La contaminación lumínica afecta nuestra salud

19 de Diciembre de 2024

La contaminación lumínica afecta nuestra salud

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El exceso de luz en la noche propicia una desorganización celular y, por consiguiente, la propensión a las enfermedades.

Además de la contaminación atmosférica y de la acústica, las grandes urbes de todo el mundo padecen desde hace tiempo lo que se conoce como contaminación lumínica.

Los sistemas de iluminación a gran escala permitieron a la humanidad llevar luz a todos los rincones del planeta, un logro que extendió las horas de actividad de nuestra especie y aumentó gradualmente la cantidad de luminiscencia alrededor de la mayoría de los asentamientos humanos.

En la vida cotidiana hemos aprendido a considerar esta contaminación como algo ya intrínseco en nuestra vida diaria, por ello Raúl Aguilar Roblero, investigador de la División de Neurociencias del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, asegura que la exposición, durante la noche, a fuentes de luz intensa inhibe la secreción de melatonina, una hormona que se encarga de regular el ciclo sueño-vigilia.

La melatonina frena, de alguna manera, la actividad neuronal general, lo cual da lugar a la reestructuración de los circuitos cerebrales que posibilitan el sueño.

Una variante de esta contaminación lumínica es la que generan las pantallas de los televisores, las computadoras y, sobre todo, los celulares (debemos tomar en cuenta que la mayoría de la gente, en especial los jóvenes, pasa horas y horas viendo la pantalla de su celular y ésta produce una radiancia muy alta).

Cortesía Gaceta UNAM

Por lo general, la gente de más de 60 años secreta menos melatonina y, en consecuencia, tiene problemas de sueño. De ahí que se les recomiende tomar melatonina exógena (en pastillas) para ayudar a su organismo a segregar esta hormona en mayores cantidades.

“Si la luz tenue del atardecer inhibe la secreción de melatonina o hace que se segregue muy poca, lo que sucederá al encender la televisión o la computadora, o al ponernos a ver el celular justo antes de acostarnos es que nos mantendremos bien despiertos, incapaces de conciliar el sueño”, añade Aguilar Roblero.

Trastornos

La exposición a fuentes de luz intensa en la noche modifica varias funciones cerebrales, lo cual nos ocasiona no sólo insomnio, sino también trastornos del estado de ánimo durante la vigilia.

Un hecho comprobado es que cuando estamos expuestos a mucha luz en la noche se nos abre el apetito, y se ha visto que si comemos después de que la luz disminuyó en el ambiente en forma natural, absorbemos más los alimentos y engordamos.

¿Qué alteraciones ocasiona?

Cuando estamos viendo una pantalla de televisión, de computadora o de celular a las 10 de la noche –cosa que no es natural, aunque sí común– se alteran las señales que le llegan al núcleo supraquiasmático, el principal reloj biológico de los mamíferos localizado en la parte anterior del hipotálamo.

“La relación con el cáncer la hemos encontrado a nivel genómico, porque algunos de los genes que regulan el ciclo celular, que son los que se vuelven locos en esa enfermedad, están conectados con algunos de los genes implicados en la generación y el mantenimiento de los ritmos circadianos, cuyo nombre es genes reloj”, finaliza Aguilar Roblero.

Impacto en los animales

La contaminación lumínica afecta no sólo a los seres humanos, sino también a los animales.

La melatonina se secreta durante las horas de oscuridad. Entonces, si las horas de luz disminuyen, la noche se hace más larga y el tiempo de liberación de esta hormona encargada de regular el ciclo sueño-vigilia se amplía; y viceversa: si las horas de luz aumentan, la noche se hace más corta y el tiempo de liberación de la melatonina se reduce.

Cortesía Gaceta UNAM

Se ha dicho que la luminosidad que generan las grandes ciudades costeras también puede afectar a los peces que nadan en el mar.

Al respecto, el investigador universitario explica: “En todos los animales diurnos, la secreción de melatonina se lleva a cabo en la noche. Es necesario que no haya luz o que haya muy poca para que se secreten los niveles adecuados de esta hormona” apuntó.

Se ha dicho que la luminosidad que generan las grandes ciudades costeras también puede afectar a los peces que nadan en el mar; lo mismo sucede con animales nocturnos como los reptiles, murciélagos, entre otros y hasta en los árboles y plantas. CGB

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