A no pocos llamó la atención que el secretario de la Marina, el almirante Vidal Soberón, pronunciara recientemente un discurso eminentemente político. No suele el almirante hacerlo, y generalmente ese perfil y tono de pronunciamiento lo ha hecho el secretario de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos. Lo que sucedió, dicen los que saben, es que a don Vidal le cantaron las sirenas que entonaban en sus oídos que podía ser secretario de Gobernación en sustitución de Miguel Ángel Osorio Chong. Quien le colocó la miel fue el secretario de Educación, Aurelio Nuño, que estableció una gran amistad con el almirante desde que ocupaba la jefatura de la Oficina de la Presidencia. Nuño ya no despacha en Los Pinos, pero mantiene la cercanía y ascendencia con el presidente Enrique Peña Nieto. No se sabe, agregan los que saben, si don Aurelio llegó a planteárselo al presidente y cuál habría sido la respuesta en dado caso. Lo que sí quedó claro es que don Vidal se la creyó.