La Portada | Desde México, a la caza del papa Francisco
Desde que el papa Francisco comenzó a reformar la curia vaticana, recientemente una nueva Constitución, que es un documento histórico, se ha enfrentado a una cruzada en su contra; en México ya mostraron su rostro, y la Iglesia comenzó un proceso en su contra. ejecentral cuenta los detalles de esta historia
“No odiamos al papa”, dijeron primero. Enseguida, aseguraron, “no queremos crear un cisma”, y al final “no lo podemos obedecer en todo”. Quienes lanzaron estas expresiones y advertencias no eran anticatólicos, ni miembros de alguna otra Iglesia molesta, se trataba de sacerdotes que, arropados por un grupo de laicos en México se han pronunciado en contra de posturas del papa Francisco.
Ante tal atrevimiento, el castigo de sus obispos fue inmediato: a dos los corrieron de sus parroquias, dos más fueron retirados de sus funciones en procesos que,
acusan, fueron irregulares.
Se trata de procesos que nunca antes se habían conocido en México, y de grupos de los que la jerarquía católica no quiere admitir su existencia, pero que por primera vez más de un centenar puso su nombre y apellido en una carta con la que retaron a la institución mexicana.
Desde hace dos años uno de ellos, el más conocido, Juan de Dios Olvera Delgadillo, canónigo de la Basílica de Guadalupe, había manifestado su desacuerdo con el obispo de Roma con algunos profesores de la Universidad Pontificia donde era profesor. Sin embargo, fue hasta la mitad del año pasado, en un congreso en Guadalajara, cuando seis sacerdotes coincidieron y acordaron hacer algo en “defensa de la fe” por la “salvación de las personas”.
Esa labor la concretaron en el documento Virgen de Guadalupe Mater Veritatis Salutaris (Madre de la Verdad de Salvación), dado a conocer a finales del octubre pasado y que enviaron a sus obispos, porque aseguran no tener nada que ocultar y la defendieron como una posición legítima.
Pero no intentan crear un cisma en la Iglesia católica, pero sí ser escuchados, sostienen. Están dispuestos a un diálogo con el papa, pero reconocen que esto es imposible.
Así, sin proponérselo, se incorporaron a los movimientos internacionales de ultra derecha, agrupados desde hace seis años, que se oponen a las posturas del papa Francisco, aunque ellos aseguran no pertenecer a esa comunidad.
Desde hace seis años el papa Francisco libra una batalla ante cuestionamientos de los sectores más conservadores de la Iglesia católica. Algo que se acrecentó en abril del 2016, con la publicación de su exhortación apostólica Amoris Laetitia (La Alegría del Amor), que intenta delinear una Iglesia más tolerante en aspectos relacionados a la familia, entre estos los divorciados vueltos a casar.
Al momento de su publicación un grupo de teólogos y obispos manifestaron que estaba plagada de imprecisiones y daba pie a la confusión.
En noviembre de ese año se dio a conocer la Dubia (documento oficial donde los cardenales plantean preguntas al papa), firmada por cuatro cardenales, tres de ellos eméritos, los alemanes Walter Brandmüeller y Joachim Meisner, el italiano Carlo Caffara y el estadunidense Raymond Leo Burke. Ahí expresaron su preocupación por las enseñanzas de Francisco, lo acusan de causar confusión en asuntos clave para la doctrina católica. Nunca recibieron respuesta.
Durante estos últimos años, Jorge Mario Bergoglio que ha reformado la curia vaticana y acaba de presentar una nueva Constitución que es un documento histórico, se ha enfrentado a una cruzada en su contra.
Sus opositores a nivel internacional son grupos de ultraderecha católicos apoyados por obispos, arzobispos y cardenales. Aunque en México la jerarquía católica oculta participar en este movimiento.
Para el especialista Roberto Blancarte, las reformas de Francisco son “tímidas”, porque “no son profundas”, pero han enfrentado dificultades, enormes resistencias de estos grupos ultraconservadores que se oponen a cualquier tipo de cambio.
En las últimas semanas de marzo ha circulado en El Vaticano el memorándum sobre el próximo cónclave, donde se menciona que el Papa ha callado en varios temas y se definen las características de su sucesor.
¿Por qué no quieren al Papa?
Los mexicanos durante estos años de turbulencia para el pontificado de Jorge Mario Bergoglio se habían mantenido fuera de las esferas públicas en manifestar su oposición a éste.
Pero con el texto Mater Veritatis Salutaris estos opositores papales salieron a luz con nombres y apellido.
El documento está fechado el 22 de octubre del 2021 y consta de 22 páginas. En él, los firmantes explican las posturas doctrinales en las que “no podemos obedecer al papa Francisco por ser contrarias a la verdad salvífica de Cristo”. Esas posturas son: los divorciados vueltos a casar, parejas de homosexuales y no hincarse sistemáticamente frente a la Eucaristía.
Al hacerse público el documento, la jerarquía católica echó a andar su maquinaria administrativa para retirar y llamar la atención a los sacerdotes que firmaron la carta, a fin de evitar el escándalo y debilitar el incipiente movimiento.
En el documento, en el caso de los laicos, firman de manera individual, no a nombre de las organizaciones a las que pertenecen, que son en su mayoría provida. Son originarios de los estados donde predomina el conservadurismo católico Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, estado de México y Ciudad de México, y en su mayoría son mujeres.
Mater Veritatis Salutaris plantea tres temas sobre los que argumentan, desde su visión, por qué está contra el papa.
El primer tema es el de los divorciados vueltos a casar “no pueden acceder a la Eucaristía, lo contrario implica una postura herética directamente opuesta a la doctrina de Cristo y de la Iglesia”. Éstos, añaden, aún mantienen su vínculo matrimonial, pese a tener otra relación conyugal con una persona que “no tienen el vínculo sacramental canónico”, el cual es indisoluble.
Por eso consideran errónea la forma en que el papa Francisco trata el caso de los divorciados vueltos a casar en su Exhortación Apostólica Post-Sinodal “Amoris Laetitia” en su capítulo VIII. Su posición, apuntan, “es contraria a la enseñanza de Cristo en el Evangelio, a la doctrina bimilenaria de la Iglesia”.
Ejemplifican con un texto de los obispos de la región pastoral de Buenos Aires al reflexionar sobre este punto:
“En otras circunstancias más complejas, y cuando no se pudo obtener una declaración de nulidad, la opción mencionada puede no ser de hecho factible. No obstante, igualmente es posible un camino de discernimiento.
“Si se llega a reconocer que, en un caso concreto, hay limitaciones que atenúan la responsabilidad y la culpabilidad (cf. [AL] 301-302), particularmente cuando una persona considere que caería en una ulterior falta dañando a los hijos de la nueva unión, Amoris Laetitia abre la posibilidad del acceso a los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía (cf. [AL] notas 336 y 351)”.
Y desmenuzan: “‘…cuando no se pudo obtener una declaración de nulidad…’, esta frase aludida sale un tanto sobrando y abona a la confusión, pues aun y cuando el matrimonio resultase ser nulo, las personas de la nueva unión no han contraído matrimonio canónico-sacramental, por lo que en principio si cohabitan conyugalmente (“more uxorio”) están si no en adulterio, por lo menos en ‘unión libre’ o en ‘amasiato’. Por lo mismo cometen el pecado de la fornicación, y por lo tanto si comulgan cometen sacrilegio”.
Concluyen: “no puede haber ninguna excepción en la que una persona que tiene ya un vínculo válido sacramental matrimonial con otra, pueda lícitamente vivir conyugalmente (“more uxorio”) con otra que no es su esposa canónicamente hablando. El que afirme lo contrario queda fuera de la comunión de fe y salvación de la Iglesia”.
›El segundo tema que exponen, son las uniones homosexuales. “La Iglesia no puede de ningún modo promover” como camino de salvación, advierten.
Aclaran que sus observaciones no se realizan a nivel de debate civil externo sobre las uniones entre personas del mismo sexo, sino como un diálogo interno con personas de la misma fe. Por eso “desde la fe católica el hermano o hermana que experimentan tendencias homosexuales no se les debe despreciar”.
Pero “desde la fe, el ser humano no nace homosexual, sino en la disyuntiva biológica de ser mujer o de ser hombre. La tendencia homosexual se puede generar en un proceso no adecuado de introyección de la propia identidad psico-sexual, dado que el ser humano al ser imagen de Dios es racional y libre, es el único ser en la creación material que debe asumir conscientemente la sexualidad determinada en su corporeidad”.
Sin embargo, indican que el papa Francisco en algunas declaraciones se ha pronunciado sobre la cuestión de las uniones homosexuales, alentando la aprobación de leyes de unión civil para parejas homosexuales.
Con esos señalamientos consideran entra en contradicción, “una unión homosexual no se puede llamar matrimonio por la Iglesia, pues en la Iglesia el matrimonio es entre hombre y mujer”. Esto último es correcto, argumentan, “pero luego entra en contradicción al decir que si ellos quieren llevar una vida de pareja homosexual juntos los Estados les den a ellos, no como individuos, sino como pareja, les den seguridad social y todos los beneficios que la ley les pueda dar; se deja así a la libre opción el formar una pareja homosexual, aquellos que así lo deseen (y en ningún lado dice que vayan a vivir en continencia)”.
En total apoyo a este modo de actuar, se solicita en favor de ellos atenciones especiales por parte de los Estados. En estas afirmaciones del papa, indican, tampoco “se distingue si está hablando como Pastor para aquellos que sintiéndose homosexuales quieran formar esa pareja civil y sean fieles católicos”.
“Así pues, no es verdad y que nadie nos engañe que alguien se puede salvar consintiendo conscientemente en realizar actos homosexuales, menos si son de forma habitual como una convivencia permanente”, sostiene el documento.
En las palabras del papa dicen “encontramos que tácitamente declara lícita una unión homosexual habitual, lo cual supone una institucionalización de una situación contraria a Dios, y que supone la realización de actos homosexuales conscientemente consentidos y queridos, los cuales han sido declarados por la Iglesia como ‘intrínsecamente malos’”.
“Así, en esta materia, tampoco podemos obedecer al papa Francisco y estar en comunión con él, el camino de los actos homosexuales conscientemente consentidos no es un camino de salvación”, sostienen en el documento.
Pese a esa postura, los sacerdotes firmantes aseguran no ser homofóbicos, algunos de ellos señalan han realizado su labor pastoral con homosexuales a quienes se les aconseja ser célibes para lograr la salvación.
El tercer tema que le cuestionan a Francisco es el no hincarse sistemáticamente ante Cristo Eucaristía, lo cual consideran es una herejía de facto, porque físicamente no está impedido.
Así, el documento es tajante, “en relación a la actitud ante la Sagrada Eucaristía declaramos que no podemos obedecer al papa Francisco ni tener comunión con él, ni seguirlo en el ejemplo.
“Decimos que es una herejía ‘de facto’, pues además de que, al no hincarse ante la Eucaristía no sigue lo preceptuado por la Iglesia ni la praxis de la universalidad de los fieles, testimoniada por todos los siglos de existencia de la Iglesia y del cristianismo, contradice la doctrina católica”, concluye.
En el texto reconocen que su adhesión al papa debe ser absoluta sólo “cuando nuestra conciencia nos atestigua que está actuando como auténtico servidor de Cristo.
Nuestra conciencia nos lleva a decir de forma espontánea ‘con el Papa’, pero de este noble sentimiento se ha abusado interpretándolo como una aprobación absoluta y ciega de todo lo que diga el Papa, y no es así, pues por las actuales circunstancias vemos que no podemos obedecer en todo al papa Francisco, por ello dicha comunión con el Papa Francisco es parcial, y desgraciadamente tendiente a decrecer”.
“No se trata de, en las materias señaladas, no obedecer al papa Francisco sin más, sino de estar imposibilitados, de no poder estar en comunión ni obediencia con él cuando entre él y el Magisterio bimilenario de la Iglesia hay divergencias esenciales, como en las materias indicadas”, advierten los miembros de la Iglesia rebeldes a El Vaticano.
Explican que esas posturas “han causado conflictos de conciencia en muchos fieles laicos y en no pocos sacerdotes. Si digo que no estoy con el papa excluyo del todo un aspecto importante que es la comunión con el Ministerio Petrino, y si digo que sí estoy en plena comunión, entonces ¿cómo decir estoy en comunión plena con algo que contiene algo que es herético?”.
Non grato. Desde hace seis años, el papa Francisco libra una batalla ante cuestionamientos de los sectores más conservadores de la Iglesia católica.
Reacción radical
El texto Mater Veritatis Salutaris alarmó de inmediato a la Iglesia mexicana, principalmente al cardenal Carlos Aguiar Retes de la Arquidiócesis de México, a quien se le conoce ser amigo del pontífice.
Por eso ordenó retirar de inmediato al canónigo Juan de Dios Olvera de la Basílica de Guadalupe e iniciar un proceso eclesiástico en su contra, y de otro clérigo Pedro Baltazar Vallejo Robledo pertenecientes a su territorio eclesial.
El Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de México está a cargo del proceso. Para iniciarlo con las entrevistas a los investigados, se designó al obispo auxiliar Salvador González.
En entrevista con ejecentral, el obispo auxiliar explicó que dialogó con Olvera Delgadillo después de haber leído el documento que éste envió al cardenal Carlos Aguiar y a la curia.
“Cuando él nos dice que efectivamente confirmaba estar de acuerdo con esta declaración, él era bastante consciente de lo que implicaba esto en la Iglesia”, detalló.
A partir de ahí se inició el proceso, este implicó dictar medidas cautelares porque es un “proceso delicado”, que consisten en no ejercer el ministerio de manera pública, ni celebrar los sacramentos de manera pública, sólo privadas.
Después de la entrevista con Olvera Delgadillo, informó el obispo auxiliar se mantuvo en comunicación con él vía correo electrónico. Pero en los últimos dos meses ya no hay contacto.
Pese a no estar concluido el proceso y sólo estar suspendido Olvera Delgadillo ya no aparece en el directorio de la Basílica.
Para monseñor Salvador González, las afirmaciones de ese grupo no están sustentadas “porque el Santo Padre no ha hecho ninguna declaración magisterial y todas las notas están tomadas de notas periodísticas”.
“Si un sacerdote dice que no está en comunión con el papa pues esta fuera”, expuso tajante. A los sacerdotes y a los laicos que firmaron el texto, añadió, “no los excomulgamos, ellos se han excomulgado, ellos están fuera de la comunión, porque dicen no estoy en comunión con el papa entonces estas fuera de la familia, tú te sales de la familia. Nosotros no los sacamos, ellos lo están diciendo no estoy en comunión, es decir no estoy en unión contigo”.
“Una cosa muy diferente es en este punto como que yo disiento, no estoy de acuerdo, me es difícil entender porque el Papa dice esto, son palabras muy diferentes a decir no estoy en comunión”, explicó Olvera Delgadillo en la entrevista.
Procesos irregulares
El sacerdote Pedro Baltazar Vallejo, en entrevista con EjeCentral denunció que su proceso ha sido irregular, porque no se le ha permitido dialogar con el obispo auxiliar González.
En un primer citatorio, en noviembre del año pasado, detalló, “no me presenté por estar enfermo”, dijo que les informó de su estado salud, pero aún sin escucharlo le enviaron la primera amonestación, donde se le informó que no puede oficiar misas públicas, sólo privadas”.
Después vino la segunda amonestación, el 31 de diciembre del 2021, recordó, la cual no le fue entregada por el obispo Salvador González. Citaron primero al padre Juan de Dios y después al padre Pedro.
Al iniciar el proceso eclesiástico, acusó, no sólo les impidieron oficiar misas públicas, sino también les suspendieron sus apoyos económicos, pese a no tener la sentencia.
El sacerdote Pedro Baltazar explicó “ellos nos dicen que no nos van a juzgar por lo que decimos de la doctrina, sino nos están juzgando porque estamos causando escándalo”.
Para el sacerdote de 66 años con esa acusación la Arquidiócesis “se está yendo por la tangente… el hecho es muy subjetivo, si estoy causando escándalo dime en dónde estoy causando el escándalo”.
Desde la primera amonestación, agregó, “les contestamos que no era correcto lo que dicen, porque éste es un aspecto teológico más que canónico. Los puntos que estamos tocando son teológicos doctrinales para un juicio, en este caso lo consultamos con varios canonistas y tendrían que entrar los teólogos y especialistas en dogmas, no nada más los canonistas”.
En la segunda amonestación, continuó su relato, “nos dicen si tienen razón es teológico, pero ya les estamos diciendo que es porque están causando escándalo. Y nos dan la razón, no nos están juzgando por lo teológico”.
Para juzgarlos por escándalo, aseveró, “tienen que demostrarlo y aparte que quiere decir un escándalo que estoy incitando a otros a pecar y llevarlos por un mal camino, eso es el escándalo”.
Los sacerdotes firmantes, aseveró, están en paz y sólo piden se les haga justicia, porque el sacar el documento fue por el “bien de la gente, aunque nos cueste el ministerio”.
A dos sacerdotes también firmantes, Joel Domínguez de la Arquidiócesis de Toluca y Honorio Santana García de la Arquidiócesis de Tlalnepantla los expulsaron sus arzobispos sin procesos eclesiásticos.
Ellos hablaron con sus arzobispos y expusieron sus preocupaciones por las declaraciones y actitudes del papa, la respuesta fue un cese inmediato, les solicitaron que entregaran sus parroquias y que se fueran.
Este actuar, consideró el padre Pedro Baltazar, es “un proceso ilícito, inválido e injusto, que viola los derechos de las personas y de nosotros, porque si se supone que yo expongo esto al obispo a lo mejor no está de acuerdo, pero me puede decir te voy a meter a un proceso de investigación y luego te suspendo pero no, luego, luego les quitaron las parroquias”.
En entrevistas en canales de YouTube, Juan de Dios Olvera afirmó que el documento no se elaboró a la ligera, se llegó a un límite “no se puede traspasar cuando se afecta la fe, ya no podemos tener más comunión la fe es el límite, eso es innegociable”.
El derecho canónico, explicó entonces, “no está en absoluto diseñado y pensado para una situación inédita como esta, en ningún canon vamos a encontrar el caso de que el papa diga algo en contrario a la doctrina se hace esto”.
Al manifestar sus posturas, reconoció que “las consecuencias para nosotros son contundentes, es perder absolutamente todo apoyo económico por parte de la glesia y representatividad”.
“Un poco boletinados con una imagen negativa, quienes no nos conocen se imagina que somos personas muy rebeldes, muy groseros muy antiglesia, perdemos el prestigió adquirido en 40 años, perdemos el futuro, no tenemos ninguna posibilidad en el futuro digamos que lo perdemos todo”, denunció.
Y añadió: “Se nos va a tachar de cismáticos. No es un cisma ni tampoco pretendemos decir vamos hacer una nueva iglesia, ni vamos a estructurar una nueva jerarquía, no estamos diciendo nada de eso, estamos diciendo vamos a ser fieles al evangelio de Jesús, yo no puedo renegar de la fe de la Iglesia”.
Para el aún canónico de la Basílica de Guadalupe “la iglesia no puede ser un club donde mantenemos una membresía, sino hay comunión interna en la fe estamos perdidos, si creemos cosas distintas aunque por fuera estemos unidos eso no es comunión”.
En esos mismos canales digitales el sacerdote Honorio Santana apuntó que no plantean “acusar a nadie, ni buscar pleito y discusiones, sólo dar testimonio de mantenernos fieles a la iglesia que es parte esencial de nuestra vida”.
Al elaborar el texto y firmarlo, reconoció que los clérigos “sopesamos las consecuencias, de hecho yo ya las estoy sufriendo”.
Para evitar que los sacerdotes sean sancionados, el obispo auxiliar Salvador González planteó que se deben retractar de lo mencionado en el texto. Pero no es la única petición también lo deben hacer de manera pública y en las mismas plataformas digitales en donde difundieron las entrevistas.
Hasta el momento, los seis sacerdotes se mantienen firmes en sus opiniones. Y analizan la posibilidad de presentar su caso ante la Santa Sede. Aunque la Arquidiócesis de México no quiere que este caso se conozca en Roma.
“Así, en esta materia, tampoco podemos obedecer al Papa Francisco y estar en comunión con él, el camino de los actos homosexuales conscientemente consentidos no es un camino de salvación”: documento Virgen de Guadalupe Mater Veritatis Salutaris (Madre de la Verdad de Salvación).
Algunos laicos arrepentidos
El caso de los laicos que firmaron el documento contra el papa Francisco, explicó el obispo auxiliar Salvador González, es diferente al de los sacerdotes, porque a ellos no se les sigue un proceso eclesiástico como a los sacerdotes.
Pero si persisten en mantener esa posición de no estar en comunión con el papa, entonces ellos están fuera de la iglesia católica y excomulgados.
Del primer grupo con más de 100 laicos que firmaron el documento, hasta el momento sólo dos mujeres han negado su participación en éste. Una de ellas, Nieves Santisteban, activista provida, comentó el obispo González que escribió una carta disculpándose y la envió a las oficinas de la Arquidiócesis de México.
Santisteban pidió perdón y aseguró desconocer el contenido del texto, explicó que “simplemente le dijeron que era un documento importante fundamental a la vida de la Iglesia y lo firmó”.
Y “pues le damos el privilegio de la duda… de hecho en versiones posteriores ya no aparece su nombre”.
Al respecto, el sacerdote Pedro Baltazar Vallejo aseguró que Nieves Santisteban sí conocía el contenido del documento al firmarlo, sólo que “vio afectados sus intereses económicos y se arrepintió”.
La otra laica sólo envió un mensaje por WhatsApp al obispo auxiliar, en el que se disculpó.
¿Sabías que? Magisterio bimilenario es el ministerio de la iglesia que tiene dos siglos. Y el Ministerio Petrino es la fidelidad que le deben tener al Papa, porque es el sucesor de Pedro.
Los intentos de controlarlos
Para el especialista en religiones, Roberto Blancarte, es la primera vez en México que públicamente se difunde un documento en contra de las posturas del papa Francisco.
Es un grupo de extrema derecha que reclama la libertad para estar en contra de lo que dice el papa en una situación muy ambigua, “porque obviamente no estar de acuerdo con el papa no significa salirte de la iglesia, pero sí salirse de una cierta comunión que se supone que los católicos deben tener con él”.
A lo largo de la historia, recordó, muchos católicos no han estado de acuerdo con el papa, pero “en este caso lo que más me llama la atención es el extremo conservadurismo y las posturas radicalmente fuera de tiempo que tienen todavía algunos grupos”.
Este grupo es un reflejo del proceso de secularización, porque muestra que la gente comienza a tener posturas más autónomas respecto de la propia institución y estos grupos conservadores no escapan a esto, tienen un discernimiento de individualización de las creencias.
Ante ésta oposición, consideró Blancarte, la Santa Sede tiene que maniobrar con mucho cuidado manejando todas las posibles disidencias y disidentes. De antemano, añadió, se sabe que no hay forma de obligar a las personas a creer de alguna manera, la iglesia mantiene su doctrina y sus normas apegadas a la doctrina.
“Lo más que puede hacer es sacar a alguien de la comunidad y decirle ‘tú ya no eres católico’, pero eso lo hace muy rara vez, casi siempre son los que se salen, los que dicen ‘yo ya nos soy católico’”, comentó el especialista.
Pero la Iglesia casi siempre ha maniobrado durante siglos con múltiples formas de disidencia y siempre tratando de controlarla.
A pesar de las distintas formas de disidencia de comprender el dogma, la doctrina, de interpretarlas o de vivirlas, la Iglesia juega con eso, porque si se pone muy estricta se empiezan a salir todo el mundo, entonces no expulsa a nadie.
Porque es más visible el manejo de las expulsiones que de las disidencias, mientras la gente se asuma como parte de la iglesia “ahí están sigue dialogando y sigue peleándose pero ahí están”, consideró Blancarte.