La moneda mexicana continúa bajo la presión de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos ante el amago de un nuevo incremento en las tasas de interés, lo que cerraría la brecha contra los réditos mexicanos y restaría atractivo para invertir en instrumentos financieros en pesos.
El fenómeno también habla de una fortaleza del dólar por un dato sobre la oferta de empleo, que fue mayor a lo esperado por los economistas del mercado. El dólar se disparó este martes y sobrepasó la resistencia técnica y concluyó en los 18.0678 pesos, lo que significó un descalabro para la divisa mexicana de 2.30 % en esta jornada y fue la más perdedora del mundo. En los dos días de operaciones que lleva octubre, la moneda de México ya perdió 4.40 %, es decir, el dólar ascendió 76 centavos entre el lunes y martes.
Las palabras de Jerome Powell fueron claras al señalar que el banco central estadounidense “se esfuerza por fomentar un mercado laboral pleno y sostenido”. Para lograr dicho objetivo es necesaria la estabilización de precios, lo que significa contener la inflación por medio de aumento de tasas, aunque esto pueda incidir en una recesión puntual en algunos sectores.
Las autoridades monetarias de Estados Unidos han informado en distintas ocasiones que prefieren afectar ciertos nichos de su economía con las medidas que toma la Reserva Federal a tener una inflación que afecte a todos los estadounidenses.
Los incrementos en las tasas de interés de la Fed han deteriorado principalmente el mercado hipotecario de ese país, con los réditos más altos desde principios del siglo, pero además, se observa una importante caída en las solicitudes y contratos para construir a mínimos desde 2008, cuando lo que debilitó al mercado en ese entonces fue la crisis inmobiliaria.
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A pesar de este reciente debilitamiento de la moneda mexicana, en lo que va del año aún tiene una apreciación de 7.22 %, lo que significa que hoy vale 1.41 pesos menos un dólar frente a su cierre del fin de año. El debilitamiento actual afectará las importaciones de mercancías y podría tener un desenlace inflacionario para México en las próximas lecturas.
El Banco de México ya anticipó que al final de 2023 las presiones inflacionarias se elevarán más de lo previsto, y este resultado en el mercado cambiario podría alimentar esa expectativa de mantenerse en los próximos días el tipo de cambio en esos niveles. Por otro lado, los exportadores se beneficiarán de tener más pesos por cada dólar que reciban, entre ellos Petróleos Mexicanos (Pemex), que ha visto diluidos sus ingresos por un peso fuerte en la primera mitad del año.
La divisa azteca se ha comportado resiliente ante los embates externos debido a los altos flujos de dólares que han entrado al país por medio de exportaciones, remesas, por inversión extranjera directa, así como de cartera, pero también por unas reservas internacionales que se mantienen cercanas a récord, lo que fortalece al peso.
Sin embargo, la dependencia e integración económica y comercial de México con Estados Unidos afecta el comportamiento de la divisa azteca, pero las decisiones de política monetaria juegan un papel preponderante en los vaivenes de tipo de cambio.
A pesar de este evento que mandó al peso a su mínimo frente al billete verde desde el pasado 2 de mayo, los analistas del sector privado esperan que el dólar cierre el año en las 17.64 unidades, por lo que aún hay margen para que vuelva a apreciarse.
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