Según datos oficiales, en las últimas décadas, las tasas de cesáreas que se realizan en México se duplicaron, desde el 23% de los nacimientos que había en la década de 1990 al 46% en 2016, lo que está muy por encima de la tasa recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de entre 10 y 15 por ciento.
Al mismo tiempo, al menos 72% de la población adulta del país tiene sobrepeso o padece obesidad, y una investigación publicada recientemente revela que estos no son datos aislados, sino que en México la obesidad es el principal motivo por el que se hacen más cesáreas.
El caso mexicano
La obesidad se encuentra en el origen de una multitud de problemas de salud, algunos de ellos, como la diabetes tipo 2 o hipertensión y otros problemas cardiovasculares, tienen una relación directa y evidente con la ingesta de alimentos altos en calorías y con la masa corporal.
Por otro lado, la obesidad está detrás de otros padecimientos que aparentemente no tienen relación directa con la masa corporal, como aumentar el riesgo de padecer distintos tipos de cáncer e infecciones. Pero la obesidad también ocasiona fenómenos que, sin ser problemas como tales, sí están relacionados con el cuidado de la salud.
En México, concretamente, un estudio publicado en The World Bank Economic Review en septiembre del año pasado, encontró que el aumento de las tasas de obesidad en las localidades se relaciona con una mayor necesidad de recurrir a las cesáreas en lugar de tener un parto vaginal.
La investigación, llevada a cabo por Catalina Herrera-Almanza, Fernanda Márquez-Padilla y Silvia Prina, correlaciona datos de pacientes de 226 hospitales públicos en todo México entre 2008 y 2015 con registros de nacimientos que contienen información sobre el tipo de parto, los resultados del nacimiento y características maternas. En entrevista con ejecentral, las autoras del estudio comentan que el caso mexicano es peculiar, pues la relación entre obesidad y partos no ocurre de la misma manera en otros países de Latinoamérica, como Brasil o Colombia, donde hay altas tasas de cesáreas, pero éstas no tienen relación directa con la obesidad, que es menos prevalente allá.
Obesidad, embarazo, parto y otros factores
Fernanda Márquez-Padilla, investigadora del Centro de Estudios Económicos de El Colegio de México, explica que el sobrepeso y obesidad se ha relacionado con “una serie de resultados adversos durante el embarazo, y en particular el nacimiento”.
El riesgo más obvio es que las mujeres con mayor índice de masa corporal tienden a tener bebés más grandes que pueden tener dificultades para salir por el canal vaginal. Otra es que “es más probable que tengan otro tipo de complicaciones como diabetes gestacional o mayor probabilidad de desarrollar preeclampsia”. Por estas razones, en ciertos casos la cesárea tiene que practicarse de emergencia, comenta Márquez.
Aún así, agrega, “no me atrevería a decir que (el aumento de las tasas de obesidad) es toda la explicación” del aumento de cesáreas, sino que hay otros factores, como “la expansión de servicios de salud en el país”, pues durante el tiempo que analizaron los casos, más hospitales fueron adquiriendo la capacidad de hacer cesáreas.
Catalina Herrera-Almanza, investigadora de la
Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, agrega que en los hospitales privados en México hay una tasa de cesáreas muy alta, que puede obedecer a otras razones; por ello el estudio fue realizado en el sector público.
En el sector público, explican las investigadoras, no existen los incentivos que pueden tener los médicos privados para recomendar que se hagan las cesáreas, como que les van a pagar más o que van a poder salir más temprano.
Efectos positivos
Las investigadoras consideran que, en sí mismo, no es un problema que aumente el número de cesáreas. “La cesárea es un procedimiento que tiene el potencial de mejorar muchísimo la salud pública, que tiene el potencial de salvar las vidas tanto de madres como hijos… Cuando es usado bajo, digamos, las circunstancias correctas, salvavidas. Es maravilloso”, comenta Márquez.
En el estudio se vio que con las cesáreas hay efectos positivos para la supervivencia de la madre, disminuciones en las lesiones y traumatismos del parto y mejoras en las puntuaciones de Apgar, que indican la salud del bebé al nacer.
También se encontraron mejores resultados para los partos vaginales a medida que aumentaban las cesáreas, y las investigadoras creen que se debe a que los partos vaginales más riesgosos se trasladan al grupo de cesárea. Márquez agrega, “lo que queremos es que no aumenten las cesáreas innecesarias... El consenso es que si (este procedimiento) se usa de más hay una serie de costos en términos monetarios, de eficiencia, de asignación de recursos escasos”, además destaca también “el bienestar de la madre, pues la recuperación y los riesgos de una cirugía son mayores que los de un parto”.
Epílogo
Otra razón para hacer el estudio en México, es la alta calidad de datos que ha logrado tener la Secretaría de salud, comenta Márquez. Siendo una economista que trabaja con datos y especializada en economía de la salud, “pues es un privilegio poder contar con este tipo de datos a este nivel de desagregación”.
Sin embargo, estos datos en este caso y en general, no se usan de una manera óptima, ya que a las mujeres se les asigna la clínica del sector público a la que asistirán, determinada por el lugar donde viven y no porque sea la mejor para atenderla, dadas sus características y su historia clínica.“ Mejorar el algoritmo (de asignación a las clínicas) y que el código postal no sea la única variable de decisión”, sería una manera poco costosa para mejorar los resultados en salud en México, considera la experta.
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