Aún no cumple su primer año, pero el gobierno de Gustavo Petro en Colombia enfrenta la que podría ser una de sus mayores crisis. Una investigación por un caso de escuchas ilegales y presunta corrupción en la financiación de su campaña presidencial movilizaron no solo a su equipo, sino a miles de simpatizantes que secundan sus políticas izquierdistas como reducir la participación privada en el sistema de salud, redistribuir las tierras improductivas, reformar las normativas laborales, de pensiones y justicia, y desarmar las organizaciones ilegales, las cuales hasta el momento no tienen los votos suficientes para aprobarlas.
Las manifestaciones de esta semana las encabezó el mismo Petro, quien tras la marcha, habló desde una pequeña tarima aledaña a la céntrica Plaza de Bolívar, acompañado de la vicepresidenta, Francia Márquez, de su esposa y de su hija.
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“Solicitamos con todo el respeto (a los congresistas) desde nuestras ganas de justicia y de paz que aprueben las reformas que le garantizan al pueblo colombiano sus derechos (...) reformas que el pueblo aprobó en las urnas en las elecciones presidenciales”, clamó el primer mandatario izquierdista en la historia del país, vitoreado por miles de sindicalistas, trabajadores y estudiantes.
Sin embargo, es en la Cámara en donde se libra la batalla más importante, en la que muchos de los políticos que lo apoyaron durante las elecciones y nombramiento presidencial, comienzan a darle la espalda. Al autodenominado “gobierno del cambio” le llueven críticas, señalado ahora de acudir a viejas prácticas políticas. Según la más reciente encuesta de la firma Invamer, la aprobación a su gestión pasó de 50 % en noviembre a 34 % en mayo.
Aunado al poco apoyo, varias personalidades alrededor del presidente se han visto envueltas en las investigaciones. La niñera de Laura Sarabia, mano derecha de Petro, fue interrogada con polígrafo en la sede presidencial por sospechas del robo de un maletín con miles de dólares en la casa de su jefa, y el caso de Armando Benedetti, exembajador en Venezuela se convirtió en uno de los más relevantes cuando quedó expuesto en unas grabaciones dirigidas a Sarabia y filtradas a la prensa que dan cuenta de una presunta financiación ilegal a la campaña de Petro por 3.5 millones de dólares.
Al respecto, el izquierdista señaló que se trata de un “golpe blando, un golpe de Estado, un golpe contra la voluntad popular”, y aseguró que los fondos utilizados en su campaña los obtuvieron de manera legal.
El aliado caído
Armando Benedetti, aliado caído en desgracia del presidente Gustavo Petro, denunció este miércoles que recibió amenazas “de personas muy poderosas”, en momentos en que la autoridad electoral lo investiga por la presunta financiación ilegal de la campaña presidencial en Colombia.
El curtido político fue clave en la victoria del primer gobierno de izquierda en la historia del país, pero terminó en el centro de un escándalo de corrupción, conspiración y chantaje que el viernes lo apartó de su cargo como embajador de Colombia en Venezuela.
“Tengo evidencia física de amenazas que hemos recibido de manera directa e indirecta provenientes de personas muy poderosas”, dijo Benedetti en Twitter y pidió a la Fiscalía tomar “medidas urgentes” para protegerlo a él y a su familia.
En unas grabaciones filtradas a la prensa se escucha al exdiplomático amenazando a la entonces jefa de despacho de Petro, Laura Sarabia, con revelar información sobre financiaciones ilegales a la campaña de Petro por unos 3.5 millones de dólares.
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“Laura (...) Nos hundimos todos. Nos acabamos todos. Nos vamos presos (...) Con tanta mierda que yo sé, pues nos jodemos todos, si ustedes me joden a mí, yo los jodo a ustedes”, se escucha en los audios, que según Benedetti fueron “manipulados” y grabados cuando estaba bajo efectos del alcohol.
Benedetti y Sarabia, que hasta hace unos días pertenecían al círculo cercano del presidente, fueron fulminados del gobierno el mismo día. La autoridad electoral los citó a ambos a declarar el 13 de junio para que cuenten todo lo que saben sobre los dineros que entraron a la campaña de Petro. En fotos publicadas por medios locales se ve al exdiplomático en el aeropuerto El Dorado de Bogotá.
“Mi salida del país nada tiene que ver con las amenazas de las que hemos sido víctimas mi familia y yo. Salgo a cumplir con un compromiso familiar previamente adquirido. Estaré de vuelta el martes”, aseguró Benedetti.
El escándalo empezó a finales de mayo tras el robo de un maletín con miles de dólares de la casa de Sarabia. La niñera de la exjefa de gabinete terminó interrogada con polígrafo en la sede presidencial y luego la policía interceptó sus conversaciones telefónicas usando un informe falso de policía que la vinculaba con narcotraficantes.
Sarabia y Benedetti compartían la misma niñera y se acusan el uno al otro de conspiración en una intrincada historia que aún deja más preguntas que respuestas. La Fiscalía investiga el caso.
Intelectuales a favor de Petro
Sumado a las movilizaciones en las principales calles de Colombia y los diversos señalamientos, diversas figuras internacionales han expresado su apoyo a Petro. Por medio de una carta pública, intelectuales como Noam Chomsky, politólogo estadounidense, y Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz argentino, se posicionaron a favor del mandatario. “A menos de un año de la toma de posesión del gobierno de (Gustavo) Petro, están desplegando el poder institucional combinado de los organismos reguladores, los conglomerados mediáticos y la rama judicial del país para detener sus reformas, intimidar a sus partidarios, derrocar a sus dirigentes y difamar su imagen en la escena internacional”, se puede leer en el documento, también firmado por Baltasar Garzón, jurista español; Jeremy Corbyn, el líder laborista británico, y Jean-Luc Mélenchon, excandidato presidencial francés.
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