La gente miente más por videollamadas o llamadas telefónicas que cuando se comunica por mensajes escritos, descubrió un estudio reciente que esperaba ver cómo habían cambiado estos hábitos desde un estudio hecho en 2004, cuando no existían las redes sociales.
De acuerdo con el estudio de 2004, “la psicología social ha demostrado que mentir es una parte importante y frecuente de las interacciones sociales cotidianas”. En ese estudio, los participantes registraron todas sus interacciones sociales y mentiras durante siete días.
El equipo de investigadores de la Universidad de Cornell encontró en ese entonces que “los participantes mintieron más por teléfono y menos por correo electrónico, y que las tasas de mentiras en las interacciones de mensajería instantánea y cara a cara eran aproximadamente iguales”.
El 8 de noviembre de 2021, David Markowitz, de la Escuela de Periodismo y Comunicación de la Universidad de Oregón, publicó un estudio que hizo para averiguar si se mantenía la conclusión principal de 2004; es decir, que las personas dicen más mentiras en la interacción social a través de medios sincrónicos, distribuidos y sin registros (como el teléfono) en comparación con medios relativamente más ricos (comunicación cara a cara) y con registro (correo electrónico, mensajería instantánea).
El diseño del experimento fue similar: durante siete días, 250 participantes informaron sobre sus interacciones sociales y mentiras; pero los resultados fueron, en esencia, los mismos y las pequeñas diferencias se pueden explicar por situaciones individuales. Markowitz también encontró que las tasas de mentira también se asociaron con rasgos de personalidad y motivos antisociales.
En un ensayo para el sitio The Conversation, Markowitz señala que “es posible que ciertos medios faciliten más el engaño”, al hacerlo sentir más fácil o “menos costoso” en caso de que se detecte.
Otra explicación por la que las tasas de engaño difieren entre tecnologías podría ser porque las personas usan las plataformas de forma diferenciada para sus relaciones sociales. “Por ejemplo —propone Markowitz—, es posible que las personas sólo envíen correos electrónicos a sus colegas profesionales, mientras que el chat de video puede ser más adecuado para relaciones más personales”.
Es importante destacar que otra de las conclusiones de este estudio es que la tasa de mentiras, aunque varía por medio, es baja. “La mayor parte de la gente es honesta”, concluye el investigador.