Lo que desde un inicio fue calificado como la elección más grande de la historia de México no ha tenido el mismo impacto en todo el país, los estados que están eligiendo gobernador, sin duda alguna se encuentran mucho más efervescentes que aquellos que solo elegirán alcaldes o diputados.
A finales del 2020 ya se sabía de la participación de diversos personajes y estos serían “los protagonistas” de la elección. Tal vez uno de los más mediatizados en aquellos días fue Alfonso Durazo y su interés por competir por la gubernatura de Sonora. Dejaba el cargo de Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana para cumplir su aspiración, y mucho se habló de si dejaba dicho encargo para contender con el apoyo presidencial o si tomaba esta ruta política tras los múltiples descalabros al frente de la Secretaría como lo fue el Culiacanazo, el asesinato de la familia LeBarón y los miles de muertos que tapizaban el territorio nacional.
Previo al inicio de las campañas, encuestas y medios de comunicación daban como claro favorito a Morena para ganar la gran mayoría de las gubernaturas en el territorio nacional. Con números abrumadores iniciaba el proceso electoral sonorense con tres claros contendientes: Ernesto Gándara (PRI – PAN – PRD), Alfonso Durazo (Morena – PVEM – PT - PANAL) y Ricardo Bours (MC).
Durazo no pudo innovar en su campaña, se mantuvo en la promesa de continuar y aumentar el apoyo del gobierno de la República en su estado y creyó que “nadando de muertito” podría capitalizar la aprobación presidencial en votos a su favor. Evitó hablar de la crisis de seguridad que se vive en Sonora y la reactivación económica de la entidad en la postpandemia. Su comunicación ha sido hasta el momento plana y sin contrastes que vayan más allá que el concatenado discurso de lucha contra la corrupción y señalar a la mafia del poder. Se confió a tal punto que prefirió hablar de bienestar animal que de la crisis que se vive en Cajeme, Magdalena de Kino y su natal Bavispe.
Por otra parte, Ernesto el Borrego Gándara, sin prisa pero sin pausa, fue construyendo una narrativa que se identifica con la ciudadanía. Habló de los problemas que aquejan a los sonorenses y logró sumar a tres fuerzas políticas, pero sobre todo a frentes ciudadanos a su proyecto. Con una campaña de propuestas claras y sencillas se fue metiendo a los hogares y logró entablar un diálogo directo con el electorado.
La guerra de encuestas no se hizo esperar, ya para el debate Alfonso Durazo se declaraba ganador de la contienda, pero la política le tenía guardada una sorpresa… ante la ausencia de proyecto, las diferencias se acortaron para dejarlo en un empate técnico competitivo, y ya como cereza del pastel, el tercero en discordia, Ricardo Bours, hace un acuerdo de unidad con Ernesto Gándara y se suma a la campaña borreguista.
Alfonso Durazo está pagando caro el haber ignorado los temas prioritarios para los sonorenses: seguridad y economía. Pero poco se podía esperar de él en ambos ejes, pues en seguridad ya todos conocemos sus resultados, y de la economía basta con ver el panorama nacional.
Los sonorenses están dando una lección al resto del país: la bendición presidencial no es suficiente para la construcción de un proyecto político que pueda salir triunfante en cualquier terreno y bajo cualquier condición. Tal vez Durazo pasó tanto tiempo alejado de su natal Sonora que no le fue posible comprender a sus paisanos.
Hoy se ve un Sonora gobernado por el Borrego Gándara y con esto solo se confirma la sabiduría popular de que “caballo que empata, gana”.
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