Existe una persistente incertidumbre en las perspectivas económicas para este 2023. La guerra entre Rusia y Ucrania, así como otros conflictos geopolíticos, los rebrotes de Covid-19 y sus nuevas variantes, la elevada inflación y las altas tasas de interés, entre otros riesgos, alimentan dicha incertidumbre. Se anticipa, además, una importante desaceleración en la economía global. El Fondo Monetario Internacional (FMI), en sus perspectivas económicas de octubre pasado, prevé una tasa de crecimiento de la economía mundial de 2.7 % y de 1.0 % para Estados Unidos, en tanto que para México anticipa un crecimiento de 1.2 %.
Por su parte, la Secretaría de Hacienda (SHCP) prevé para México un crecimiento económico de 3 % anual en 2023, que contrasta con el promedio de la encuesta de expectativas de los especialistas en economía del sector privado, elaborada por Banxico al 16 de diciembre de 2022, que ubican la tasa de crecimiento en 0.92 %. Asimismo, anticipan una inflación general de 4.99 % y una tasa de fondeo interbancario de 10.2 % (recordemos que en los Criterios Generales de Política Económica 2023, la SHCP anticipaba una inflación promedio de 4.7 % y una tasa de interés de los cetes a 28 días de 8.5 %).
En cuanto al tipo de cambio, la SHCP anticipa un promedio de 20.6 pesos por dólar, muy similar al de la encuesta de especialistas del sector privado que lo ubica en 20.63 pesos por dólar. Cabe señalar que la fortaleza que ha observado el peso durante los últimos años no parece estar basada en la dinámica productiva del país, sino en el diferencial de tasas de interés reales entre México y Estados Unidos, así como en el hecho de que durante algunos meses la inflación ha sido mayor en la economía estadounidense que en la mexicana.
Al inicio del año, la tasa de interés de referencia del Banco de México se ubica en 10.5 % con una inflación anual de 7.7 % (a la primera quincena de diciembre de 2022), mientras que la tasa de referencia de la Reserva Federal se encuentra en un rango de 4.25 % a 4.5 % con una inflación de 7.1 % (en noviembre de 2022).
Las mayores tasas de interés también afectan las finanzas públicas, para 2023 la SHCP señala que el costo financiero de la deuda será 29.9 % mayor al de 2022, anticipa requerimientos financieros del sector público por 4.1 % del PIB (vs el 3.8 % de 2022) y una deuda pública de 49.4 % del PIB (vs 48.9 % del PIB en 2022). Además, casi 14 pesos de cada 100 que gaste el gobierno provendrán de endeudamiento y aunque recientemente se anunciaron operaciones de refinanciamiento para reducir los pagos por amortizaciones a 2025, la deuda total no se reduce, sino que se amplía su plazo en un contexto de mayores tasas de interés.
Estas operaciones, si bien reducen en parte la presión sobre el pago de intereses y reflejan que el país continúa con un amplio acceso a los mercados de capital internacionales, también dejan ver que sigue pendiente una reforma fiscal que fortalezca tanto los ingresos federales como de los estados y municipios de todo el país, y que les permita hacer frente a sus obligaciones de gasto, incluyendo las obligaciones financieras. Esperemos que estos cambios comiencen a observarse en 2023.