Crónica | “La porra fifí”, el home run contra AMLO

30 de Noviembre de 2024

Crónica | “La porra fifí”, el home run contra AMLO

El presidente mostró su disgusto ante la desaprobación de los presentes. No esperaba el rechazo de la porra beisbolera...

“No voy a hablar mucho”, dijo como en otras ocasiones Andrés Manuel López Obrador, pero esta vez sí cumplió. Abucheos y gritos de “¡fuera!” impidieron escuchar claramente el mensaje del Presidente de México.

La fugaz venta de boletos sólo duró diez minutos. Ante eso y pese a ser ilegal, en cada una de las entradas al reciento decenas de personas ofrecían –ante la mirada omisa de los policías- comprar o vender entradas “que te sobren o te hagan falta”. Todo con tal de que nadie se quedara sin ver el sueño hecho realidad del dueño de Los Diablos Rojos; aunque el costo alcanzaba hasta los 20 mil pesos en esta modalidad.

De la entrada principal, la festividad se hizo presente. Al menos 10 botargas de diablos recibieron a los 20 mil 813 espectadores que puede albergar la construcción diseñada por el arquitecto JAHN & ADG.

Aunque el enfrentamiento entre Los Padres de San Diego y Los Diablos Rojos de México, y la inauguración de la construcción de 50 mil metros cuadrados era lo más esperado, entre los presentes también se ansiaba la llegada del que públicamente se ha declarado el mayor fan del beisbol, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Al pisar el terreno de juego los abucheos comenzaron. AMLO iba acompañado de Ana Gabriela Guevara, titular de la Comisión Nacional del Deporte; de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; de su hijo Jesús; y del motor de este sueño, el empresario Alfredo Harp Helú.

“Bienvenidos al paraíso de Los Diablos Rojos de México”, soltó notoriamente emocionado el dueño del equipo mexicano y de quien toma el nombre el nuevo estadio.

Andrés Manuel, en cambio, mostró notoriamente su disgusto ante la desaprobación de los presentes. No esperaba el rechazo de la porra beisbolera.

Menos de cinco minutos de discurso fueron suficientes. Los gritos de rechazo nunca cesaron. Fue hasta que anunciaron la entonación del Himno Nacional de Estados Unidos, cuando el silencio reinó.

En las dos pantallas de 21 metros se visualizaba las banderas de EU y de México, se entonaron los himnos y casi desapercibido, en un ejercicio de no más de 30 segundos, el tabasqueño lanzó la primera bola de la noche.

Inmediatamente después, invitados y jugadores salieron del campo. La tan esperada inauguración de la construcción de más de 160 millones de dólares no fue lo esperado para el mandatario.

“Les voy a seguir tirando pura pejemoña, les voy a seguir controlando con lisa, con recta de noventa y cinco millas y con curvas. Vamos a seguir ponchando a los de la mafia del poder”, lanzó como último strike.

Desde un palco reservado para él y sus acompañantes, López Obrador disfrutó del primer encuentro de este estadio, la primera inauguración en cerca de cincuenta años y el primer abucheo en casi cuatro meses de gobierno.

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