Europa, Asia y América del Norte se encuentran ante una ola de calor extremo y junto con ella violentos incendios que han contribuido en la erosión del planeta.
La ola de calor ha golpeado el sur de Europa durante la temporada alta de turismo de verano, batiendo récords, incluso en Roma, y generando advertencias sobre un mayor riesgo de muertes, de acuerdo con la agencia Reuters.
Italia puso a 23 ciudades en alerta roja, ya que esperaba otro día de temperaturas altas y sin señales de alivio. En el mismo continente, cientos de bomberos españoles luchan contra los incendios en el archipiélago de las Islas Canarias; mientras que en Grecia la situación es grave, pues libra una enorme batalla contra las llamas al oeste de Atenas y en la turística isla de Rodas, según el Ministerio de Crisis Climática y Protección Civil.
Impulsados por vientos erráticos, los incendios han destruido docenas de casas, obligado a huir a cientos de personas y cubierto el área con una densa columna de humo. Las temperaturas podrían subir a 43 °C el jueves, dijeron los meteorólogos.
A pesar de las órdenes de evacuación de las autoridades griegas en algunas localidades situadas entre 50 y 80 kilómetros de Atenas, algunos residentes se negaron a abandonar sus hogares.
El clima extremo también ha alterado la vida de millones de estadounidenses. Una peligrosa ola de calor estaba sujetando un área que se extendía desde el sur de California hasta el sur profundo, trayendo a la ciudad de Phoenix su vigésimo día consecutivo con temperaturas de 110 grados Fahrenheit o más.
En Beijing, que estableció un nuevo récord cuando las temperaturas se mantuvieron por encima de los 35 °C en los últimos 28 días.
Al respecto, el enviado climático estadounidense, John Kerry, expresó su esperanza de que la cooperación para combatir el calentamiento global pueda redefinir los lazos problemáticos entre las dos superpotencias, que se ubican entre los principales contaminadores.
China se derrite
Pekín mantiene una racha récord de cuatro semanas con temperaturas máximas que obligan a los repartidores a refugiarse bajo los puentes, mientras los habitantes se cubren la cara y los brazos con ropa protectora. Mientras, el calor abrasador también elevó los niveles de contaminación atmosférica.
La capital china batió el martes pasado un récord de 23 años con 27 días consecutivos de temperaturas superiores a 35 ºC, según la Administración Meteorológica de China.
27 días al hilo lleva China con temperaturas superiores a 35 °C.
El gobierno de Pekín instó a los ancianos a permanecer en sus casas y a los niños a acortar el tiempo de juego al aire libre para reducir la exposición al calor y a la contaminación por ozono troposférico, uno de los principales componentes de la nube tóxica que envuelve la ciudad.
El calor extremo está afectando duramente a
las personas menos capaces de asumir sus consecuencias, como los ancianos, los bebés y los niños, así como a los pobres y las personas
sin hogar.Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.
¿sabías que?