economía hubiera estado creciendo al cuatro por ciento”, comentó Cordera.
De un cálculo realizado por ejecentral, con los pronósticos para el PIB de 2021, 2022, 2023, y los próximos 10 años de más de 30 economistas nacionales y extranjeros consultados por el Banco de México (Banxico) y la visión de crecer 4.0% anual, se desprende que la economía mexicana habría aumentado en promedio anual 188 mil 897 millones de dólares, cifra equivalente al 15.0% del PIB.
Ese monto anual equivale también a lo que aporta la Ciudad de México, la mayor economía del país o bien lo que contribuyen 14 entidades federativas: Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca, Yucatán, Chiapas, Guerrero, Aguascalientes, Durango, Morelos, Baja California Sur, Zacatecas, Nayarit, Colima y Tlaxcala.
Y sobre la pérdida de valor que comentó Rolando Cordera, esos 188 mil 897 millones de dólares, son un monto 10 veces superior a la riqueza generada en promedio anual en los últimos 20 años, que fue por poco más de 18 mil 410 millones de dólares.
Pero además, la recesión inducida por lo que hoy es la Ley Federal de Austeridad Republicana, tuvo un impacto negativo en miles de personas que fueron despedidas y/o cuyos sueldos y prestaciones fueron reducidos. Además, se generó un clima de incertidumbre en la inversión privada. Esto creó un efecto en cascada, en la generación de empleos formales y en el consumo de las familias.
Para Mario Correa, execonomista en jefe en la unidad en México del banco inglés HSBC, en el escenario actual “nos estamos rezagando frente al resto del mundo y ante nuestra generación de prosperidad. Esto por el menor nivel de ingresos y el nivel de pobreza de todo el país”. Datos consultados por ejecentral, muestran que la inversión pública, como porcentaje del PIB, en lo que va del año es de 2.3%, la cifra más baja en al menos los últimos 20 años.
En tanto, la inversión privada registró un retroceso de al menos nueve años y se ubica en el nivel del primer año del gobierno de Enrique Peña Nieto (2013) con el 16.8% del PIB, por debajo del nivel máximo de 19.3% de 2016.
El menor flujo de la inversión también revela un rezago en la generación de empleos en el sector formal, que asegura el progreso de la población.
“Sin inversión es muy difícil que el empleo crezca. Se debe tener en cuenta la población, el número de jóvenes que se integra cada año a la fuerza laboral son más de un millón de personas. Entre 1.0 y 1.2 millones de personas cada año”, estimó Mario Correa.
Hasta agosto, el mercado laboral mexicano estaba compuesto por 55.66 millones de personas ocupadas, de ellos 56 de cada 100 era trabajo informal. Tan sólo en julio, la informalidad registró su nivel máximo histórico con 31.8 millones de trabajadores. Ese trabajo sin prestaciones es la única opción para paliar el rebrote económico, ya que el gobierno se abstuvo de apoyar a empresas durante la pandemia. Así, el consumo privado como porcentaje del PIB registró el segundo menor nivel desde 2017, con un 66.8%.
En contraste y parafraseando al Presidente de la República, en 2020 y 2021 fue un “gobierno rico y pueblo pobre”. Mientras se contrajo el consumo de las familias, el consumo del gobierno aumentó a niveles máximos históricos en, al menos, dos décadas.
›Hasta agosto de este año, el mercado laboral mexicano estaba compuesto por 55.66 millones de personas ocupadas, de ellos 56 de cada 100 era trabajo informal. Tan sólo en julio, la informalidad registró su nivel máximo histórico con 31.8 millones de trabajadores.
La magia de los números
Más allá de los modelos matemáticos o econométricos que utilizan los estudiosos de la economía para calcular los pronósticos de variables económicas como el PIB, López Obrador comentó en su libro que a finales de 2017, cuando “escribía” otro libro, “imaginaba a México al final de 2024. En ese texto afirmaba que íbamos a crecer, en promedio, 4% anual durante nuestro mandato”.
Quizá bajo la misma aspiración donde vio el 4.0% anual, López Obrador señaló en la página 274, que si bien “caímos 8.5% el año pasado” (caída que corresponde a 2019 y 2020), enfatizó “este (año) creceremos en 6% como lo indican los resultados del primer semestre”.
Para resarcir la caída, la economía tendría que crecer 9.3%, sólo para igualar el nivel que recibió López Obrador de Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, más allá de los cálculos que arrojan los modelos econométricos de los expertos consultados por Banxico, López Obrador dice que para 2022, 2023 y 2024 la economía crecerá, cuando menos, 5.0 por ciento.
“Con ese impulso (de la economía a junio) considero que de 2022 a 2024 estaremos (creciendo) cuando menos en 5%, lo cual, en promedio, nos permitirá cumplir con la nueva meta de 2% anual en el sexenio”.
Los cálculos del Presidente superan en más de dos puntos porcentuales los pronósticos difundidos por Banxico, en su encuesta mensual de expectativas. Para tener una idea de esa diferencia, basta decir que un punto porcentual del PIB equivale poco más de 12 mil 600 millones de dólares. Aunque esa diferencia de dos puntos porcentuales es igual a 25 mil 245 millones de dólares.
Es decir, algo que de momento 14 entidades federativas no aportan en lo individual 2.0% al PIB nacional. Incluso, esos dos puntos son más de lo que aportan en forma conjunta Nayarit, Colima y Tlaxcala.
El dato. La inversión privada registró un retroceso y se ubica en el nivel equivalente al primer año del gobierno de Enrique Peña Nieto (2013) con el 16.8% del PIB, por debajo del nivel máximo de 19.3% de 2016.
Inversión-empleo
Mario Correa, execonomista en Jefe de HSBC México y ahora conductor del programa Economía en Breve en Youtube, advirtió que a junio, “los niveles de inversión en el país son similares a los que teníamos en 2011, entonces estamos una década atrás de la inversión”.
Con una generación de 450 mil nuevos empleos al año, en promedio de 2006 al 2020, en el sector formal de la economía y un incremento poblacional de 1.3 millones de personas, el resultado es un déficit de más de 890 mil plazas laborales.
En los últimos 22 años, se generaron en promedio anual 535 mil plazas laborales en el sector formal, con un máximo de 802 mil en 2017 con Peña Nieto y 2020 fue el peor despido masivo con un total de 648 mil trabajadores.
Más allá de esa numerología laboral, el director de Asesoría para América en el banco suizo Julius Baer, Esteban Polidura, señaló que “la generación de empleos formales no debe ser sólo una cuestión de volumen, sino también de calidad. Para tener empleos mejor pagados que no mermen las finanzas de empresas públicas y privadas es necesario facultar a la gente para otorgar un mayor valor agregado”.
Al respecto, Rafael Cordera señala que los jóvenes que se integran al mercado laboral, “requieren empleo, esparcimiento y otro tipo de formación o educación y capacitación. Sin embargo, no se ve que el Estado tenga las condiciones o la disposición de ofrecerlo. Esto es lo más grave”.
Lo anterior se corrobora con la propuesta de gasto para la Secretaría de Educación Pública para 2022 por 365 millones de pesos. Es decir, por cada peso que podría recibir la SEP, la CFE recibirá 1.2 pesos y Pemex recibirá 1.7 pesos, según los datos del paquete económico.
Por esto, el también profesor emérito de la UNAM, Cordera, enfatizó que la inversión para el próximo año, “nos muestra un panorama muy desalentador, muy poco promisorio. La economía decreció y no ha recuperado su ritmo histórico. Estamos sembrando las condiciones necesarias para qué no se pueda superar la pobreza masiva que nos caracteriza en la actualidad”.
Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) muestran que entre 2018 y 2020, la población mexicana en pobreza extrema aumentó en 2.1 millones de personas o lo que es lo mismo 23.7% al pasar de 8.8 a poco más de 10.8 millones.
Ante esto, Polidura puntualiza que México debe invertir prioritariamente en educación y capacitación para dotar las herramientas a la fuerza laboral para competir en un mundo globalizado. Se debe priorizar en tecnologías de la información y la digitalización.
648 mil empleos perdidos resultaron de manera masiva hacia diciembre de 2020, el peor en 20 años.
El tigre azteca
Contrario al pronóstico de los más de 30 economistas privados que esperan un incremento de 2.88% para el PIB 2022, la Secretaría de Hacienda (SHCP) espera una alza de 4.1%. Esa diferencia de 1.22 puntos porcentuales, significa algo así como 15 mil 400 millones de dólares.
Otra diferencia del 4.1% de Hacienda y el 5.0% de López Obrador, es que el primero, si bien peca de optimista, sí proviene de un modelo matemático y no de una ilusión. La imaginación del Presidente es volátil.
El 17 de enero de 2012, el empresario Fernando Turner presentó en Coahuila el plan económico de López Obrador. En ese entonces, su pensamiento o “visión” era que la economía creciera 6.0% promedio anual, impulsado por un incremento de 16% en la inversión pública y privada. Con ello, decían, se generarían siete millones de nuevos empleos.
Para el execonomista en Jefe de Barclays para América Latina, Marco Oviedo, “es muy complicado que México crezca al 6%, incluso se ve inalcanzable con las condiciones tanto políticas como sociales que se tienen ahora”.
Incluso, dice que para que en el sexenio se alcance un promedio de 2.0% anual, “el gobierno debe hacer ajustes y olvidarse de algunas políticas que está aplicando en el sector energético, para que realmente pueda aspirar a crecimientos del 2% que requieren que la inversión privada empieza a crecer al 4.5% o 5.0% por lo menos”.
Ahora, si quiere retomar el plan de que la inversión aumente 16%, además de mantener abierta la inversión privada en el sector energético, debe crear las bases para mejorar el ambiente de negocios en el país. Aunque se ve complicado, mejorar la seguridad. Impulsar el cumplimiento de contratos, mejorar el comportamiento de las instituciones, como lo son los órganos reguladores. Sin embargo, el mismo Oviedo advierte que “no se ve que haya un plan por parte del gobierno. Incluso ningún partido político se ve que tenga un plan que vaya en esa dirección”.
También comentó que si López Obrador lograra un crecimiento económico del 6.0%, “estaríamos en niveles de desarrollo más cercanos a economías, como las asiáticas, que en 10 a 15 años alcanzaron altos niveles de desarrollo. Corea del Sur, es el mejor ejemplo”, agregó Oviedo.
Datos del Banco Mundial muestran que Corea es la novena mayor economía del mundo y México la décimo quinta. Aunque en PIB per cápita, México ocupa la casilla 62 con 9 mil 322 dólares. Si México hubiera crecido al 4.0% prometido, en 2022 se habría desbancado a Brasil en PIB por habitante con más de 12 mil dólares anuales, algo nunca visto. El mayor monto fue en 2018, con Peña Nieto, con 10 mil 386 dólares, según el Banco Mundial.
Y como dijo Cordera, se están “sembrando las condiciones necesarias para que no se pueda superar la pobreza masiva que nos caracteriza” o bien, lo que dijo el execonomista de Barclays, Marco Oviedo, “crecer al 4.0% será tarea de la próxima administración”.
Así, el fracaso de crecer al 4.0% y la política austera, tienen a Rosalba, una ciudadana de carne y hueso y abogada que actualmente acumula más de 20 años de laborar en el gobierno federal, al borde de perder su casa porque no puede pagar su crédito hipotecario.
Hoy se dice arrepentida. “El día de las elecciones, el domingo 1 de julio de 2018, estando en la casilla electoral decidí que López Obrador merecía una oportunidad, no pensaba votar por él, pero voté por él. Había dicho que no tocaría a los empleados sindicalizados”.
La dependencia donde labora Rosalba le quitó todas sus prestaciones económicas, Debido a que mantiene un litigio legal contra el gobierno, pide omitir detalles de su identidad.
“López Obrador me cambió la vida. Desde 2019, ya no pude pagar la tarjeta de crédito. estoy en Buró (...) Estoy convencida de que perderé el departamento”.