Antes de que culminara el 2023, la SHCP publicó información sobre finanzas públicas y deuda pública al mes de noviembre. El balance presupuestario durante los primeros 11 meses del año, es decir, la diferencia entre los ingresos y los gastos totales, resultó en un déficit de 790 mil 499.3 millones de pesos (mdp), y fue 44.0% mayor al que se presentó en el mismo periodo de 2022 cuando el déficit fue de 548 mil 917.6 mdp. El desbalance presupuestario se debe, en parte, a ingresos públicos que aumentaron 1.1% mientras que el gasto público lo hizo en 4.0%.
Los ingresos públicos aumentaron principalmente por un mayor dinamismo de los ingresos tributarios, entre los que sobresale la recaudación por IEPS que, en lo que va del año, ha aumentado 308.9% principalmente por los menores estímulos fiscales que se han otorgado a los combustibles automotrices. También se observó una mayor recaudación por ISR e IVA en 3.9% y 1.7%, respectivamente. Lo anterior contrasta con los menores ingresos petroleros, los cuales cayeron en 26.6%. Cabe señalar que los ingresos públicos se ubicaron 1.8% por debajo de lo aprobado en la Ley de Ingresos de la Federación 2023, los ingresos tributarios se han quedado cortos en 2.9% mientras que los ingresos petroleros lo han hecho en 17.4%.
En cuanto al gasto público, el gasto programable, es decir, el que está asociado a los distintos programas que se llevan a cabo en las distintas dependencias de la Administración Pública Federal, aumentó sólo 1.0%, principalmente por mayores subsidios y transferencias que crecieron 11.6%, así como por la presión que ejerce el pago a pensiones y jubilaciones, el cual aumentó 6.1% comparado con lo ocurrido un año atrás. La parte del gasto que aumentó más fue la que corresponde al gasto no programable, principalmente por un mayor costo financiero de la deuda, el cual aumentó 26.1% respecto del observado hace un año, aunque también influyó un mayor gasto para el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), en 233.0%.
También hay rubros que llaman la atención por no cumplir con sus objetivos de gasto, por ejemplo, el sector salud, cuyo gasto es 9.4% inferior al observado en 2022. Asimismo, destaca que la Secretaría de Salud presenta una caída en su gasto de 67.7% respecto del año previo y que el gasto en Educación se encuentre por debajo de lo programado. En contraste, la Secretaría de Energía muestra un gasto 246.4% mayor a lo aprobado; parte importante de ese aumento se destina a apoyar financieramente a Pemex.
Aunque estos resultados se presentan mensualmente al Congreso de la Unión, no se observa, salvo en contadas ocasiones, que los ejecutores del gasto comparezcan ante éste y den cuenta del por qué se gasta menos de lo aprobado en algunos ramos presupuestarios y por qué otros presentan sobreejercicios y, sobre todo, de qué pasará con los objetivos originalmente planteados en materias clave como salud, educación o seguridad.
Cada mes el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, A.C. (CIEP), da seguimiento a los principales resultados en materia de finanzas públicas y presupuesto que pueden consultarse en www.ciep.mx.
