Aunque se podría decir que todo inició hace un mes, el tema comenzó a ser una pichada con casa llena desde el jueves 28 de abril, cuando el presidente envió al Congreso de la Unión una iniciativa de reforma electoral.
La propuesta de sustituir al Instituto Nacional Electoral (INE) por un organismo llamado Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) se tomó con “squeeze suicida” para los opositores; les quería ganar la base antes del lanzamiento.
Las bases se pusieron alerta, y legisladores, exconsejeros, empresarios, organizaciones civiles, todos opositores al gobierno de la llamada Cuarta Transformación, hicieron un team back y convocaron a los ciudadanos a una movilización.
El domingo 13 de noviembre se reunieron en el campo, fueron miles de personas que buscaban meter un home run al habitante de Palacio Nacional y a su iniciativa. Al otro día, los medios esperaban ansiosos la reseña del mandatario mexicano. Sucedió lo que se esperaba. López Obrador minimizó la movilización que se registró en 63 ciudades del país y que reunió, a decir de los organizadores, a más de 200 mil participantes, pero él vio máximo 60 mil marchantes.
“Lo hicieron a favor de los privilegios que ellos tenían antes del Gobierno que represento, lo hicieron a favor de la corrupción, lo hicieron a favor del racismo, a favor del clasismo, de la discriminación, eso es el fondo”, soltó el tabasqueño.
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Pero ni las críticas lo llevaron a pensar y aceptar que su iniciativa de reforma no pasaría, pues necesita mayoría absoluta, es decir, dos terceras partes para su aprobación, lo que no le alcanza con los legisladores de Morena y aliados, por eso se sacó de la manga un “Plan B”, ante la derrota de la iniciativa de reforma a la Constitución, propondrá una reforma a la ley electoral.
Al siguiente día, el Presidente dio a conocer su nueva alineación, como parte de los festejos por su cuarto año de gobierno (que iba a celebrar el 1 de diciembre en el Zócalo) convocó a su propia marcha en defensa de la reforma electoral, que sería encabezada por él, y que —a tono de burla— llenaría la plancha de la Plaza de la Constitución, como sus opositores no pudieron.
Hoy el encuentro dio un giro. La marcha o “desfile” ya no va a ser en defensa de la reforma electoral, porque de eso se va a encargar el Congreso, sino que ahora marcharán “para defender sus derechos, defender a la Cuarta Transformación, va a defender su movimiento, el que han construido desde abajo entre todos”.
“Entonces, por eso sí va a ser muy importante la movilización, marcha, desfile, acarreo, como le quieran llamar. Y lo más importante, el pueblo marchará porque está contento”, afirmó.
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