“Se habrán enterado los que quieren plagiar a los verdaderos ‘chalecos amarillos’ de Francia que ellos son de izquierda, progresistas, en contra del neoliberalismo y que apoyan a Maduro?????” La presidenta del partido Morena escribió este tuit el 23 de febrero para distanciarse de un grupo de opositores, que intentó usar la fuerza mediática de la agrupación francesa, para marchar en contra de las políticas del Presidente mexicano.
Con un número reducido de caracteres, Yeidckol Polevnsky aporta pistas de los principios de la política exterior del actual gobierno. “Neoliberalismo” y “Maduro” son dos coordenadas que ubican a México en una región pantanosa respecto a la relación bilateral con Estados Unidos.
Entre la cúpula de Juan Guaidó se identifica a Polevnsky como una persona que mantiene intereses demasiado comprometedores con el grupúsculo de Nicolás Maduro. Lo sabe el Departamento del Tesoro, lo sabe Marco Rubio, lo sabe Donald Trump. Para velar la asociación ante la opinión pública, el secretario de Relaciones Exteriores inventó el Mecanismo de Montevideo.
Fue la primera decisión errónea de un político experto, estudioso y calculador desde que llegó a la cancillería. Estudiante de Relaciones Internacionales en El Colegio de México, Marcelo Ebrad sabía que su misión sería compleja debido a que la línea ideológica de la política exterior la marca el Presidente, y López Obrador es Morena porque Morena es Andrés Manuel López Obrador.
› ¿No era mejor hacer públicas las simpatías por la dictadura de Maduro en lugar de engañar a la opinión pública que desconoce lo sucedido en Venezuela durante la última década?
Una variable exógena como ha sido el recrudecimiento de la crisis venezolana provocó el autoaislacionismo del gobierno de López Obrador. Algo que, quizá, haga sentir tranquilo al Presidente mexicano dados sus rasgos etnocéntricos.
El problema para el gobierno mexicano es el siglo XXI. Creer que el aislacionismo no genera costos es una falacia. Lo escribió el propio presidente mexicano en la carta dirigida a Trump. El America first refleja a un personaje que no cree en el multilateralismo y sí en el racismo. Sin embargo, decir que “la mejor política exterior es la política doméstica”, refleja a un mandatario que desea desconectarse del mundo.
Uno de los síntomas de la nueva política exterior mexicana es continuar operando sobre la estela heredada por Enrique Peña Nieto: mantener a Jared Kushner como enlace mediador entre los dos países. Error. A Kushner las agencias de inteligencia de su país lo han degradado en jerarquía respecto al alcance de información en su radio de acción. Para el excanciller Luis Videgaray, Kushner representó el puente que unía a Los Pinos con el Despacho Oval. Fue un parche no institucional.
Una de las primeras decisiones en política exterior que el Presidente mexicano debió haber tomado fue articular un encuentro directo con Donald Trump. De haberlo hecho, la inercia de la relación que articuló Peña Nieto, hubiera terminado.
Un encuentro entre los dos presidentes no es una materia optativa. Es una obligación entre dos países con intereses compartidos. Las cartas sobran. Los tuits no ayudan.
Muro arancelario
Así llegamos a la construcción del muro arancelario, como ha llamado Juan Jesús Aznárez del diario El País, a la primera gran crisis entre Trump y López Obrador.
Acostumbrado a “girar instrucciones”, el presidente Obrador “instruyó” a Ebrard para salir volando hacia Estados Unidos sin saber que la diplomacia, como decía Pierre-Adrien de Courcelle, es el camino más largo entre dos puntos. Error. Viajar a Washington sin agenda genera expectativas sustentadas sobre nada.
Sin agenda de por medio, el secretario Ebrard demostró lo que en su momento dijo Peter Ustinov: “Los diplomáticos son personas a los que no les gusta decir lo que piensan. A los políticos no les gusta pensar lo que dicen”. Ebrard eligió Huawei para revelar su postura. Una selfie siempre tiene como objetivo generar emociones. Le siguió el subsecretario para América Latina y el Caribe. En su viaje hacia Paraguay no desaprovechó para reforzar la postura de Ebrard: “En camino a la Toma de Protesta del Presidente @nayibbukele #EbrardSelfieChallenge”. En la selfie se observa media cara del funcionario y la marca Huawei en una estación de recarga de energía eléctrica para teléfonos celulares.
Desde que el Poder Judicial canadiense detuviera a la hija del fundador de Huawei, en diciembre pasado, por una denuncia en su contra en Estados Unidos, las diferencias comerciales entre China y el gobierno de Trump pasaron a ser un asunto de extrema gravedad para el presidente Xi Jinping.
Relajando posturas, la selfie de Ebrard pudo calificarse como una ocurrencia o anécdota lúdica, pero lo hecho por el subsecretario Maximiliano Reyes, eliminó esa posibilidad. Se trató de un acto pueril que nunca haría un diplomático o funcionario de Relaciones Exteriores.
Falsas expectativas
Para fortuna del Presidente y el secretario de Relaciones Exteriores, los errores se revierten por el desinterés de una parte importante de la sociedad mexicana. El martes, Ebrard reveló durante una conferencia de prensa en Washington que el resultado de la negociación que sostendría un día después con el vicepresidente Mike Pence y el secretario de Estado, Mike Pompeo, tenía un 80% de probabilidad de éxito. Un día después, el mismo Ebrard le confió al periodista Ciro Gómez Leyva un escenario distinto: “Tenemos poco margen de negociación, casi nada. Es la misión más difícil que me ha tocado”.
¿Cómo transitar entre los dos escenarios en menos de 24 horas? Donald Trump levantará un muro arancelario a México a través de la ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA). Promulgada en 1977 para sancionar a enemigos. México pasará a ser Irán o Cuba en el imaginario electoral de Trump. Esta ley tuvo su origen en una que se aplicó durante la Primera Guerra Mundial, la ley de Comercio contra el Enemigo.
La actuación de Trump le obligará a pasar esta decisión a través de la emergencia nacional. Con 15 senadores republicanos y todos los demócratas le podrían cerrar el camino. Cuando ocurra ese escenario, ya se había aplicado el arancel del 5% a todos los productos que le importan a México.
Y mientras los congresistas estadounidenses tomen esa decisión, la política exterior mexicana se reduce a selfis y memes.