La gran guerra patriótica

1 de Diciembre de 2024

La gran guerra patriótica

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La magna celebración se realizará en cada rincón 
del territorio ruso, también en el de Ucrania; mientras llega el 9 
de mayo, los preparativos se acompañan de gran tensión en la 
región, por las especulaciones y rumores que se han desatado

El 9 de mayo es un día muy especial para los rusos. En el país se celebra la victoria del ejército soviético sobre las fuerzas armadas nazis. Esta es la festividad más importante en el país, por encima de otras como la Pascua o la Navidad, y eso es mucho decir en un pueblo fervientemente religioso. Este año, el festejo no sólo apunta a reforzar el patriotismo del pueblo ruso, sino que se espera que ese día tenga lugar un gran viraje en el conflicto con Ucrania.

Rebeldes y antisistema como son los rusos, la Gran Guerra Patriótica hace referencia a la Segunda Guerra Mundial, pero no como la entendemos en occidente. La definición rusa sólo concentra el periodo en el que la entonces Unión de Repúblicas Socialista y Soviéticas (U.R.S.S.) participó activamente en el conflicto, del 22 de junio de 1941, cuando el ejército nazi inició la operación Barbarroja, hasta el 9 de mayo de 1945, cuando Alemania firmó su rendición. Nota aclaratoria, el resto de Europa celebra el 8 de mayo por la hora en la que se firmó el documento en Berlín, pero los rusos adoptaron la hora de Moscú.

›El Día de la Victoria, como se le conoce a este festejo, es una celebración homóloga al 15 de septiembre en México. Todas las regiones, ciudades y pueblos en Rusia y exnaciones soviéticas llevan a cabo un desfile en el que se conmemora a quienes lucharon por la U.R.S.S. Es un día de gran respeto y profunda admiración.

Durante el día se lleva a cabo la procesión del “Regimiento Inmortal”, donde se exhiben las fotos de las víctimas y de los defensores que perecieron en el combate o han fallecido con el paso del tiempo. La ceremonia va acompañada de un minuto de silencio, en el que los rusos reflexionan sobre lo difícil de aquellos años y cómo los han superado.

La fiesta más grande se celebra en Moscú, donde cada año el presidente y los principales líderes de las fuerzas armadas, dirigen un evento en la Plaza Roja, en donde marchan cientos de soldados y se exhiben los equipos bélicos de la más alta tecnología. En los cielos, decenas de aviones dibujan en el panorama la bandera rusa con humo multicolor y a las 10 de la noche, en todas las ciudades, se lanzan fuegos artificiales, recibidos con gran júbilo entre la población.

Este año, además, se espera que la celebración también haga alusiones al conflicto con Ucrania. De momento, hay cambios en el programa habitual del Kremlin. Por ejemplo, a diferencia de otros años, en la ceremonia del próximo lunes ningún jefe de Estado estará presente.

“La cosa es que no es una fecha de aniversario, esta es nuestra fiesta, es una fiesta sagrada para toda Rusia, para todos los rusos”, explicó el vocero de la Presidencia, Alexander Lukashenko cuando se le preguntó al respecto.

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Preparaciones. En el Parque Lenin, en Bélgorod, y plaza central donde se encuentra el palacio de gobierno comenzaron a instalarse símbolos conmemorativos. Foto: Deborah Martínez

Temores compartidos

El Día de la Victoria no ha sido el mismo desde hace dos años, cuando se adoptaron medidas de distanciamiento por la Covid-19. Este año, sin embargo, los festejos vuelven a recobrar un tono casi normal en la gran mayoría del país, con excepción de las regiones fronterizas.

En el territorio de Bélgorod, por ejemplo, que ha experimentado una escalada en el número de ataques provenientes de Ucrania en las últimas semanas, la procesión del Regimiento Inmortal fue cancelada en ocho poblados fronterizos, con el fin de garantizar la seguridad de la población.

En esta región se teme que el día 9, el ejército ucraniano lleve a cabo una serie de ataques y que incluso se adentre con varias tropas a territorio ruso. La población está preocupada; sin embargo, el gobernador Vyacheslav Gladkov afirmó que no se tiene información de que así sea, y añadió de que en caso de que se registre cualquier evento se informará a la ciudadanía “tan pronto como sea posible”.

Los temores no son injustificados. En Ucrania se ha hablado de que el 9 de mayo marcará nueva victoria para el país.

“La guerra del 9 de mayo dejará de importar como ahora. No porque alguien lo prohíba, sino porque tendremos nuestra propia victoria”, dijo Anton Drobovich, director del Instituto Ucraniano de Memoria Nacional.

En un sentido similar, la viceministra de Defensa de Ucrania, Anna Malyar, aseguró el 4 de mayo que en el Día de la Victoria “decepcionaremos aún más al ejército ruso en ciertas áreas… los ucranianos nos mantendremos firmes”.

En otras regiones cercanas a la frontera también se han tomado en serio los peligros desde Ucrania.

En la región de Briansk, por ejemplo, se estableció que cualquier dron que quiera sobrevolar los cielos el 9 de mayo deberá registrarse y ser autorizado por el gobierno local.

En tanto que en la región de Vorónezh, las medidas preventivas fueron más radicales: se cancelaron todos los eventos masivos, que serán celebrados en línea, y se prohibió el uso de fuegos artificiales, dado el estallido de bombas en la región, reportó la agencia rusa Tass.

›A nivel general, un símbolo histórico y emotivo para los rusos ha sido blanco de discursos revisionistas en las últimas semanas. El moño de San Jorge, parecido al tricolor que se vende en México durante las fechas patrias, ya fue prohibido en países como Alemania, Estonia, Lituania, Moldavia y Ucrania, donde fue equiparado con la suástica nazi.

“No tiene nada que ver con la guerra, o si estamos a favor de la invasión o no. Es un símbolo que nos enseña a recordar, a no olvidar a quienes lucharon por nosotros, a quienes lamentablemente fallecieron, víctimas de los ataques. Es un homenaje”, explicó una experta historiadora de la Universidad Estatal de Bélgorod a quien esto escribe.

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Expectativas y deseos

Las consecuencias de la guerra están generando ansiedad en todo el mundo, además de diversas especulaciones sobre lo que el Día de la Victoria podría significar para Ucrania, algunas de ellas infundadas.

Fuentes fidedignas aseguran que durante ese día Rusia dejará de considerar su estrategia hacia Ucrania como una “operación especial armada”, y declarará la guerra abiertamente contra el país, lo que significa una escalada en el número y tipo de ataques, y la clase de armas a utilizar. Este escenario es verosímil para el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, quien aseguró a LBC Radio que Putin “probablemente” usará la ocasión para declarar la guerra. Para el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, sin embargo, estas afirmaciones son “un sinsentido”.

Otra versión, difundida principalmente por el controversial presidente de Hungría, Víktor Orbán, refiere que el gobierno de Moscú anunciará el fin de la guerra durante el día. Esa posibilidad, sin embargo, carece de fundamento, pues Rusia no ha dado muestras de ceder en las negociaciones ni de buscar la pacificación.

“Nuestro ejército no ajustará artificialmente sus acciones a ninguna fecha, incluido el Día de la Victoria”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, en una conferencia de prensa el pasado 1 de mayo. “Celebraremos solemnemente el 9 de mayo, como siempre lo hacemos”, añadió.

Un escenario más realista señala que el lunes, el Kremlin anunciará la anexión de las regiones de Donetsk y Luhansk, las cuales ya han mostrado interés por unirse a Rusia, además de la región de Jerson, recientemente tomada por el ejército ruso.

Hoy, Putin es Rusia

Desde un análisis profundamente especulativo, medios internacionales aseguran que es posible que en los próximos días ocurra un golpe de Estado contra Putin, como resultado de la falta de progreso militar en Ucrania. Estos rumores han estado circulando desde hace semanas y si bien es cierto que hay una parte del ejército que está molesta, derrocar a Putin suena muy poco probable.

Es cierto que la manera en la que se ha conducido la invasión ha generado discrepancia dentro del gobierno de Rusia. Esto se sabe, no por un reconocimiento abierto al respecto, sino por la renuncia de diversos funcionarios y las acusaciones y contradicciones pronunciadas por funcionarios. No obstante, hablar de un golpe de Estado es otra cosa, simplemente porque en estos momentos, sin embargo, Putin es Rusia.

La propaganda en la calle relaciona de igual manera la victoria y la identidad nacional con Rusia que con Putin. La “operación especial” en Ucrania se lleva a cabo За России! (¡Por Rusia!) y За Путина! (¡Por Putin!), dicen los anuncios en la televisión y los carteles en las avenidas. A la figura de Putin se le da el mismo valor que a la nación, de ahí que el presidente goce de un renovado apoyo en estos días.

Al 24 de abril, el nivel de aprobación ciudadana a las actividades del gobierno ascendió a 77.7%, mientras que la confianza directa hacia el presidente se registró en 80.6%, según datos del Centro de Investigación de Opinión Pública de Rusia (VTsIOM, por sus siglas en ruso). A mediados de febrero, antes de que comenzara el conflicto, la aprobación a las actividades del mandatario era de 64.3% y hacia Putin como tal de 67.2 por ciento.

La invasión a Ucrania le ha jugado al presidente a su favor. Por eso, y aunque haya un sector molesto del ejército, derrocarlo resultaría estratégicamente poco favorecedor para quien se atreva.

Pero el cambio de rumbo en la guerra no solo proviene de Rusia. En Estados Unidos la postura en contra del Kremlin ha ido en aumento. El 2 de mayo, la vocera de la Casa Blanca Jen Psaki informó que, en la víspera del 9 de mayo, Estados Unidos celebrará su “apoyo a los ucranianos y europeos en un grado u otro”, una declaración en la que no profundizó más, pues dijo desconocer detalles al respecto.

Cabe recordar que el 24 de abril el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, viajó por primera vez a Ucrania. Dos días después se anunció que Washington aceleraría el envío y aumentaría el volumen de armamento donado a Kiev, con el fin de ayudar al país a detener la ofensiva rusa.

Celebrar desde la guerra

En Ucrania, el Día de la Victoria también es celebrado. Durante la Segunda Guerra Mundial el territorio formaba parte de la U.R.S.S. y desde ahí entró el ejército nazi con el fin de alcanzar Moscú, y fue detenido en Kursk.

“Ciertamente, este es un día festivo. El Día de la Victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial se celebrará en el Estado”, dijo el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksandr Motuzyanyk.

Ni siquiera en Mariúpol, una zona fuertemente atacada en estos meses, se detendrán los festejos, de acuerdo con declaraciones hechas por la gobernadora Victoria Kalacheva el pasado 21 de abril.

›Contrario a los intereses rusos, que buscaban celebrar esta festividad en Donetsk y Luhansk, las autoridades reconocieron el 5 de mayo que este año no sería posible. “El Desfile de la Victoria y el Regimiento Inmortal en este Día de la Victoria en Donetsk y Luhansk aún no se pueden realizar, pero ese momento llegará pronto”, declaró Serguéi Kiriyenko, primer jefe Adjunto de la Administración Presidencial de Rusia.

El fervor a esta celebración, sin embargo, ha decaído en Ucrania tras las tensiones con Rusia. De acuerdo con un estudio publicado por la encuestadora Rating Social Group, el pasado 27 de abril, sólo el 15% de los ucranianos consideraban como una fecha patriótica el “Día de la Victoria”, cuando en 2018 el porcentaje de la población que así lo hacía era del 58 por ciento.

Las memorias del avance nazi sobre Rusia son terroríficas. En las fotografías conservadas se pueden ver cientos de cuerpos acumulados a las afueras de Stalingrado (Volgogrado). Se observa a la ciudad de Kursk destruida. Y es posible atestiguar el horror del cerco a Leningrado (San Petersburgo), en donde durante la guerra llegó un momento en el que tres mil personas morían al día por falta de comida.

Las imágenes que hoy se ven en Ucrania hacen recordar estos escenarios, que se pensaba que se mantendrían en el pasado. Como apuntase el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, el Día de la Victoria representa una “gran ironía” .

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