El proceso electoral de 2022 trajo más que derrotas y sinsabores para los partidos políticos que conforman hoy la alianza opositora. Hasta el momento el conflicto más mediatizado y estridente ha sido el del Revolucionario Institucional, sin embrago, el Partido Acción Nacional no canta mal las rancheras.
Los flacos resultados obtenidos por Marko Cortés también lo colocan en el ojo del huracán, en lo que va de su gestión, que concluye hasta 2024, ha perdido 4 gubernaturas en estados en donde antes gobernaba el PAN y sus aliados: Puebla, Baja California Sur, Tamaulipas y Quintana Roo. Pudo conservar presencia panista en otras 4 entidades: Chihuahua, Querétaro, Aguascalientes y Durango, esta última de mano de la alianza “Va por México”.
En resumidas cuentas, 22 gubernaturas han estado en juego, de las cuales, Marko Cortés únicamente ha podido ganar 4, ya sea en coalición o yendo en solitario. Si eso no es una racha perdedora, no sabría como llamarle.
Diversas voces se han hecho escuchar pidiendo su salida de la dirigencia del partido. Gustavo Madero, expresidente del PAN, hizo un llamado directo para que exgobernadores y expresidentes de Acción Nacional, se reunieran con la actual dirigencia con la finalidad de hacer un ejercicio de autocrítica y proponer los cambios que se requieren para recuperar competitividad electoral.
El gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, también ha sido crítico del desempeño de Marko Cortés y la actual dirigencia, no estuvo de acuerdo con la candidatura de Tere Jiménez, quien finalmente ganó y será la próxima gobernadora.
El PAN ha demostrado que puede obtener mejores resultados cuando va en solitario y no en alianza, sin embrago, la débil dirigencia de Cortés Mendoza se refugia en “Va por México” para mantenerse a flote.
Con una racha francamente perdedora la permanencia de la actual dirigencia panista está en duda, aún no se sabe cuál fue la negociación para los procesos electorales de Coahuila y el Estado de México, donde todo indica que los candidatos serán de extracción priista.
Tampoco han logrado perfilar un liderazgo de cara a la sucesión presidencial, pues los panistas no identifican quien puede ser su “gallo”, hasta el momento se mantiene Ricardo Anaya como puntero para su partido, pero aún está en duda si podrá regresar con tranquilidad a territorio mexicano.
El PAN no luce competitivo y la alianza puede estarle saliendo muy cara, pero Marko Cortés se mantiene en la firme convicción de que lo están haciendo bien.
Urge a los partidos que conforman la alianza opositora remediar sus luchas internas y de grupo, de no ser así, llegarán al 2024 irremediablemente divididos y con una muy baja competitividad electoral.
Marko Cortés anuncia que “hay tiro”, lo que no sabemos es si se refiere al interior de su partido, pues, aunque la lucha interna es mucho menos estridente que en el PRI, su dirigencia está siendo cuestionada por la cúpula y por los militantes.
Acción Nacional fue un partido competitivo con el que hoy no se identifica el electorado y es muy posible que Marko Cortés tenga los días contados en la dirigencia.