La guerra del streaming por el anime

21 de Noviembre de 2024

La guerra del streaming por el anime

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La demanda mundial por 
este tipo de contenido aumentó 35 % entre 2020 y 2021, y se 
espera que siga creciendo en 
los próximos años

Considerada por mucho tiempo como algo secundario frente a las producciones occidentales, la animación japonesa —o anime, como se conoce popularmente—, se ha convertido en la actualidad en el contenido más buscado por las grandes plataformas de streaming.

Mientras que la animación tradicional en América y Europa es en su mayoría exclusiva para niños, el anime desde sus inicios ha sido utilizado para contar todo tipo de historias: desde las aptas para toda la familia hasta las de terror y ciencia ficción, lo que lo vuelve atractivo tanto para las audiencias como para sus creadores. Se estima que tan solo el año pasado, el mercado mundial alcanzó los 28 mil 600 millones de dólares; una cifra que podría duplicarse para el 2030.

Asimismo, según el servicio especializado Parrot Analytics, la demanda mundial de anime aumentó 35 % entre 2020 y 2021.

Por estos motivos, tanto Disney+ como Netflix buscan obtener derechos exclusivos sobre estos contenidos o coproducir sus propias animaciones. En el caso de la primera, aseguró el año pasado los derechos exclusivos para la emisión de la segunda temporada de Tokyo Revengers, serie protagonizada por bandas de matones, como parte de un acuerdo lucrativo con el gigante editorial Kodansha. Mientras que Netflix ha optado por trabajar directamente con los estudios de animación, mejorando una libertad creativa inusual.

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Amazon Prime también intentó “monopolizar” las superproducciones, siendo el caso más emblemático One Piece Film: Red, la película que más dinero recaudó en Japón el año pasado.

Otros servicios de streaming se han especializado en este sector, tales como Crunchyroll, Animé Onegai y Funimation, y en sus plataformas se encuentran únicamente series de anime y producciones asiáticas, en su mayoría japonesas.

Pero los gigantes mundiales del streaming tienen poco peso en Japón, donde los editores desean una exposición máxima para sus creaciones, y temen que los acuerdos de transmisión en directo exclusivos sean demasiado restrictivos. En este sentido, Netflix es el que lleva la delantera hasta ahora, ya que es percibido como el servicio más atractivo para los estudios japoneses, que perciben el mercado tradicional como demasiado restringido.

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