Fue apenas el pasado 3 de octubre cuando arrancaron las presentaciones no oficiales del informe de gobierno de Claudia Sheinbaum, con un lucidor evento dio el banderazo en el Auditorio Nacional. Hay que reconocer que a la asistencia fue nutrida, además de que el tono y manera fueron mucho menos ostentosos de lo que se suele ver en los informes de otros gobernadores.
A la Jefa de Gobierno y a su equipo no les bastó con un solo evento de informe; aprovecharon la coyuntura para tener presencia en diversas alcaldías de la Ciudad de México; jardines y plazas públicas fueron el escenario en Iztacalco, Venustiano Carranza, Benito Juárez, Gustavo A. Madero e Iztapalapa. No todos los eventos tuvieron el mismo matiz, en varios de ellos se vio acarreo y personas aburridas que si no fueron forzadas a acudir, tampoco asistieron por personal interés en las obras y acciones emprendidas por la jefa de Gobierno en estos cuatro años de su administración
El pasado viernes 7 la cita fue el H. Congreso de la Ciudad de México, donde rindió su informe ante la II Legislatura, con el apoyo de sus correligionarios y aliados. Claudia Sheinbaum fue aplaudida y reconocida por su esfuerzo, pero también fue criticada por sus detractores y señalada por quienes ven en su administración un cumulo de errores; en pocas palabras no hubo sorpresas.
De lo que también nos hemos dado cuenta todos lo que vivimos en esta hermosa y contaminada ciudad, es que la pauta de sus spots está en todos lados y en todas las redes. Basta con buscar o explorar cualquier contenido para que el rostro de Claudia o su voz te acompañe en un viaje por las redes sociales. Aquí vale la pena decir que la Jefa de Gobierno se ha preocupado por enterar de sus resultados a la mayor cantidad de capitalinos que le sea posible, con un lenguaje que apela al beneficio social de sus acciones, intenta conectar con la audiencias y lucir como una presidenciable.
Si, leyó usted bien. El informe y sus spots intentan colocar en el imaginario colectivo a Claudia Sheinbaum como un legítimo aspirante a la Presidencia de la República y no solo eso, sino como la contendiente que está mejor colocada para la sucesión.
El esfuerzo hecho por la jefa de Gobierno para difundir su informe es también un acto anticipado de campaña, que si bien no se le pude denunciar, si evidencia que su aspiración pasó de los dichos a los hechos, aprovechando la coyuntura para que su imagen y discurso lleguen a más ciudadanos.
En esta ocasión no hablaré de si los resultados informados por la jefa de Gobierno son veraces o no; si tiene una gigantesca agenda pendiente de cumplir o si efectivamente va tiempo con el plan de gobierno. Tampoco hablare de la línea 12 del metro o de su falta de sororidad con los colectivos feministas. Lo que llamó mi atención es cómo su cargo y coyuntura hoy le dan la oportunidad de tomar la delantera, cuando el resto de las “corcholatas” no pueden comunicar de manera tan masiva su mensaje.
En breve veremos que tantos dividendos le rinde el esfuerzo y el gasto hecho para difundir su imagen entre los capitalinos, y seguramente también en otras entidades de la república. Claudia Sheinbaum está en campaña, le guste o no le guste al resto de las “corcholatas” o a sus devaluados adversarios de otras fuerzas políticas.