En San Lázaro, la batalla estaba perdida para los partidos de la fracturada oposición desde antes de salir a combate. Dejaron al Senado de la República con la esperanza de que los priistas contrarios a su dirigente nacional, Alejandro Moreno, detengan la propuesta de que las fuerzas armadas colaboren en las tareas de seguridad pública en el próximo sexenio.
“No están convencidos, veo que están contrariados, particularmente los que quieren futuro político, pero creo que no van aventarse el tiro porque sé que hubo amenazas de no ser reelectos, inclusive de expulsión. Pero veremos qué pasa en el Senado, los Senadores están convencidos de hacer lo correcto”, expuso la emecista Ivonne Ortega.
“Sí va ser un filtro el Senado, de entrada al Senador (Ricardo) Monreal no le van a dar el trato de urgente y obvia resolución”, previó.
En la sesión convocada para la revisión del proyecto de decreto de reforma al artículo Quinto Transitorio a la disposiciones de la Constitución en materia de la Guardia Nacional del 26 de marzo de 2019 no hubo discusión en la tribuna de la Cámara de Diputados.
Tampoco cuestionamientos, pero sí abucheos y descalificaciones. Como el momento en que el panista Santiago Torreblanca Engell acusó a los morenistas de no respetar la Constitución.
“El Presidente de la República puede disponer de las Fuerzas Armadas y ya las entidades de la República pueden solicitar esta actuación de conformidad con el artículo 119, pero eso sí, cumpliendo los criterios dados por la Corte Interamericana y por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que es la interpretación armónica de la Constitución, esa Constitución con la cual ustedes se limpian el culo”, les dijo. Esto ocasionó que los lopezobradoristas le gritaran: “¡fuera, fuera!”.
La oposición se centró en calificar como fallida la estrategia de seguridad pública del presidente Andrés Manuel López Obrador, de anticipar la discusión de la permanencia de los militares en la calle cuando la fecha de caducidad será en 2024, e incluso de llamar dictador al Presidente.
Aunque hace dos semanas eran enemigos, el PRI y Morena se unieron en la defensa del proyecto. El partido tricolor se dedicó a señalar de incapaz al Presidente de preparar a la Guardia Nacional y citó la creciente violencia en el país, mientras que, los morenistas no presentaron indicadores en seguridad pública, ni evaluaciones de la Guardia Nacional, ni de las fuerzas armadas, y se dedicaron a recordar que los gobiernos panistas recurrieron al Ejército para combatir al narco.
Así, en la defensa de que las fuerzas militares continuarán en las calles hasta 2028, se consumó la alianza entre el PRI y Morena, partidos políticos que apenas hace 13 días atrás eran adversarios.
El veredicto
Después de ocho horas y decenas de diputados que pasaron por tribuna, se puso fin a la veda a las reformas Constitucionales que antes impuso la alianza Va por México, cuando el PRI unió fuerza a Morena y sus aliados políticos, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México, con lo que se logró la mayoría absoluta.
Luego del anuncio de la aprobación de la iniciativa priista con 355 votos a favor, 152 en contra y una abstención, los lopezobradoristas gritaron desde sus curules: “¡Sí se pudo, sí se pudo!” y “¡Es un honor estar con López Obrador!”, con lo que hicieron suya la propuesta legislativa.
Antes de la aprobación, a la oposición se le observaba limitada, con la esperanza puesta en que el PRI votara en contra de su propia iniciativa. Al inicio de la sesión, los coordinadores de las fracciones del Partido Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jorge Romero y Luis Espinosa, respectivamente, suplicaron a sus antiguos aliados a respetar el acuerdo de moratoria Constitucional.
“Hacemos un respetuoso llamado a nuestros todavía aliados del PRI a que recapacitemos al respecto, que encontremos las maneras, la fórmula entre todas y todos nosotros como coalición, para despartidizar el tema de la seguridad pública”, pidió Romero.
Pero los priistas no cedieron, al contrario, arreciaron la defensa, pese a la advertencia de derrumbe de la alianza Va por México. La diputada promovente, Yolanda de la Torre, tomó la tribuna para defender la única iniciativa que le han aprobado durante su gestión, acompañada de los integrantes de su bancada, incluyendo a Moreno y su coordinador, Rubén Moreira.
“Los priistas rechazamos la militarización del país. Pero también estoy aquí para decirles que jamás apoyaremos una decisión o medida que ponga en riesgo a las y los mexicanos”, dijo.
E insistió: “sabemos que en 2024 la Guardia Nacional y los policías estatales y municipales no estarán listos para atender la inseguridad que vive México. Necesitan recursos, capacitación, implementación de una estrategia eficiente, se necesita tiempo y acompañamiento de las Fuerzas Armadas”.
Y, ante los señalamientos de traición a la alianza Va por México y acercamiento con Morena, reviró “no se trata de hacerle el trabajo político a Morena. Esto no es político”.
Como sucedió en la discusión de la reforma en materia de la Guardia Nacional y Seguridad Pública hace 13 días atrás, los argumentos de los morenistas fueron atacar a la oposición.