El 2022 se caracterizó por un ambiente macroeconómico complejo e inestable. Aunque los efectos de la crisis sanitaria habían disminuido, a principio del año inició el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que ocasionó altas tasas de inflación global, incremento en las tasas de interés de referencia y una reorganización de las economías. El PEF 2022 se presentó bajo un marco macroeconómico optimista y una miscelánea fiscal que no tuvo impacto sustancial en los ingresos y que relajó las condiciones de endeudamiento.
Por un lado, se observaron mayores ingresos petroleros por un elevado precio del petróleo, sin embargo, los ingresos tributarios fueron 3.4 % menores a lo aprobado en la Ley de Ingresos de la Federación, producto de la pérdida recaudatoria para evitar el aumento en el precio de combustibles.
Lo anterior, aunado al aumento del gasto neto total en 7.2 % respecto a lo aprobado derivó en un déficit presupuestario 16 % mayor y en un incremento del costo financiero de la deuda de 10.9 % respecto a 2021, confirmando así que el endeudamiento se elevó, mientras que el aumento en el gasto se concentró en energía y turismo, contrario al mayor presupuesto que había sido aprobado para salud e infraestructura.
Durante 2022, el gasto neto total fue 7.2 % mayor que el presupuesto aprobado. Este gasto fue de 7 billones 595 mil 307.9 millones de pesos, monto equivalente a 27 % del PIB, y terminó siendo 5.1 % mayor que el ejercido durante 2021, en términos reales. Si se reescala el gasto ejercido a mil pesos, se observa que 248.3 pesos equivalentes corresponden al gasto no programable y 751.7 pesos equivalentes, al gasto programable.
Aunque tanto el gasto programable y no programable se incrementaron, tales aumentos se dieron en sectores como energía, turismo y costo financiero de la deuda, de acuerdo con los proyectos prioritarios del gobierno y el alza en tasas de interés.
¿Se impulsó el sistema universal de salud? Para 2022 se aprobó un aumento histórico de 14.6 % al sector salud que se concentraba en IMSS-Bienestar y en la Secretaría de Salud. Sin embargo, en el ejercicio del gasto, ambos sufrieron los mayores subejercicios: 11 mil 267 mdp y 22 mil 627 mdp respectivamente. De haberse ejecutado, este gasto habría contribuido a la atención de la población con mayores carencias de salud.
Aunque los sobreejercicios en energía y turismo están relacionados con gasto de inversión, éste solo creció 1.1 % respecto a 2021 y quedó por debajo de niveles previos a 2016. Además, los gastos de operación representaron 22 % más que lo aprobado, con mayor participación en la operación de Pemex y CFE, lo que sería contrario a las políticas de austeridad.
Finalmente, se priorizaron las energías fósiles sobre los derechos de la población. Al revisar quién y en qué gastó, se muestra que el ramo de Energía recibió recursos adicionales para la refinería de Dos Bocas, lo cual explica el sobreejercicio en inversión y del presupuesto de la Secretaría de Energía. A pesar de que Educación tuvo sobreejercicio, los recursos no fueron suficientes para cerrar brechas de aprendizajes que se profundizaron tras la crisis sanitaria.
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) analizó el gasto ejercido en 2022. El estudio puede consultarse en https://ciep.mx/Go6W