Los efectos de la pandemia de Covid-19 repercutieron no sólo en la salud de las personas, también en la competitividad de los estados, pues en promedio, todas las entidades empeoraron su crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), al pasar de 1.2% al -2.3 por ciento.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), en su Índice de Competitividad Estatal 2021 (ICE), estableció que únicamente la Ciudad de México tiene un desempeño alto, mientras que, en el otro extremo, seis tienen niveles bajos, entre ellos Guerrero, que se coloca como el estado menos competitivo del país.
En promedio, los habitantes de las entidades más competitivas (CDMX, Nuevo León, Querétaro, Coahuila y Jalisco) tienen ocho años de escolaridad, 52% de los trabajadores tienen acceso a instituciones de salud (promedio de las 32 entidades: 40%) y 8 mil 972 pesos de ingreso mensual promedio (la media del país es de 7 mil 456 pesos).
Mientras que del otro lado del espectro (Tlaxcala, Tabasco, Oaxaca, Chiapas y Guerrero) en los menos competitivos hay dos años menos de escolaridad, la mitad del porcentaje de trabajadores con acceso a instituciones de salud y un ingreso promedio 36% menor para los trabajadores.
El Imco apuntó que los estados con más retroceso fueron Hidalgo, Chihuahua y Quintana Roo, que presentaron deficiencias en lo que respecta a categorías de política, mercado, innovación y medio ambiente.
Además, en el rubro de economía, el instituto detectó que todas las entidades empeoraron en el crecimiento del PIB. Pasó de 1.2% a -2.3% (promedio de la tasa de crecimiento real de los últimos tres años), mientras que en desigualdad salarial todas las entidades empeoraron.
Cayó del 2 al 2.7 (cociente entre personas que ganan hasta dos salarios mínimos y personas que ganan más de dos salarios mínimos).
Por ello, el Imco propuso aprovechar las facultades de las entidades para desarrollar programas de nivelación académica y de reincorporación de alumnos que complementen la política federal ante los efectos de la pandemia de Covid-19.