Las “reservas” monetarias del sistema de salud del país se encuentran en su nivel más bajo desde junio de 2010, sin que los mexicanos sepan las razones de acabar con esos ahorros ni el destino que han tenido, alertó la organización México Evalúa.
En su análisis “Falta mucho para recuperar el gasto en salud”, la organización informó que, al segundo trimestre de 2022, el Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi) tiene 37 mil 800 millones de pesos, lo que representa la tercera parte de los 113 mil 500 que había al cierre del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto.
“El agotamiento de los recursos del Fonsabi podría implicar un retroceso en la fortaleza de la institución para enfrentar enfermedades de alto costo y gasto en infraestructura de las regiones más vulnerables del país. Y lo más delicado es que no sabemos la razón de sacrificar dichos ahorros y su pertinencia”, se advierte en la investigación.
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El Fonsabi (antes llamado Fideicomiso del Sistema de Protección Social en Salud) se creó en 2003, a la par del Seguro Popular, con el objetivo de financiar enfermedades e intervenciones quirúrgicas de alto costo, en beneficio de las personas con bajos recursos y que no cuentan con servicios de seguridad social, como el IMSS o el ISSSTE.
Por ley, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi, antes Seguro Popular) está obligado a transferir al fondo catastrófico el 11% de su presupuesto. Desde su creación y hasta 2018, el Fonsabi tuvo finanzas sanas, pues, en promedio, cada trimestre ingresaban 5 mil 600 millones de pesos y se erogaban 3 mil 600.
En cambio, desde el inicio del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador los ingresos presupuestales promedian 12 mil 700 millones por trimestre, mientras que los gastos ascienden a 18 mil 500 millones de pesos, lo que arroja un balance deficitario.
Las reglas de operación del Fonsabi señalan que el instituto está obligado a difundir “toda la información que tengan disponible respecto del manejo y aplicación de dichos recursos, debiendo considerarse las acciones apoyadas, así como las obras, programas y proyectos de inversión financiados, incluyendo sus avances físicos y financieros”.
Sin embargo, acota el reporte de México Evalúa, “de forma consistente en los informes trimestrales de fideicomisos el recuadro donde debería especificarse el destino de los recursos del Fonsabi aparece en blanco, y en los reportes anuales la información está incompleta”. Es decir, “se están gastando los ahorros para la salud de forma opaca, y para colmo no se están reponiendo los recursos”.
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