“O juntos pacificamos al país o separados nos seguimos matando”. Esa es la premisa de Manuel Espino, quien en octubre del año pasado causó polémica al proponer un acuerdo con los grupos criminales para pacificar el país.
“La decisión de ‘abrazos, no balazos’ es una decisión histórica, para bien, como la decisión histórica de Felipe Calderón para mal, de declarar la guerra a la delincuencia organizada”, sostuvo Espino en entrevista con ejecentral.
Y agregó: “Pero esta decisión histórica del presidente López Obrador debe estar seguida de otras decisiones congruentes, y una posible decisión sería abrir la vía del diálogo con los grupos criminales, de tender la mano, bajar las armas y unirse a la paz”.
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De acuerdo con el esquema del expresidente del PAN y actual director general del sistema Conalep, la ruta a seguir es declarar una tregua, suspender los procesos judiciales de manera temporal y establecer una mesa de diálogo para permitir que los grupos criminales inviertan en actividades lícitas.
“Las condiciones del gobierno para entablar ese diálogo deben ser no matar, no más drogas sintéticas, no más secuestros, no infiltraciones al gobierno, no patrocinar campañas electorales, no más comprar a funcionarios, no más obligar a la gente a tomar las armas”, señaló.
A cambio, añadió, los grupos delincuenciales reciben la oportunidad de reinsertarse a la economía “para que juntos construyamos un mejor país”, puntualizó Espino, quien en su momento hizo llegar su propuesta a la Secretaría de Gobernación, aunque no obtuvo respuesta.
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