Parece increíble que apenas van tres años de cuarta transformación, lo que para unos es el inicio de la carrerilla hacia un mejor país, para otros ha sido un tormento que esperan acabe pronto. Lo cierto es que una de las primeras pruebas políticas que tendría Andrés Manuel López Obrador y Morena es la elección del próximo 6 de junio.
Según diversas encuestas, el partido en el poder no podrá cantaletear el llamado “carro completo” en los que respecta a gubernaturas, hasta hace apenas unos meses se decía que la 4T llegaría a alrededor de 12 estados de la república, hoy los números le dan ocho como máximo. Sin embargo, en lo que se refiere al poder legislativo, ahí si lucen rampantes y en primerísimo lugar.
Lo cierto es que estamos a la espera de confirmar el próximo fin de semana que tanto es el terreno ganado por la 4T en esta elección, un punto importante por discutir es una vez pasada la elección. ¿Qué sigue?
Para el Presidente será sin duda un triunfo cada entidad de la república que sea gobernada por Morena se suma al poderío del partido y así atiende una de las mayores “debilidades” que se le atribuyeron que fue su poca presencia y control territorial.
Todo indica que mantendrá la mayoría en la Cámara de Diputados y, por lo tanto, podrá seguir gobernando a su muy particular y caprichoso estilo, esto no es particularmente revelador, ya que en la actualidad tiene esa mayoría, tiene aliados y una “oposición” que, por decir lo menos, es torpe.
El Presidente y la 4T utilizarán esta mayoría en la Cámara de Diputados para que logren concretar diversos proyectos, pero hay dos en específico que son muy importantes: el control del poder judicial y la reforma política.
›Extender el mandato de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, actual magistrado Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación garantiza para el Gobierno de la República la “constitucionalidad” de sus reformas y como ya nos lo han adelantado, una de las primeras, apenas pase la elección, será la reforma política.
Hoy podemos sospechar la desaparición del INE y el nacimiento de un nuevo órgano electoral que dé a la 4T la tranquilidad de ser la maquinaria bien engrasada que le permita mantenerse como el partido hegemónico.
Esto y muchas cosas más son los preparativos para el proceso electoral de 2023 que será el laboratorio político para poner en marcha una 4T corregida y aumentada que tendrá ahora si, el control de los tres poderes y el árbitro electoral.
Andrés Manuel y Morena están dispuestos a todo con tal de garantizar su triunfo en 2024 y a sabiendas que gobernar desgasta, están construyendo el andamiaje político para conservar la presidencia.
A este sexenio le quedan todavía tres años y muchos problemas por resolver. Lo que sí ha quedado claro es que la prioridad presidencial no se encuentra entre las energías renovables, la salud, la economía, la educación, la ciencia o la seguridad, sino en atesorar el poder.