En la guerra contra Ucrania, Rusia ha negado cualquier intención de utilizar armas químicas. Sin embargo, el gobierno ruso ha estado vinculado durante las últimas dos décadas con este tipo de ataques, por lo que existe la preocupación de que pudieran ocurrir ahora.
La revista de ciencia Nature conversó con diversos analistas para saber qué tan posible es que se desplieguen armas químicas en esta guerra, cómo se podría prevenir que sucediera y si habrá forma de saber que ocurrió, en caso de que así sea.
Ha habido dos eventos recientes relacionados con armas químicas. En 2018, el gobierno del Reino Unido acusó a Rusia de usar Novichok, un agente neurotóxico desarrollado por la Unión Soviética, para envenenar al doble agente ruso que vive en el Reino Unido Sergei Skripal, y en 2020, el líder de la oposición rusa Alexei Navalny fue envenenado con un tipo diferente de agente Novichok.
Aunque el Kremlin ha negado su participación en los incidentes, estos parecen indicar que no todos los elementos del antiguo programa soviético de armas químicas han sido eliminados, le dijo a Nature el químico Ralf Trapp, exoficial de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) que participó en la verificación de la adhesión de varios países a la Convención sobre Armas Químicas de 1997.
También están los ataques con armas químicas que, se ha confirmado, llevó a cabo el ejército contra su propio pueblo. Las tropas rusas han luchado junto al ejército sirio durante la guerra civil de ese país, pero el gobierno ruso negó haber participado en los ataques químicos.
Por otra parte, el gobierno ruso acusó a Ucrania de estar preparándose para usar armas químicas; aunque el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, dice que “Rusia tiene un largo historial de acusar a otros de lo que ya están haciendo o están a punto de hacer”.
Los analistas coinciden en que la utilidad de las armas químicas es limitada en el campo de batalla, pues los ejércitos, como el de Ucrania, tienen equipos de protección. “El propósito principal de usar armas químicas es aterrorizar a la gente y generar pánico”, dijo Leiv Sydnes, químico de la Universidad de Bergen en Noruega y parte de la OPAQ.
Leiv
Sydnes agregó que si el Kremlin hizo en serio su acusación a Ucrania, pueden exigirle a la OPAQ que haga una inspección.