La Portada | Un centenar de diplomáticos a la deriva
Las pérdidas aún no son cuantificables para más de un centenar de representantes de México en diferentes partes del mundo, quienes a causa del incumplimiento de contrato de la empresa Salcasa Servicios Internacionales, no han recibido sus bienes de vivienda y personales, tras cambiar de adscripciones
En el verano pasado Vladimir Vázquez Hernández recibió la noticia que tanto anhelaba: la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) le notificó su cambio de la Embajada de México en Corea del Sur a la de Honduras.
No pensó que ese aviso que, al principio le provocó felicidad, se convertiría en una angustiante pesadilla.
Luego de su inclusión al Programa de Rotación 2021, el Jefe de Cancillería de la Embajada de México en Honduras, quien pertenece al Servicio Exterior Mexicano (SEM) desde hace 17 años, tenía el tiempo encima para el cambio de domicilio de un continente a otro.
Así que en agosto pasado, tomó la maleta y empacó su ropa que lo protegía de los vientos que arrastra el crudo invierno de menos 20 grados Centígrados en Seúl, luego en otra caja de cartón empacó sus enseres de cocina y así fue acomodando todos sus bienes. Todo ya perfectamente embalado lo entregó a la empresa coreana subcontratada por Sanlcasa Servicios Internacionales. Se trataba de todos los artículos que conformaban su hogar: su cama, comedor, sillón y sumó algunos documentos personales, para que los enviara a su nuevo domicilio en Tegucigalpa.
Mientras tanto, el diplomático arribó a su destino con dos maletas de ropa que le permitía documentar su vuelo. Pero su menaje de casa no llegó. Diez meses después, el departamento que arrendó luce vacío, sólo con el colchón inflable, las sábanas y las sillas que adquirió de forma provisional, aunque ya después de tanto tiempo se han convertido en los artículos habituales.
El incumplimiento de la proveedora le ha generado gastos adicionales. “He comprado ropa, zapatos. Comprar utensilios de cocina que ya tenía, aparatos electrónicos para equipar una cocina nuevamente, sino, no se puede vivir. Sí es una afectación”, expuso a ejecentral en entrevista telefónica.
“Tener dispositivos electrónicos y de ropa por tiempo indefinido en condiciones como las de Seúl, con un invierno crudo de menos 20 grados que llega la ciudad y con veranos muy cálidos de 40 grados centígrados, pues sí provoca afectaciones en el almacenaje de la ropa, crecen hongos, el papel se echa a perder. Los objetos electrónicos requieren ciertos cuidados para mantenerse en condiciones óptimas. Me preocupa mucho en las condiciones en las que se encuentra. Además, sé que mi menaje no está en un contenedor, está en una bodega y perfectamente se pueden perder cajas, eso me preocupa mucho”, detalló Vladimir Vázquez.
La SRE y Sancalsa Servicios Internacionales no le han notificado la situación de sus pertenencias. Lo último que supo fue a través de la corporación coreana que le informó que sus enseres estaban embodegados en Corea del Sur y no se enviarían hasta que el adeudo fuera liquidado.
“Salcasa no ha cubierto el costo total de la deuda que tienen con ella y ese es el motivo por el que no colocan mi menaje en un barco”, dijo el diplomático, quien desconoce a cuánto asciende el pasivo.
Pero Vázquez Hernández es uno de los aproximadamente 100 diplomáticos mexicanos afectados por el incumplimiento de Sancalsa Servicios Internacionales, contratada por la SRE para el traslado de los objetos de los servidores públicos.
De la información recabada por este periódico, al menos 28 de esos servidores públicos afectados viven con niños, adultos mayores y personas con capacidades diferentes.
“Hay situaciones de crisis familiar, conyugales, baja en el rendimiento de los hijos, separaciones familiares, hay compañeros que tienen bajo su cuidado a personas adultas mayores, personas con discapacidad. La sensación de angustia de cuándo se recibirá el menaje se traduce en estas cosas”, expresó el Jefe de Cancillería.
Consulta los contratos de la SRE:
Desdén en SRE
Tras la acumulación de quejas por los bienes de casa perdidos, el 22 de febrero pasado se creó la Mesa de Atención de Menajes, que propició el envío de una carta al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, en la que se le expuso:
“Hemos sido gravemente afectados por las omisiones de pago e irresponsabilidad de la empresa Sancalsa”. La denuncia no tuvo respuesta. Más tarde, el 2 de marzo, se envió otro comunicado al Canciller, debido a que persistían “los retrasos y las comunicaciones eran ambiguas” y, al mismo tiempo, se inició la campaña #Ymimenaje en redes sociales. Nuevamente los afectados fueron ignorados.
La situación empeoró en los últimos dos meses. En marzo, el 27% de los perjudicados expresaron que les era “extremadamente urgente” recibir sus pertenencias. Dos meses después, en mayo, el problema se acrecentó, pues el 46.6% estaba en la misma situación de imperiosa urgencia, de acuerdo con una encuesta difundida por los propios damnificados.
La desinformación por parte de la empresa y el gobierno mexicano es otro problema. El 84.7% no ha recibido un diagnóstico preciso de la situación de sus enseres; el 67.2% reportó que sus casos no han avanzado tras la instalación de la mesa de trabajo; el otro 10% restante evidenció que la entrega continúa demorada por falta de pago de Sancalsa a la compañía subcontratada.
Además de no tener sus bienes en casa, los funcionarios también son acosados por las firmas de cobranza. El 65.5% reciben mensajes de cobro por parte de las subcontratadas.
Y lo que aún es peor, la cuarta parte de los afectados ha recibido mensajes de advertencia de que sus pertenencias fueron abandonadas; y el 64.5% no cuenta con póliza de seguro, mientras que el 25.4% desconoce si sus bienes están asegurados.
A este escenario desolador, se anexa la incertidumbre, pues “hay pocas fechas pactadas de entrega”. El 68.8% considera que no cuenta con fecha de entrega y el 27.1% le dieron fecha, pero considera que no le entregarán.
Hay cuatro grupos de personas afectadas, describió Vázquez Hernández: quienes recibieron sus objetos, pero algunos artículos recibidos están rotos o dañados; sin embargo, ni Sancalsa ni SRE responden por las pérdidas; el otro, en el que los bienes permanecen embodegados en el país de origen, pero las subcontratadas se niegan a liberar hasta que la deuda sea liquidada.
Para otros, sus artículos se encuentran en tránsito o en la aduana del país destino que, ante la falta de documentación, corren el riesgo de subastarse. Y, el cuarto grupo, corresponde a las pertenencias resguardadas por la compañía subcontratada en el país destino, pero que tampoco entregan debido al endeudamiento de Sancalsa.
El incumplimiento de Sancalsa Servicios Internacionales provocó que los diplomáticos desembolsaran adicionalmente, por ahora, más de 3 millones 776 mil pesos en la adquisición de muebles para sobrellevar la cotidianidad.
“Para nosotros, nuestra casa es nuestro pedacito de México, es nuestro refugio, es nuestro lugar en el mundo, es nuestro nexo de comunicación con nuestra patria, de nuestros recuerdos familiares, de nuestros papeles, porque ahí se habla español, porque ahí se come comida mexicana. Es nuestro refugio, nos sentimos despojados, nos sentimos varados porque no concluye el proceso de llegar”, expresó el diplomático.
El contrato más jugoso de Sancalsa
Tan sólo un año después de su contratación, el cuerpo diplomático adherido al SEM comenzó a quejarse del mal servicio prestado por Salcasa Servicios Exteriores, cuya directora y socia es Ana Alicia Flores.
La historia del convenio entre la empresa y la cancillería muestra dos elementos interesantes, el primero que recibió cerca de 200 millones de pesos, de acuerdo a los documentos en poder de ejecentral, y que esta vez ha sido la primera en que una sola empresa se hizo cargo del menaje de toda la dependencia. El problema es que Salcasa no tenía la capacidad financiera y operativa para cumplir con el convenio, algo que desde las oficinas administrativas de Relaciones Exteriores debieron saber desde el principio.
Esta es la historia, el 2 de junio de 2020, la SRE suscribió un contrato multianual para pactar el servicio de traslado de menaje de casa de los integrantes del SEM, correspondiente al periodo de 2020 a 2022, por un monto total de hasta 181 millones 34 mil pesos.
Para el arranque de las actividades en 2020, le autorizaron a la compañía hasta 8 millones 620 mil pesos; y para los dos años siguientes alcanzó hasta los 172 millones 413 mil pesos más el Impuesto al Valor Agregado, según el contrato SRE/DRM/LP-033/2020.
El documento fue suscrito por Juan Carlos Mercado Sánchez, director General de Bienes Inmuebles y Recursos Materiales; y Tomás Zaragoza Rodríguez, director General de Programación, Organización y Presupuesto; y Luis Gutiérrez Aguilar, apoderado legal de la empresa.
Un exministro del SEM, que en algún momento estuvo adscrito a la Embajada de México en Noruega y que pidió no mencionar su nombre, es otro de los afectados. En entrevista, refirió que ésta es la primera ocasión en que la Secretaría contrata a un sólo proveedor para hacerse cargo de la totalidad de los artículos de casa.
Antes, detalló, los agentes enviaban una cotización hecha con tres proveedores, de las cuales se elegía a una para la prestación del servicio de traslado de bienes, las cuales tardaban de tres a cuatro meses en realizar el trámite.
El exrepresentante diplomático, quien perdió sus pertenencias en su último cargo tras regresar a México para realizar su trámite de prejubilación, explicó que Sancalsa Servicios Internacionales ha incumplido en el contrato debido a que subcontrató a otros negocios para el envío de los enseres desde el país de origen al de destino; sin embargo, no tuvo la capacidad financiera para hacer frente a los pagos que solicitaban las proveedoras.
“Sancalsa tiene deudas con las empresas que subcontrató y si ese menaje se quedó en algún almacén, pues eso cuesta. Lo que sospechamos es que Sancalsa tiene muchas deudas con contratistas que subcontrató en varias partes del mundo”, dijo.
Y añadió el diplomático: “No tenía los suficientes fondos para enfrentar esas deudas o para evitar que crecieran los adeudos. Nos hemos enterado por los intercambios de comunicación que las propias Embajadas de México ya han recibido comunicaciones de las empresas acreedoras, almacenes o las que empacaron, para decir la empresa Sancalsa no me ha pagado, recurro a usted para ver si ya nos pagan”.
“Ya sabíamos que la empresa estaba en una crisis, pero lo que nos angustia más, es saber que realmente no se nos da información cierta de cómo van hacer para corregir esta situación”, complementó Vázquez Hernández.
El contrato firmado de Sancalsa con la cancillería en la gestión de Ebrard Casaubón, es el más jugoso que ha concretado la compañía con el gobierno federal durante la última década. Equivale al 50% del monto de todos sus contratos suscritos.
¿Error o protección?
Sancalsa ha sido proveedora de las últimas tres administraciones del gobierno federal. Desde los expresidentes Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, hasta Andrés Manuel López Obrador.
De 2004 a 2021, ha obtenido 47 contratos que suman 365 millones 578 mil pesos provenientes de la SRE, la Secretaría de Economía, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo, ProMéxico y el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, de acuerdo con la plataforma QuiénEsQuién.Wiki.
Después de 24 años de su fundación por la empresaria Alicia Santa María, el 29 de agosto de 1980, en el Estado de México, Sancalsa recibió su primer contrato con el gobierno federal por el Consejo de Promoción Turística de México por 99 mil pesos; sin embargo, fue hasta 2011 cuando realmente empezó a ser proveedora habitual de las dependencias federales.
Y fue a inicios de este año cuando se hicieron públicas las quejas contra la proveedora. Los funcionarios del cuerpo diplomático han acusado a la SRE de brindar protección a Sancalsa, pese a los agravios cometidos.
“Sancalsa es una empresa patito e ineficiente y la SRE la defiende”, acusó un funcionario federal durante la campaña #Ymimenaje en un video de YouTube publicado hace unas semanas, en mayo.
“¿A qué se debe tanto encubrimiento a Sancalsa que ha incumplido completamente los términos del contrato y nos ha afectado tanto física, moralmente y económicamente?”, cuestionó otra afectada.
“Complicidad, insensibilidad y violación de derechos. Eso es lo que caracteriza a esta situación inédita en el Servicio Exterior Mexicano”, expuso la misma servidora pública damnificada.
Pese los señalamientos, la directora Ana Alicia Flores y sus socios Alicia Santa María, Juan Santa María Armería, Raúl Guido Garay, Beatriz Morineau de Avendaño y Adriana Santa María Calderón, de acuerdo con el documento de la Junta de Aclaraciones, no han resuelto las quejas interpuestas por los damnificados a través de forma directa o en redes sociales.
Aún así, presume las buenas reseñas realizadas por algunos otros diplomáticos en su página web.
“Les aviso que hoy recibí sin contratamientos mi menaje. Muchas gracias. Muy buen servicio de México hasta Roma. Por favor, transmítanle mi agradecimiento a todos los que me ayudaron, empacadores hasta todos ustedes. Embajador Juan José Guerra Abud”, publicó en el sitio web.
Los damnificados consideran que dentro de un procedimiento legal, la Secretaría tendría que rescindirle el contrato a Sancalsa Servicios Internacionales. El punto central es cómo se pagarán los adeudos de esa compañía, y recuperarán los bienes de los funcionarios.
Viviendas vacías
Aquí no hay un sillón para descansar, o un comedor para tomarse el desayuno, o una mesa en la que trabajar. La habitación de paredes amarillas y azules luce vacía. Sólo cuelga un espejo de madera en tono café y a la mitad del lúgubre espacio está un patín rosa y dos globos. Este es el hogar de una agente diplomática enviada al extranjero a trabajar y su pequeña hija expone la situación: “nuestra casa está vacía desde hace meses”.
“Ahora en mi último menaje por jubilación, lleva nueve meses en origen ante una total indiferencia por los responsables en la Cancillería”, relata.
En el video publicado como parte de la campaña #Ymimenaje, los afectados muestran sus viviendas rentadas sin muebles, “estamos cansados de dormir en el suelo y padecer dolores de espalda”, dice otra de las afectadas.
“Es difícil sentarse a negociar en nombre de México o ejercer la protección consular sabiendo que la Cancillería deja así a la deriva a sus agentes diplomáticos”, lamenta alguien más.
Las historias se cuentan por decenas, pero al sumar todas, alcanzan el centenar. Así, la Cancillería sigue sin darles respuesta.