La falsa inocencia del flúor

24 de Noviembre de 2024

La falsa inocencia del flúor

el flúor

Desde hace tiempo se sabe que este elemento en apariencia inofensivo y hasta benéfico, es neurotóxico; sin embargo, está presente en mucha agua considerada “potable” de manera engañosa

En México, una investigación sobre 299 pares de madres y sus hijos e hijas encontró que, a mayor exposición prenatal al fluoruro (adquirido porque la madre tomaba agua contaminada), correspondieron puntuaciones más bajas en las pruebas de función cognitiva en las niñas y niños, de los cuatro a los 12 años.

La investigación, en la que participó personal de los institutos nacionales de Perinatología y de Salud Pública de México (junto con colegas de universidades de Estados Unidos y Canadá), fue publicada en 2017 en la revista Environmental Health Perspectives, y fue una confirmación de lo que ya se sabía desde hace décadas: el flúor, que se encuentra en solución en forma de fluoruro, es un neurotóxico que disminuye las capacidades cognitivas.

Hace décadas se sabe que el fluoruro está presente en el agua de muchos pozos, en la República Mexicana y otras partes del mundo, y que está afectando el desarrollo de las capacidades cognitivas de quienes viven en las comunidades, que no tienen otra agua para beber y cocinar que la de los pozos contaminados. Que este envenenamiento suceda en localidades mexicanas es un poco paradójico, ya que un grupo mexicano es uno de los pioneros a nivel mundial en este tipo de investigaciones.

San Luis Potosí, un oasis sin flúor

el flúor

La historia comenzó hace 34 años. “Desde 1990 estamos peleando por el flúor, porque en ese entonces había estudios realizados en China de que el flúor disminuye el coeficiente intelectual de los niños. Imagínate el impacto: Vivíamos en una ciudad con mucho flúor en el agua”, comentó en entrevista con ejecentral, Fernando Díaz Barriga, evaluador de riesgo en salud e investigador en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).

Díaz Barriga y su equipo decidieron divulgar los estudios ya hechos y tratar de promover un cambio en su ciudad; pero “nadie nos creyó, decían que eran estudios chinos”, por lo que decidieron hacer su propio análisis, que, “fue uno de los estudios más felicitados a nivel internacional por todos los ajustes del diseño de biológico que hicimos”.

A pesar de que confirmaron que el flúor disminuye el coeficiente intelectual, “a nivel México no nos hicieron caso… pero a nivel estatal, sí”, refirió el investigador. “Generamos una norma estatal de agua, lo que permitió desde el año 2000 “dos cosas increíbles”: reducir el flúor en el agua embotellada, de garrafón y en los refrescos, y que “el gobierno instalara rellenadoras de agua de garrafón libre de flúor”.

“Es una medida de salud pública impresionante –expresó el investigador–, y nosotros aquí la tenemos desde hace 20 años. En San Luis Potosí, ahorita, 80% de la población toma agua de garrafón libre de flúor”. Esta sería necesaria en alrededor de tres quintas partes del país y en algunos lugares incluso más que en aquella entidad.

Abundancia y compañía

“Carmona y colaboradores indican que 60% del país consume agua con contenidos de fluoruro superiores a la normativa para agua de uso y consumo humano”, escribió María Deogracias Ortiz Pérez en el Capítulo 5 Tomo I de la serie Hacia el cumplimiento del Derecho Humano al Agua, publicada por el Instituto de Geofísica de la UNAM.

A mediados de los 90, Ortiz Pérez escribió su tesis de doctorado con Díaz Barriga y “ya no me pude separar del fluoruro, porque vi lo grande del problema”, así que participó en la investigación en que, tomando muestras de casa en casa, crearon el primer mapa de fluoruro en el agua de San Luis Potosí. En 2004, Ortiz Pérez, con su propio equipo, analizó todos los pozos subterráneos en San Luis, no sólo para fluoruro, también para arsénico, ya que ambos elementos tóxicos se encuentran juntos en muchos casos. Después se siguieron con otros estados e hicieron el primer mapa de la presencia de arsénico y flúor en pozos de México.

60

por ciento de la población mexicana consume agua con contenidos de fluoruro superiores a la normativa.

Así, la investigadora consideró que es erróneo en el país hablar de “agua potable”, debería decirse, señala, agua entubada, algo de lo que incluso convenció a funcionarios de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pues la información que reportaba en ocasiones provenía de las preguntas que hacía el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a las personas en sus casas y no de mediciones de potabilidad.

Ortiz Pérez también comentó a ejecentral que durante muchos años se tuvo una creencia errónea, incluso mencionada en libros de secundaria, de que el agua subterránea era limpia debido a la filtración natural. Sin embargo, esto es un error, ya que la filtración también puede disolver sustancias como el flúor y el arsénico, que provienen del mismo origen, las rocas volcánicas, y pueden formar compuestos de coordinación entre sí, lo que puede causar daños.

Arsénico y fluoruro, una pareja demoledora

Jaqueline Calderón Hernández, del grupo de investigación de Díaz Barriga en la UASLP, lideró un estudio sobre el coeficiente intelectual en niños expuestos al arsénico, flúor o ambos. Descubrieron que la presencia combinada de arsénico y flúor causa efectos mayores que la suma de sus efectos individuales.

“Eso lo identificamos tanto para el coeficiente intelectual total, como para el verbal, como para el de desempeño; en estos tres dominios el comportamiento fue similar”, aseguró Calderón Hernández en entrevista con ejecentral. El estudio se hizo con niños de seis a nueve años que vivían en diferentes zonas del país, “donde ya tenemos identificados la exposición a estos elementos a través del agua”.

El dato. La exposición excesiva al fluoruro puede ser un problema crónico desde la concepción, ya que investigaciones en animales han demostrado que puede atravesar la barrera placentaria.

La reducción del coeficiente intelectual puede llegar a ser hasta de 15 puntos en promedio, además de que en el agua o el ambiente puede haber otros contaminantes neurotóxicos, como “el plomo en las zonas alfareras, cadmio en algunas zonas minero metalúrgicas, compuestos organoclorados, también los plaguicidas tienen potencial neurotóxico”, mencionó Calderón Hernández, y añade que a ese efecto también se suman la pobreza y la violencia.

“Es un tema que, digamos, en términos de protección a la infancia, se tiene que abordar de una forma muy seria como país, con toda su dimensión social y ambiental (…) Para que tengas una idea de que 15 puntos (de coeficiente intelectual)... en Estados Unidos, la pérdida de un punto en el cociente intelectual (a nivel poblacional en una localidad) es suficiente” para que se trate de identificar y eliminar el problema.

Epílogo de salud dental

Tal vez para los lectores, como para quien esto escribe, el aspecto neurotóxico del flúor haya sido una sorpresa, ya que estamos acostumbrados a pensar en este elemento sólo como una eficaz protección contra la caries dental.

Díaz Barriga señaló que en las letras chiquitas de las pastas dentales se advierte que el producto se mantenga alejado de los niños menores de seis años y, en algunas, que un adulto debe supervisar que sea mínima la ingesta de la pasta dental. Pero esto ha sido, en muchos casos, insuficiente y los niños se lo comen mientras los padres no tienen idea de que se están intoxicando.

“Nuestra lucha es contra las pastas dentales, para advertirle a la gente, digo, porque no le vamos a ganar a Colgate ni a Johnson y Johnson, pero ya hay tiendas en San Luis Potosí, donde venden pastas dentales libres de flúor y la gente ya empezó a comprarlas”, concluyó Díaz Barriga.